En cada aniversario de los mártires de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), los salvadoreños encienden farolitos y marchan en procesión, cantando y recordando. La comunidad del ITESO hizo lo propio, y el martes 19 de octubre celebró una misa para conmemorar a los sacerdotes jesuitas y sus dos colaboradoras, asesinados el 16 de noviembre de 1989 por el ejército leal al gobierno, en medio de la Guerra Civil de El Salvador. Veinticuatro años después, los nombres de Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Juan Ramón Moreno, Amando López, Joaquín López, su colaboradora Elba Ramos y Celina, la hija de esta, siguen siendo un símbolo del compromiso que la Compañía de Jesús tiene contra la injusticia social.

La eucaristía fue oficiada por José Martín del Campo, SJ en la Capilla del ITESO, y contó con la asistencia de escolares y jesuitas y miembros de la congregación procedentes de Venezuela, Colombia, Brasil, España, Italia, Alemania y otros estados de México.

“Los mataron por decir la verdad”, leyó Martín del Campo en su homilía uno de los textos de Jon Sobrino SJ, teólogo jesuita que se libró de la masacre al no encontrarse en El Salvador en esa fecha. “Los mataron por defender a pobres inocentes e indefensos, que morían la muerte lenta de la opresión y la violenta de la represión”. Previamente a la liturgia, se proyectó un documental conmemorativo, realizado por la Pontificia Universidad Javeriana.

Foto Luis Ponciano