Danielle Strickland, profesora del Departamento de Psicología, Educación y Salud del ITESO, presentó su más reciente investigación en la que da cuenta de cómo el crimen organizado ha cambiado la dinámica social en tres colonias de Guadalajara.
Cuando Danielle Strickland se planteó regresar al Cerro del Cuatro para hacer una investigación como parte de su estancia postdoctoral en El Colegio de Jalisco, iba decidida a poner la lupa sobre la dinámica de las pandillas. Cuando llegó allá, de inmediato se topó con el primer hallazgo: ya no había pandillas.
Pronto encontró la explicación: la Plaza – el crimen organizado – tomó el control y ya no permite que haya pandillas. Esta situación cambió la dinámica social en las colonias afincadas en el cerro, donde, no obstante, sigue habiendo dos denominadores comunes: la violencia y el miedo. Los hallazgos de su investigación aparecen recopilados en el libro Jóvenes, violencia y miedo: inseguridad en el Cerro del Cuatro, volumen que fue presentado hace unos días en Casa ITESO Clavigero.
Los comentarios de presentación corrieron a cargo de Augusto Chacón, director del Observatorio Jalisco Cómo Vamos y de Rogelio Marcial, investigador de la Universidad de Guadalajara (UdeG). Augusto Chacón, director de Jalisco Cómo Vamos, dijo que el libro es una “apuesta por el conocimiento para entender un fenómeno que nos está corroyendo: la violencia en todas sus formas: directa, indirecta y estructural. Para él la publicación refleja “una realidad terrible que, al final, sentimos que nos atañe”. Rogelio Marcial, investigador de la UdeG especialista en culturas juveniles dijo que el libro “es una gran investigación que aporta conocimiento social y reflexiones serias a partir de un trabajo empírico de gran nivel”. Reconoció el valor de Strickland al ir y realizar la investigación en un lugar dominado por la Plaza y del momento histórico que nos implica “todos tenemos mucho por hacer. Mientras tengamos un tejido social roto, el crimen organizado va a seguir apoderándose de los espacios. Urge actuar”, concluyó Marcial.
La última en tomar la palabra fue Danielle Strickland, profesora del ITESO del Departamento de Psicología, Educación y Salud. Detalló que la investigación se realizó en las colonias Buenos Aires, Francisco I. Madero y Francisco I. Madero 2da. Sección, donde hay 30 mil habitantes, de los cuales cerca del 20 por ciento son jóvenes y de los cuales menos de mil cuentan con estudios. Detalló que en las colonias no hay secundarias ni preparatorias y que las fuentes de trabajo más comunes son dos: ser cargadores en el Mercado de Abastos o poner una tiendita al servicio de la Plaza. Una consecuencia de este control, explicó, es la desaparición de las pandillas, lo que creó un espejismo: con la llegada el cártel “se siente más seguridad, pero hay más daño colateral como el aumento en las adicciones”. Danielle Strickland señaló que uno de los hallazgos de la investigación es que las personas han comenzado a organizarse, lo que sin duda es una buena señal para reconstruir el tejido social y entrever una salida a los problemas. “Cuando enfrentamos esos miedos y nos cuidamos unos a otros, como está comenzando a ocurrir en el cerro, hay esperanza”, dijo la investigadora y concluyó diciendo que la realidad que se vive en el Cerro del Cuatro se replica en cientos de colonias del Área Metropolitana de Guadalajara y de todo el país.