Ildefonso Camacho, SJ, trabaja en la integración de la Facultad de Teología de Granada a la Universidad Loyola de Andalucía.
«La teología tiene que recuperar su estatus de ser una ciencia que puede sentarse a la mesa con otros saberes científicos” señala Ildefonso Camacho, SJ, presidente del Patronato de la Universidad Loyola de Andalucía, y explica que es una ciencia que busca una racionalidad a la fe, esto a propósito de la intención de integrar la Facultad de Teología de Granada –que pertenece a la Santa Sede– con la universidad jesuita de Andalucía.
El profesor recordó que durante muchos siglos la teología formaba parte del mundo de los saberes en las universidades y así se mantiene en las alemanas o en las del ámbito anglosajón.
Afirma que la integración “obliga (a la teología) a salir de un cierto ostracismo y estar en un contexto que le obliga a ser más universitaria, es decir, cuando las facultades de teología salieron de la universidad en general quedaron como seminarios, centros de formación de futuros sacerdotes y perdieron sentido de un saber científico riguroso, volver a la universidad les obliga a entrar de nuevo en esa dinámica”.
¿Cómo ve la teología al mundo de hoy?
La pregunta sería más bien ¿cómo ve el cristianismo al mundo de hoy? Como un lugar en donde se manifiesta el amor de Dios y nosotros tenemos que potenciar todo lo que hay de positivo. A veces el discurso eclesial sobre la situación del mundo es muy negativo, pesimista, pero la tarea de la fe cristiana siempre es mirar con esperanza a la realidad y hacer el esfuerzo por descubrir que también detrás de esa apariencia hay muchos gérmenes que pueden desarrollarse, todo lo que ha llegado a ser grande en este mundo empezó siendo pequeño.
Considerando que la concepción de justicia de la Compañía de Jesús ha evolucionado desde la que busca el bien para la mayoría, hasta la que busca el bien para las minorías, ¿cuál es el papel de la teología en la búsqueda de la justicia? La tarea fundamental es el bien de todos, especialmente de los más vulnerables y marginados de la sociedad.
A eso se puede llegar desde el presupuesto de la filosofía racional, por ejemplo, desde los derechos humanos que se basan justamente en la igualdad de todas las personas.
¿Qué le aporta la teología a esto? Le aporta, sobre todo, motivaciones, un sentido distinto a esa tarea. El cristiano no solamente se mueve por argumentos racionales, sino se mueve también por la experiencia de Dios, que es padre de todos los seres humanos y eso hace tener una atención especial a todos, especialmente a los más desfavorecidos, como aparece repetidamente subrayado en la tradición de la Biblia.
Relaciones en equilibrio
A propósito de la dualidad los avances tecnológicos Ildefonso Camacho, SJ, señala que en la actualidad la tecnología ofrece muchas posibilidades, a la vez que impide otras como las relaciones humanas directas.
“Todas estas tecnologías nuevas hay que saber utilizarlas como instrumento para determinadas cosas, pero no para todo, que no sean una manera de cada vez reducir más el tiempo de la relación directa que tan importante es en el desarrollo de las personas” y agrega que “esto es muy propio de la teología, de la tradición cristiana y del evangelio. En realidad, las historias más bonitas que hay en el evangelio son aquellas en las que se produce un encuentro de Jesús con las personas”.
Refiriéndose a la tradición de la Compañía de Jesús, el profesor destaca que el buscar el desarrollo personal acompañando procesos se da dentro de una relación humana que exige tiempo, esto no lo pueden resolver los programas informáticos.