La nueva carrera de Gestión Pública y Políticas Globales apuesta por estudiantes y egresados que impulsen mecanismos de participación ciudadana, para garantizar el ejercicio pleno de la democracia.

David Ricardo Flores cuenta con algo de humor que su primera victoria en la política fue en la sociedad de alumnos de secundaria; pero su primer trabajo real fue en el rally para conseguir firmas en el distrito 10 de Zapopan, para la candidatura de Pedro Kumamoto, el 21 de febrero de 2015.

Tenía 16 años, no podía votar y ni siquiera pertenecía al distrito, pero fue testigo de los alcances de la política ciudadana esa noche. Ahí fue cuando decidió que su camino no sería en cuadrillas de partidos políticos, y su aspiración tampoco la de escalar en cargos públicos tradicionales.

Comenzó como voluntario de Wikipolítica, una organización que busca mejorar la calidad de la democracia a través de la colectividad y la tecnología, y fue un espacio de aprendizaje sobre los tejes y manejes de otras formas de hacer política.

El Instituto de Ciencias, donde cursó la preparatoria, lo “politizó” para involucrarse con un montón de actividades, como rodadas, musicales, trabajo social, asambleas de Ayotzinapa, y hasta la Sociedad de Alumnos, donde fungió como tesorero.

“Me di cuenta que a los jóvenes les gusta hablar de política, pero una política cotidiana, que se puede hacer todos los días, que va desde gestionar un musical hasta una movilización para democratizar los procesos electorales del Ciencias”, dice.

Y esa es la política que busca seguir ejerciendo a nivel universitario, como estudiante de segundo semestre de la nueva carrera de Gestión Pública y Políticas Globales, que emerge del Departamento de Estudios Socio Políticos y Jurídicos.

Esta carrera incorpora nuevos enfoques que han evolucionado desde 1994, que apareció su antecesora (Ciencias Políticas y Gestión Pública), con nuevas formas y complejidades en la política, como las candidaturas independientes.

“La gestión pública nos invita más al hacer, y este plan de estudios se piensa en dos grandes ejes que abarcan las teórico-metodológicas, y otros dos ejes que son más activos en términos de proyectos, estrategias, políticas públicas. Más que crear politólogos, ahora queremos especialistas en gestión pública, que aterricen estos conceptos, teorías y herramientas para una mejor toma de decisiones”, explica Karina Hermosillo, coordinadora de la carrera.

Cambio desde las entrañas

Álvaro Quintero se sumó a Wikipolítica en 2014. Tenía 21 años y estudiaba Relaciones Internacionales en el ITESO.

“Hacíamos una especie de ‘reuniones Tupperware’: buscar personas, platicarles el proyecto y si les interesaba, estaban dentro. Era de boca en boca, entre conocidos y la mayoría eran del ITESO, y fuimos abriendo redes en otros lados”.

Hay ahora nueve estados del país con nodos de Wikipolítica, y tras la victoria de Kumamoto en 2015, estos han buscado la diversificación de espacios de acción para integrar la participación ciudadana.

Álvaro se integró a la coordinación de enlace e investigación para el equipo de Pedro Kumamoto en el Congreso de Jalisco. En un escritorio angosto de la Sala J, él y un equipo de seis personas, incluyendo el diputado, trabaja en la agenda de personas que quieren visitar al legislador independiente para sus inquietudes, o universidades y asociaciones que lo invitan a charlas o debates. En la parte de investigación, revisa los perfiles de las designaciones de puestos que realiza el Congreso, y colabora en el esbozo de iniciativas que presentará en el congreso, como la más reciente, #SinVotoNoHayDinero.

¿Por qué la decisión de insertarse en una estructura que generalmente despierta desconfianza en la ciudadanía?

“Creemos que la razón por la cual la política se percibe así es porque no hay representatividad de gente que quiere trabajar por un bien común. Si no participamos, ellos seguirán haciendo la política por nosotros, y lo están haciendo muy mal”, dice Álvaro.

“En tiempos de desesperanza, de crisis, de machismo, homofobia en México, no debemos tomar el camino fácil y rechazar la política y decir, ‘yo escapo de la realidad y no estoy dispuesto a comprometerme’”, afirma David. “La política es un elemento vital para la existencia, es el pegamento de esta sociedad”.

La función pública no es el único espacio institucional para generar cambios. La sociedad civil puede insertarse en espacios como Wikipolítica, u otros como el Observatorio ciudadano Jalisco Cómo Vamos, que lleva seis años midiendo indicadores de calidad de vida.

“Políticos y cualquier persona con liderazgo y posibilidad de tomar decisiones dentro de una organización civil, académicos o periodistas, necesitan saber qué siente la gente sobre sus propias vidas y cómo valoran su entorno, como una manera de detectar los focos rojos que hay que atender”, explica Ana Vicencio, encargada de redes de conocimiento e incidencia y comunicación de Jalisco Cómo Vamos.

Recientemente, presentaron su segundo diagnóstico ¿Qué has hecho, Alcalde? en su versión para Guadalajara (http://bit.ly/Alcalde17), y han encontrado que sus indicadores forman parte del Plan Estatal de Desarrollo y de planes municipales en Guadalajara y Zapopan.

“Los partidos políticos o la investigación y la docencia son los campos tradicionales, pero ahora planteamos la carrera para que un egresado pueda trabajar en la iniciativa privada, en la consultoría, en organismos de la sociedad civil, observatorios y cámaras empresariales”, dice Karina Hermosillo, la coordinadora.

Política con visión global

“Ha de ser terrible llegar aquí al ITESO a las 9 e irte a las 2 de la tarde sin hacer nada, sin involucrarte en las actividades culturales o de participación ciudadana”, dice David quien, además de Wikipolítica, forma parte del Consejo Electoral del ITESO, donde le tocó la reestructuración de procesos electorales, la autonomía del consejo de la Sociedad de Alumnos y su adscripción a la Dirección de Integración Comunitaria, para institucionalizarse y trabajar en nuevas elecciones para la Unión de Sociedades de Alumnos.

Para contagiar al resto de la universidad en la participación política, el consejo organiza charlas y paneles.

“Queremos quitar la percepción cerrada y monolítica de la política colonial. Política es encuentro y diálogo, fricción —porque política también es conflicto, y esto no es necesariamente malo, porque el conflicto nos moviliza— y es dinámica, humana, puede ser visceral, y tenemos que abrir espacios de consenso para que lleves tus emociones y creencias, y de ahí todos nos pongamos de acuerdo cómo conseguir las realidades que soñamos”.

Esta visión global de la política se inserta en el nuevo plan de estudios, explica Karina Hermosillo. Amplía la visión teórica de las ciencias políticas, que incorporan aspectos de análisis global que le permiten al estudiante hacer un análisis más holístico.

Estadística y economía están también más presentes a un nivel más avanzado; comunicación política es una apuesta más fuerte con materias y temas que se intersectan con carreras como Periodismo y Comunicación Pública o Mercadotecnia, y se estudian en laboratorios y en los campos profesionales.

“Queremos egresados que participen en la implementación y valoración de políticas públicas para hacer frente a los retos sociales a los que nos enfrentamos. Que puedan hacer análisis global, que diseñen e impulsen mecanismos de participación ciudadana para garantizar el ejercicio pleno de la democracia”, afirma.