Lorena Hernández y Fabián Jáuregui viajaron hasta Portugal para recibir el primer lugar en los Gourmand Awards en la categoría Guías de Vino, gracias a un proyecto que comenzaron hace diez años y que hoy no deja de crecer y de abrirles puertas 

Lorena Hernández llegó hasta una bodega de vinicultores en Baja California, sacó su libreta y comenzó a tomar notas. No era una libreta cualquiera: era una que había preparado ex profeso para el viaje con la intención de tomar la mayor cantidad posible de apuntes sobre su visita a los viñedos y a las catas. Lo que fuera una iniciativa personal, fruto de su amor por el vino, la llevaría diez años después hasta Estoril, en Portugal. Y al igual que en aquel viaje a Baja California, Lorena no viajó sola: fue acompañada por Fabián Jáuregui, su esposo y socio, pues juntos son los creadores de Vinitácora: Vinos y Vinícolas de Baja California, un proyecto editorial que fue reconocido con el primer lugar de los Gourmand Awards 2025 en la categoría Guías de Vino. 

Fabián y Lorena (quien también es conocida como Vionda, su firma como ilustradora) son egresados del ITESO, él de Mercadotecnia y ella de Diseño Gráfico. Pero no se conocieron en la Universidad, sino después de haber egresado. Volvieron, ya como pareja, a dar clases entre 2008 y 2012, pero siempre han echado a andar juntos diferentes emprendimientos. La Vinitácora es uno de ellos, quizás el que menos esperaban que los fuera a llevar tan lejos. “Después de 10 años trabajando en este proyecto, estamos bastante satisfechos [con el galardón]. Esto nos abre puertas para muchas otras cosas y para dar a conocer a México como un destino más interesante para visitar y que la gente conozca algo más allá del tequila y la cerveza”, dice Lorena y Fabián agrega: “Es un impulso de que hay que seguir por ahí, de que vamos bien”. 

La Vinitácora, cuenta Lorena, es producto de la curiosidad. En el ITESO tuvo su primer curso básico de vino “y a partir de ahí quise saber más, entender lo que estaba tomando, conocer las regiones. Siempre me ha gustado viajar y el mundo del vino tiene muchísimo que ver con la geografía”. Con toda esta inquietud bullendo, estudió para sommelier, recibió certificaciones y entonces decidió ir, junto con Fabián, a conocer la ruta de Baja California. “Todavía no era tan fancy ni tan famosa como lo es ahora”, dice él. 

Recuerdan que en ese entonces la información sobre las bodegas y los productores era mínima, así que Lorena se puso a investigar, a trazar una ruta, a enlistar los vinos que quería probar. Y así compró la libreta: como buena ilustradora, la decoró, le puso stickers, le puso los logos de las bodegas. “Era una bitácora de viaje enfocada en el vino”. Una vinitácora. 

La libreta llamó la atención de las personas. Tanto, que querían saber dónde conseguir una. Fue entonces que se encendió en Fabián el sexto sentido de emprendedor. “Dije, creo que aquí hay algo. Había poca información y la gente empezó a preguntar. Los años de experiencia como emprendedores nos dijeron que ahí había una necesidad y una oportunidad”. Y, como dice el lugar común, una cosa lleva a la otra: el perfil como sommelier de Lorena les llevó a una actividad con una asociación que promueve los vinos de Baja California. Ahí, alguien supo del trabajo de Lorena como Vionda, es decir, como ilustradora, y le encargaron un proyecto para celebrar los 25 años de las Fiestas de la Vendimia, que consistía en realizar retratos ilustrados de los 35 socios fundadores de las bodegas más importantes de la región. Eso les abrió las puertas para conocerlos, comenzar a construir la confianza y para armar la lista de las bodegas que aparecerían en la primera edición de la Vinitácora, que se publicó en 2017. 

A diferencia de otras guías de vinos, el proyecto realizado por Lorena y Fabián se distingue por su diversidad: tiene información técnica para que las personas puedan mejorar su experiencia al probar vinos, tiene muchas infografías, tiene muchos elementos visuales y tiene, sobre todo, mucho espacio para que las personas puedan documentar su propia experiencia con el vino. Además, ahora es interactiva: la edición 2023, que ya incluye a 90 productores de vino, incluye códigos QR para complementar la experiencia con un sitio web interactivo en el que hay, además, producciones audiovisuales para guiar a las personas en su experiencia con la bebida. 

El premio que recibieron en Estoril es importante, sí, pero es apenas una medalla para el éxito que están alcanzando con el proyecto, que no deja de crecer y abrirles puertas. Luego de ver el éxito de la guía con la ruta de Baja California, les contactaron para hacer la versión de la ruta de Querétaro y ahora trabajan con la de Aguascalientes. Y no sólo eso: también tienen en la mira hacer las guías del Valle de Napa y del condado de Sonoma, en Estados Unidos, donde no tienen una guía similar. Y ya les contactaron también de la región de Castilla y León, en España. “Estamos hablando de palabras muy mayores”, dice Fabián, visiblemente emocionado. 

Ambos coinciden en afirmar que, de manera directa e indirecta, su paso como estudiantes en el ITESO sentó las bases para lo que hoy están cosechando, ya sea por los profesores que tuvieron o por la manera en que les fueron encauzando para desarrollarse en libertad en proyectos que iban más allá de las carreras que estaban cursando. Y por eso se dicen dispuestos a compartir su experiencia con quien sea que quiera escucharles y conocer su experiencia. Y si puede ser con una copa de alguno de los vinos que aparecen en cualquiera de las ediciones de la Vinitácora, tanto mejor. 

 

FOTO: Zyan André