Para Juan Pablo Ruiz Alcocer, el cambiarse de carrera detonó una trayectoria estudiantil que lo ha llevado a Europa y Estados Unidos

Comenzó su andar por el ITESO en la carrera de Ingeniería Electrónica, “una carrera muy padre también”, pero Juan Pablo Ruiz Alcocer tuvo que ser sincero consigo mismo: ahí no estaba realmente su pasión. El salto a Ingeniería Química se dio después de platicar con el coordinador y con algunos estudiantes que ya iban avanzados en la carrera para que le contaran cómo la vivían. “Yo creo que es la mejor forma de saber de lo que se trata una carrera, platicando con la gente que la estudia”, señala.

En su octavo semestre de carrera, Juan Pablo tiene ya dos experiencias internacionales. La primera gracias al programa Magis Exchange del ITESO, que lo llevó a participar en un proyecto de investigación de tecnologías del medio ambiente en Sevilla, España. Ahí aprendió que “la ingeniería química se trata de retos, te tienen que gustar los retos y las cosas complejas y difíciles porque necesitas poner en práctica una serie de conocimientos para poder resolver algún problema”, y que el pilar de esta carrera es el trabajo en equipo. “No vas a poder resolver nada si no trabajas bien en equipo; es esencial para sobrevivir en la carrera y para que salgan las cosas”.

Cuando regresó de Sevilla, quiso retarse nuevamente más allá de las fronteras de México. Su coordinador de carrera le habló del programa “ENLACE Summer Research Experience 2024” en la Universidad de San Diego, en California, con siete semanas de duración, para integrarse a un proyecto de investigación.

El proceso de movilización, como todos, le implicó buscar cartas de recomendación, reunir documentos como el cardex, el currículum vitae y, sobre todo, el estar muy motivado para esperar los resultados de la convocatoria y hacer un plan b, por si las dudas.

A finales de mayo de este año se enteró de que un laboratorio en California lo estaba esperando: había sido aceptado. La beca incluía la manutención (alojamiento y comidas dentro de la universidad), lo único que él tendría que pagar sería el avión de ida y vuelta y sus gastos personales fuera del campus durante siete semanas “llenas de aprendizajes”.

El proyecto

Esas siete semanas en la Universidad de California, en el edificio de farmacéutica del campus, Juan Pablo pasó cerca de nueve horas diarias extrayendo enzimas – azoreductasas – de un cierto grupo de proteínas.

“Este tipo de enzimas tiene una propiedad muy específica: puede romper un doble enlace nitrógeno-nitrógeno, que es lo que convierte en tóxicos a ciertos colorantes industriales”, explica, “así que nosotros desintoxicamos esos colorantes tóxicos que se utilizan sobre todo en las industrias alimenticia y farmacéutica. Es algo que nunca se había logrado con los colorantes tóxicos con los que trabajamos, como el rojo de metilo, que se utiliza muchísimo en la industria alimenticia”.

Una vez que se logra esta desintoxicación, “lo que sigue es un largo proceso de prueba con otros colorantes y otras enzimas para tener una tabla de resultados lo más completa posible, y ya que esté esta tabla sigue el proceso de publicación, el famoso ‘paper’ de las investigaciones doctorales”.

Una vez publicada la investigación, se puede considerar hablar con empresarios de la industria alimenticia y farmacéutica para que implementen estos descubrimientos y se desintoxique a estos colorantes.

Durante el tiempo que estuvo allá, los líderes de la investigación les comentaron que los estudiantes mexicanos son muy valorados para llevar a cabo este tipo de proyectos, ya que son más tolerantes y pacientes para estar encerrados en un laboratorio cerca de 9 horas diarias. “En esta carrera vas a llegar lejos si tienes la paciencia y la disciplina, cualidades que los PhD de allá valoran mucho”, afirma Juan Pablo.

Un mundo de oportunidades

¿Qué le dirías a alguien que está por decidir si estudiar Ingeniería Química o no?

Cualquier persona que quiera estudiar cualquier ingeniería tiene un mundo de oportunidades aquí en el ITESO y hay que aprender a aprovecharlas. Acércate a quienes ya estén estudiando esa carrera, así como al coordinador, y hazles todas las preguntas que puedas. En mi carrera, por ejemplo, considero que no te tiene que apasionar la química, sino los retos, hacer proyectos muy padres en industrias como la cosmética, la energética, la alimenticia y la farmacéutica, por poner algunos ejemplos.

A quienes están por inscribirse a la universidad, o quienes ya están dentro, les diría ‘aviéntense’. Siempre aviéntense, propongan, si ven por ahí una convocatoria participen, porque una carrera no es solamente venir al campus y asistir a las clases – que son importantísimas porque de ahí parte el conocimiento – para obtener una calificación, qué aburrido sería ¿no? Lo que llena la estancia universitaria es lo que hagas aparte. Busca a tu coordinador, a estudiantes que vayan en semestres más avanzados que tú pregúntales qué experiencias han tenido en la carrera. También intégrense a grupos. Por ejemplo, yo gracias a que estaba en el grupo de Internacionalización ITESO en Facebook me enteré del Magis Exchange, que me llevó al intercambio en Sevilla, y en el grupo de avisos de Ingeniería Química, también en Facebook, me enteré del Programa Enlace, que me llevó a formar parte de la investigación en San Diego

FOTO: Luis Ponciano