La institución, acreedora del Distintivo Empresa Incluyente “Gilberto Rincón Gallardo”, de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, reconoce que este es un reto permanente.
Por sus avances y trabajo permanente en la búsqueda de la inclusión como institución educativa, el ITESO fue acreedor del Distintivo Empresa Incluyente “Gilberto Rincón Gallardo”, el cual es otorgado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para reconocer a los centros de trabajo que aplican una política de buenas prácticas laborales en igualdad de oportunidades, de inclusión, desarrollo y la no discriminación de personas en situación de vulnerabilidad y o que pertenecen a los grupos vulnerables de la sociedad.
Estos grupos incluyen a personas con discapacidad, adultas mayores, con VIH/SIDA, liberadas, afro mexicanas, la comunidad LGBTTTIQ, mujeres y hombres jefes y jefas de familia que tengan entre sus miembros y dependientes a personas con discapacidad y o enfermedades crónicas y graves, así como grupos indígenas.
El ITESO ha trabajado por la inclusión de personas con discapacidad en su alumnado y plantilla laboral, al tener instalaciones que permiten su movilidad y disminuir las barreras arquitectónicas, tecnológicas y culturales. El reconocimiento al ITESO se otorga por su especial atención a estudiantado y personal de trabajo con discapacidad, personas mayores de 60 años, así como personal que son responsables de personas enfermas, en situación vulnerable o con discapacidad.
“El ITESO tiene una tradición de trabajar el tema de la inclusión, es un principio básico del ITESO y valor universal que queremos permear en la sociedad; la semilla está desde sus orígenes, aunque no estaba traducido todavía en acciones más concretas”, explica Jesús Soto, Director de Administración y Finanzas.
Como antecedente, la creación del Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles (C-Juven) se vislumbró para fomentar la inclusión como principio y valor en la institución; en el tema de la accesibilidad, la infraestructura del campus ha caminado hacia la adecuación de sus espacios, y la Oficina de Personal, en trabajo colaborativo entre dependencias, ha incluido en sus tareas el incorporar la equidad en distintos niveles de trabajo.
En la parte formativa, se busca desde el inicio que las y los estudiantes sean competentes, comprometidos con libertad y con una visión de la búsqueda de una sociedad más justa, equitativa, solidaria, humana e igualitaria. “Desde ahí se abreva el valor de la inclusión, considerando como iguales a todas y todos. Es el motor que nos llevó a avanzar gradualmente en distintos temas, desde infraestructura hasta cuestión financiera de personal y de estudiantes”.
Primero se fue adaptando en el alumnado, con equipamiento, infraestructura y sensibilización en profesorado; después se evidenció la necesidad de también cubrir la inclusión en la planta laboral del ITESO.
“No había falta de conciencia, pero quizá sí de intención estructurada. En ese sentido, de 10 años para acá, nos propusimos la inclusión, no solo en personas con discapacidad, sino también la edad, la denominación religiosa, diversidad sexual o personas que tienen a su cargo alguna persona en situación de vulnerabilidad; trabajamos para que tengan las condiciones físicas y emocionales para seguirse desarrollando laboralmente”, afirma Jesús Soto.
Los retos
En infraestructura todavía falta mucho que hacer. Se necesita una fuerte inversión en los próximos años, porque “ya no construiremos ningún edificio que no cuente con accesibilidad universal, para que nadie se sienta limitado para utilizar los espacios libremente y en un espacio común”.
“Nos falta recorrer por la sensibilidad de toda la comunidad universitaria (academia, alumnado, administrativo), necesitamos mayores talleres de sensibilización, para no obstaculizar inconscientemente el libre desarrollo de nadie
La manera de enseñar también es un reto, en el lenguaje, en los métodos pedagógicos que sean accesibles para todas las personas, en las adecuaciones de ambiente estudiantil incluyente.
También está pendiente afinar los mecanismos de atención a cualquier tipo de discriminación que se de en el campus por cualquier motivo.
Reafirmar el compromiso con organizaciones de la sociedad civil que atienden temas cercanos a la realidad de la ciudad y el país, tales como la migración, el comercio justo, la protección ambiental, la no discriminación y la seguridad.
“Todavía debemos caminar un poco más rápido en buscar equidad de género en muchos de los puestos directivos y administrativos de la institución”, dice, reconociendo que, en la parte laboral, la academia tiene más avance en cuestión de equidad de género, y en la parte administrativa se tiene mucho por trabajar.
“La inclusión se debe convertir en un reto permanente que debemos imponernos, para ser coherentes y consistentes con la misión y la razón de ser del ITESO”.