En el marco del Día Nacional de Protección Civil se realizó un simulacro de evacuación por sismo para ensayar las rutas seguras e identificar puntos ciegos en la estrategia de prevención de desastres en la universidad.
POR MONTSERRAT MUÑOZ Y ERIKA TORRES
El pasado 19 de septiembre, en punto de las 10 de la mañana, el sonido de una sirena interrumpió la cotidianidad universitaria del ITESO. Con chalecos verdes que los identificaban como brigadistas, profesoras, profesores, personal y algunos estudiantes tomaron las riendas del simulacro y, sin importar si había juntas, exámenes o tareas, las y los universitarios abandonaron sus salones y oficinas, sin sus pertenencias, y actuaron conforme a los lineamientos que establece Protección Civil.
Tras la devastación del sismo del 19 de septiembre de 1985, de 8.1 grados Richter, gobierno y sociedad se aliaron para crear el Sistema Nacional de Protección Civil, que desde entonces rige las acciones de prevención y cuidado que se realizan en el país, para actuar antes, durante y después de un desastre natural.
En el ITESO, el simulacro de evacuación se aplicó en los 30 edificios del campus y participaron cerca de 3 mil integrantes de la comunidad que fueron orientados por la brigada de evacuación que se compone de cerca de 200 integrantes. El tiempo promedio de evacuación en el campus fue de 2.04 minutos, reportó Sergio Nuño, director de la Oficina de Servicios Generales y responsable de la brigada de evacuación del ITESO.
En la universidad existe el Comité Universitario de Protección Civil (CUPC), un grupo multidisciplinar encargado de crear estrategias para preservar la seguridad de la comunidad universitaria de acuerdo a los estándares del Sistema Nacional de Protección Civil, que van desde informar, concientizar, prevenir y actuar en caso de algún desastre natural.
Raúl Castillo es el coordinador de este comité “compuesto por cuatro brigadas en temas fundamentales: Primeros auxilios, Prevención y combate de incendios, Evacuación de inmuebles y Búsqueda y rescate. Además, aprovechando el talento de quienes integran la comisión tenemos dos brigadas especiales, que son Comunicación y Evaluación de daños estructurales”, compartió.
Uno de los avances más importantes fue la creación del Programa Interno de Protección Civil, en el que se establecen las acciones preventivas y de auxilio necesarias para proteger la integridad física de la comunidad y las instalaciones del campus.
Este programa, además de evaluar riesgos internos, también contempla alianzas con establecimientos y empresas ubicados a los alrededores del ITESO, para crear un plan de ayuda mutua.
La intención, como dice Raúl Castillo, es ser cada vez más autosuficientes a la hora de un siniestro para no depender exclusivamente de autoridades externas. Resaltó que estas estrategias fueron clave para apagar el incendio que se dio en el techo del Auditorio Pedro Arrupe, SJ, el pasado 3 de septiembre. “De no haber tenido el entrenamiento y equipamiento, la situación se hubiera salido de control. Como institución no podemos hacer una llamada de auxilio y esperar a que lleguen a resolver un incidente; internamente hay mucho que podemos hacer”.
También se han tomado acciones importantes en la instalación de señalética informativa y preventiva en las instalaciones de la universidad, apegadas a las Normas Oficiales Mexicanas aplicables. Y se cuenta con un sistema de altavoces para alertamiento para una cobertura total del campus.
Ser brigadista ITESO
Raúl Castillo, quien dirige la Oficina de Seguridad de la universidad, insistió en la importancia de las y los 200 brigadistas del ITESO. De ellas y ellos se espera que sepan cómo conducirse y cómo evitar que una situación se convierta en un desastre a través de la rápida intervención.
El ITESO cuenta con un programa permanente de capacitación y actualización; las brigadas universitarias son equipos especializados que atienden situaciones específicas, como incendios, evacuación, atención a personas heridas, búsqueda y rescate de personas, peritaje de estructuras y comunicación. Con todo y que se cuenta con un equipo amplio y diverso, Raúl Castillo insiste en que se requiere más personal voluntario, incluyendo a estudiantes.
Los estudiantes se pueden sumar a acciones de concientización, difusión y prevención. “Es importante transitar de un sistema de protección civil reactivo a uno preventivo. Para esto es indispensable la corresponsabilidad y participación de todos, lo que nos permitiría una mayor posibilidad de evitar una tragedia”. A decir del director, ser brigadista es una de las mejores experiencias que se puede tener en una comunidad. “Saber que puedes ayudar a salvarle la vida a otra persona es una sensación inigualable. Los peligros los encontramos en todos lados, es importante estar preparado para saber cómo actuar”, señaló.
Para más informes respecto a cómo se puede apoyar las acciones de las brigadas o formar parte de las mismas, escribe aproteccioncivil@iteso.mx