En Verano 2025, Tuutu Geraldine Rivera Carrillo, alumna de Psicología del ITESO y originaria de la comunidad wixarika San Miguel Huaixtita, cursó en línea la materia Problemáticas contemporáneas de género y feminismos: ciudadanías y derechos; de esta experiencia surgió “Ne m+ katiu ta xat+a ” (“Lo que no me contaron”), un taller sobre derechos de reproducción de la mujer con infancias de su comunidad

Como Tuutu Rivera misma lo expone en las primeras líneas del trabajo que entregó a sus profesoras, la Dra. Leila Abdala, de la Universidad Nacional de Rafaela, Argentina, y la Mtra. Elsa Ivette Jiménez Valdez, del ITESO, su proyecto «se centra en un análisis de justicia reproductiva desde una perspectiva interseccional, situada en el contexto latinoamericano teniendo énfasis en las violencias estructurales que enfrentan las mujeres indígenas en la relación con su derecho a decidir».

Para Tuutu, este proyecto estuvo permeado por la cercanía con su abuela, enfermera, partera y con quien ha asistido partos, así como la experiencia de haber escuchado a una mujer de su comunidad buscando una opción para ya no tener hijos y para convencer a su marido de ello.

Tras aterrizar la problemática y discutirla con su abuela y las maestras del curso, puso manos a la obra. Primero, hizo un video en el que su abuela platicó cómo era la situación reproductiva de las mujeres cuando ella inició con su labor, y algunas ideas sobre cómo podría educarse a los niños en este aspecto.

De lo que le dijo su abuela, lo que más le impactó fue que las mujeres antes no podían decidir por ellas mismas sobre su salud reproductiva. No sabían nada de la menstruación, era algo malo para ellas, “algo asqueroso”.

Posteriormente diseñó un taller para niños de tercero de primaria [aproximadamente 8 – 9 años] hasta jóvenes de 15. Con los niños fue más dinámico, para los grandes fue más teórico. Como ella ha colaborado en el Centro Polanco, ahí aprendió como trabajar con los niños chiquitos.

El taller lo impartió cerca de dos semanas. Como fue un tiempo breve, no desarrolló un instrumento de medición para comprobar la eficacia del mismo, pero sí hizo un formulario en el que les preguntaba sobre lo que habían aprendido.

Lo que más le llamó la atención es que las niñas y los niños le dijeron que sus papás no les platicaban sobre esos temas, estaban agradecidos. Especialmente con los nuevos libros de ciencias naturales, en los que ya no se trata sobre el cuerpo de la persona. “Yo les decía a los niños de tercer año que cuando yo tenía su edad en mi libro de Ciencias Naturales venía sobre la salud reproductiva, y ellos me dijeron que en estos nuevos libros no había nada de eso”.

El supervisor de la escuela le comentó que ya ni siquiera los profesores tocaban el tema en su clase, así que le abrió a ella la posibilidad de que entrara.

“Siento que además de la falta de información en el libro, las escuelas rurales también evaden el tema”, menciona.

Con este taller quiere llegar lejos. Gestionar que le sea más fácil obtener materiales, «porque siento que sí son pláticas que se necesitan, no solo en mi comunidad».

Algo muy importante es que todos los materiales didácticos los hizo en lengua wixarika y en español. “Para hacerlo más simple para los niños lo hice en su lengua materna, que es la wixarika o huichol, como se le conoce occidentalmente”.

Los profesores de los grupos a los que les impartió el taller le dieron toda la apertura, ya que ellos, por ser hombres, se cohibían de hablar de procesos femeninos.

“Siento que con los niños tuve más recepción que con los adolescentes. Me pareció asombroso que a los niños no les da pena escuchar sobre el tema, no les cohíbe preguntar, por ejemplo, cómo se pone una toalla femenina”.

FOTOS: Zyan André y cortesía