El ITESO celebró el Día Ausjal con el panel “Los retos de las universidades jesuitas en América Latina”, en el que se analizó el trabajo que tienen por delante las instituciones educativas administradas por la Compañía de Jesús en esta región.
Ser agentes de transformación social, cada una desde su contexto, es una de las preocupaciones que comparten las instituciones que conforman la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina, señaló José Morales, SJ, Rector del ITESO durante la celebración del Día Ausjal.
Morales retomó la invitación que Peter Hans Kolvenbach, SJ (Padre General de la Compañía de Jesús de 1983 a 2006) hizo al afirmar que estas universidades deben ser fieles al sustantivo “universidad” y al adjetivo “jesuita”.
El Rector enfatizó, durante la actividad efectuada el martes 27 de octubre en el Auditorio A, que las universidades Ausjal están inmersas en un contexto donde existe una gran inequidad, corrupción, impunidad, crimen organizado y violencia.
“Las universidades jesuitas tienen que situarse y formar seres humanos capaces de responder a estas necesidades, a través de la investigación y de una vinculación que tiene que ser agente de transformación social”.
Arturo Reynoso, jefe del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO, señaló que las universidades de Ausjal, además de hacer propuestas y trabajar para eliminar dichas situaciones, también deben identificar los procesos culturales, políticos y sociales que les dieron origen.
“La violencia en el país no empezó hace cinco años, ni hace 10 años, ni hace 20 años, sino que es un efecto, de ahí la importancia de que estas personas que queremos formar tienen que ser capaces de preguntarse más allá, no quedarnos solamente con la foto de la realidad”, señaló.
Hay problemas globales que demandan respuestas globales y la universalidad “está en el germen de la Compañía de Jesús”, afirmó el jesuita Arturo Reynoso
El Rector recalcó que en la asociación existe una preocupación constante por la calidad académica y la pertinencia social de sus proyectos. “Una calidad académica que esté enfocada siempre a la transformación social, que tenga impacto social”, sentenció.
¿Qué implica ser una universidad jesuita en América Latina?
Esto fue lo que preguntó Juan Carlos Núñez, jefe de la Dirección de Integración Comunitaria del ITESO, quien fungió como moderador de la discusión entre ambos jesuitas.
“El padre [Ignacio] Ellacuría decía que cada universidad debe ser un proyecto social, así que una red de universidades debe ser también un proyecto social; tenemos que estar muy atentos al contexto concreto en el que estamos situados para poder ser agentes de transformación social”, respondió el Rector del ITESO, quien añadió que otro reto importante tiene que ver con interconectar las redes de las universidades jesuitas de América Latina, Europa, África y Asia-Oriental.
“Hay problemas globales que tienen que ser abordados globalmente: la injusticia, la pobreza, el diálogo con las culturas, el problema ecológico…”.
En este sentido, Reynoso destacó que uno de los rasgos de la Compañía de Jesús es su universalidad, “es algo indispensable, algo que está en el germen de la orden”.
¿Qué tanto hemos logrado en esta misión de las universidades jesuitas?, cuestionó Núñez.
El Rector respondió que es indispensable medir el impacto de las acciones de estas universidades en relación con su incidencia en las políticas públicas de los gobiernos locales o nacionales.
“Para nosotros, el ITESO no es solo una universidad, sino una obra apostólica de la Compañía de Jesús; estamos convencidos que a través de ella podemos vivir nuestra misión como jesuitas”. Texto Judith Morán Foto Roberto Ornelas