¿Qué opinas cuando escuchas que la Covid-19 es una enfermedad que no distingue género, raza o condición social? Si analizamos detenidamente lo que conlleva esta afirmación podríamos advertir un poco de cinismo que procura salvar nuestro privilegio. La pandemia no nos impacta igual, devela la cruel desigualdad que impera en nuestra cotidianidad y nos exige transformar los mismos términos de justicia de la mano de la ética, la compasión y el amor. 

 

¿Recuerdas cuándo fue la última vez que pisaste la universidad porque tenías que confinarte por la llegada del coronavirus? ¿Qué dejaste? ¿Qué te llevaste? ¿Cuánto tiempo creíste que duraría? ¿A quiénes dejaste de ver? ¿A quiénes ya no volverás a ver? ¿Con quién te acercaste más? ¿Cómo lo viviste? ¿Qué cambios tuviste que hacer? ¿Qué aspectos positivos o negativos te ha dejado esta experiencia?  ¿Qué aprendiste?  Ante todo, yo me he preguntado ¿qué mundo queremos que surja y qué acciones estamos dispuestos y comprometidos a realizar para que sea posible? 

Por lo que nos dice la historia de otras pandemias regresaremos no a lo que fue, sino que pasaremos por una transición que paulatinamente nos llevará a algo nuevo. Si antes de esta pandemia vivíamos desorientados por los cambios constantes y radicales a los que estábamos expuestos (Roitberg:2019), ahora entramos a un túnel que no permite ver con claridad todo lo que nos espera. La incertidumbre nos desafía aún más pues genera una neblina mental (heurística) y emotiva (miedo, enfado, depresión, ansiedad) que hay que trascender 

En el ámbito social y político, por ejemplo, las primeras impresiones para algunos son que la pandemia dará un golpe al sistema capitalista y que traerá serias consecuencias para éste (Zizek:2020); aunque otras voces han considerado que continuará el sistema e incluso advirtieron que la pandemia podría fortalecer el modelo asiático chino, con sus tintes de autoritarismo, obediencia y el surgimiento de la vigilancia digital (Byung Chul Han:2020). Así, algunos visualizan que se avecinan distopías cada vez más reales en las que los gobiernos monitorearán nuestros datos, no sólo sobre la piel sino debajo de ésta (Harari:2020). Frente al miedo, también se requieren escenarios de esperanza. Lo cierto es que debemos operar en un mundo más abierto, rápido y, por lo tanto, casi por definición inestable (Zakaria:2020). 

¡Como nos gustaría tener certidumbres!  Sin embargo, ya nos habían advertido que vivir, en ocasiones, es navegar ante la perplejidad y esta podría ser la cotidianidad del futuro. Ello podría explicar por qué brotan las contradicciones y paradojas con esta pandemia. En política y en la vida personal ya se empiezan a manifestar (Krastev:2020). Cada uno de nosotros tenemos una historia que contar y no a todas y todos les sucede lo mismo Si bien el virus SARS-COV-2 no discrimina ni hace distinciones, su impacto es desigual.  “Quedarse en casa” puede ser regresar al hogar con quiénes habíamos dejado de convivir, pero para otros es encerrarse con su victimario y para otros es seguir en la cárcel, pero con las angustias evidentes; quedarse en casa es, incluso, una invitación grosera para las personas en situación de calle o los migrantes que ahora se ven en condiciones menos favorables. Como el ejemplo anterior, podemos citar muchos otros. 

A, el Papa Francisco nos invita a estar atentos a las tendencias que desfavorecen el desarrollo de la fraternidad universal, mencionando que “en el mundo actual los sentimientos de pertenencia a una misma humanidad se debilitan, y el sueño de construir juntos la justicia y la paz parece una utopía de otras épocas. Vemos cómo impera una indiferencia cómoda, fría y globalizada, hija de una profunda desilusión, que se esconde detrás del engaño de una ilusión: creer que podemos ser todopoderosos y olvidar que estamos todos en la misma barca. Este desengaño que deja atrás los grandes valores fraternos nos lleva a una especie de cinismo (Francisco:2020). 

De igual manera, es necesario tener presente y aceptar con humildad que no todo lo que tenemos es porque nos lo merecemos y depende de nuestros méritos o nuestro esfuerzo, sino que nuestra historia empieza con un regalo, un don o una gracia. (Sandel:2020). Muchas personas nacen en condiciones menos favorables y aun así se les hace sentir que no han logrado superarse y salir de su situación por su propia culpa o responsabilidad, revictimizándolas y generándoles dolor y resentimiento; cuando en realidad no todos iniciamos la carrera de la vida de la misma manera: unos tienen el tenis deportivo más sofisticado, otros no tanto, unos van descalzos e incluso otros con un sólo pie o ninguno.  Lo anterior nos ayudará a cambiar la perspectiva por la del otro (la alteridad) y ante todo empezar agradecidos y mucho más solidarios.   

Muchas personas han podido distanciarse y algunas podrían gozar de la quietud, la pausa y el silencio. Otros no tanto y aunque aparentemente nos alejamos, algunos gracias a las nuevas tecnologías pueden aprovecharlas para mantener contacto, para aprender como nunca, para teletrabajar; mientras, otros sólo están empantallados, adictos al espectáculo y siendo parte de él, mirando qué pasa en las redes sociales y dejando fragmentos seleccionados de nuestras vidas en ellas, sometidos a los dictados de unos algoritmos que no estamos seguros de lo que hacen con nosotros (Rhodes:2020). ¿Nos controlan? ¿Nos polarizan? ¿Nos invaden con los datos que nos confirman una visión limitada? En el océano de información hay que buscar la perla de la “verdad” en este mar lleno de fakenews, teorías de la conspiración y posverdades. 

Hoy más que nunca requerimos desarrollar pensamiento crítico, actitud humilde para desaprender y reaprender retomando el sentido de la historia y la riqueza de la sabiduría que nos precede. Es tiempo de escuchar y dialogar con respeto y consideración, pues mientras unos coexisten en el mundo virtual, otros simplemente no tienen acceso y sin embargo viven el offline de la realidad que los niega. 

Los derechos humanos de los que gozamos todas las personas están chocando entre sí como unas placas tectónicas en un terremoto y nos presentan el desafío de decidir, con prudencia, ponderando cuál de los derechos debe prevalecer en cada circunstancia en favor de las personas y del bien común, y cómo dosificar la proporción para que logre el mayor bien. El dilema no es nada fácil para quien decide, para quien imparte “la justicia acechada por poderes tanto formales  como fácticos, las soluciones más que enmiendas a veces terminan en tragedias y dramas; por ello la justicia empieza a repensarse en otros términos, que la complementan, la contextualizan como la justicia transicional, justicia alternativa, justicia restaurativa o justicia terapéutica y, hoy más que nunca, justicia en línea. 

Cartel de Hugo García Sahagún, profesor de Diseño.

Esta “covidianidad” que nos hace cuestionarnos ¿qué era lo normal? ¿qué es lo justo? es develada por un virus más pequeño que las bacterias- se estima que mide entre 25 a 150 nm de diámetro- que en poco tiempo logró pasar de una epidemia a una pandemia, y nos ha impactado de tal forma que nos recuerda algo que habíamos olvidado por completo: la fragilidad de lo que podemos ser. La constatación de la vulnerabilidad de lo humano (Torralba:2020). 

Por eso la ética nos sostiene. Porque, de la mano de otros saberes, nos ayuda a pensar en clave de complejidad (Innerarity: 2020), nos alienta a trabajar colaborativamente, a compartir los aprendizajes que nos deja la experiencia con honestidad; nos permite recuperar la confianza, ser pacientes, flexibles (Diamond:2020) y, como Michel Manciaux ilustra, nos permite ser como el junco que resiste las tempestades y recupera su forma inicial, ser resilientes. 

El filósofo Michel de Montaigne, que vivió la peste en 1585 decía que “no mueres porque estás enfermo, mueres porque estás vivo”. Hoy, en vida y en este momento peculiar, decidamos y apostemos por soñar en un mundo mejor. De esta crisis puede surgir una mayor solidaridad, demostremos el amor a la vida y a los demás; definamos una nueva vida en que quepamos todas y todos, incluyente, solidaria, generosa, altruista, compasiva, empática y misericordiosa, no sólo con los que tenemos al lado, que ya es mucho, sino ir más allá con los excluidos, con los que viven en las periferias. Pasemos efectivamente de “los otros” al “nosotros” como mencionó el Papa Francisco. ¡Qué de nuestros corazones nazca una chispa que, aunque pequeña e invisible logre expandirse por todo el mundo brindando esperanza!  ¿Te atreves a soñar?  Hagamos realidad un mundo mejor. 

“(…) la ética nos sostiene porque, de la mano de otros saberes, nos ayuda a pensar en clave de complejidad, nos alienta a trabajar colaborativamente, a compartir los aprendizajes que nos deja la experiencia con honestidad; nos permite recuperar la confianza, ser pacientes, flexibles y como Michel Manciaux ilustra, nos permite ser como el junco que resiste las tempestades y recupera su forma inicial, ser resilientes.” 

 

BIBLIOGRAFÍA

Byung, Chul Han (2020) Le emergencia viral y el mundo de mañana en Sopa de Wuhan. Argentina: Editorial ASPO 

Diamond, Jared (2020) Crisis. Cómo reaccionan los países en los momentos decisivos. México: Debate 

Harari, Yuval Noah (2018) 21 Lecciones para el siglo XXI. México: Debate 

Harari, Yuval Noah (2020) The world after the coronavirus. Financial Times. Marzo 19 de 2020. 

Innerarity, Daniel (2020) Pandemocracia. Una filosofía de la crisis del coronavirus. Barcelona: + 

ditorial Galaxia Gutemberg 

Krastev, Ivan (2020) ¿Ya es mañana? Cómo la pandemia cambiará el mundo.  Barcelona: Penguin Random House 

Roitberg, Sergio (2019) Expuestos. Las nuevas reglas del mundo transparente.  México: Editorial Conecta 

Rhodes, L; Orlowski, J (2020) El dilema de las redes sociales (Documental)  

Francisco, Papa. (2020) Vaticano.  Carta Encíclica Fratelli Tutti, Sobre la Fraternidad y Amistad Social. 3 de octubre. Obtenido en: -/*/* 

Sandel, M (2020) La tiranía del mérito. ¿Qué ha sido del bien común?  Barcelona:Debate 

Sponville, André Comte (2020) Entrevista en La Croix 24 de agosto de 2020. 

Torralba, Francesc (2020) Vivir en lo esencial. Ideas y preguntas después de la pandemia. Barcelona: Plataforma Actual 

Zakaria, Fareed (2020) Ten lessons for a post-pandemic world New York: Editorial Norton & Company 

Zizek, Slavoj (2020) El coronavirus es un golpe al capitalismo a lo Kill Bill… en Sopa de Wuhan Argentina: Editorial ASPO