La exposición Los Paisajes Sensoriales de Tequila es una muestra del material fotográfico que integrantes del Proyecto de Aplicación Profesional “Diseño como factor de desarrollo sustentable con artesanos y pequeños productores en Tequila” del ITESO han capturado durante tres años

En  época  de  sequía  los  ciruelos  y  los  mangos pintan de amarillo la barranca de  Tequila,  desde  aquí  se  alcanza  a  contemplar el Río Santiago y la Sierra Madre a la que llaman también sierra de Tequila o la sierra del Salvador. Y del otro lado del poblado, cuando es temporada de lluvia, los hongos y líquenes son los que colorean y dan textura a los bosques del volcán.

Son paisajes poco conocidos de la región y que se pueden explorar en la exposición Los Paisajes Sensoriales de Tequila que está en el campus y que es una parte de las imágenes que durante tres años han capturado integrantes del Proyecto de Aplicación Profesional “Diseño como factor de desarrollo sustentable con artesanos y pequeños productores en Tequila” del ITESO.

La intención, cuenta Andrea Fellner, profesora del PAP, es mostrar que hay más en Tequila que el paisaje agavero “a la par de visibilizar qué hace el hombre dentro de estos paisajes en su actividad productiva y cuáles son los elementos sensoriales intrínsecos en cada uno de estos panoramas”.

Cuatro paisajes y sus texturas son los que conforman la exposición: agavero, el volcán, la barranca grande y la sierra. El primero fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y el segundo es un ícono para los tequilenses donde predomina un clima fresco. La barranca se distingue por su clima subtropical y la sierra por el rescate del maíz criollo.

La exposición, que también se llevará a Tequila, se realizó con el apoyo de la Fundación Beckmann, el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano, en especial con la participación de la profesora Fabiola Colmenero Fonseca.

Agavero

Las pencas del agave azul albergan una gran variedad de texturas visuales y aromas, que en su conjunto brindan una experiencia sensorial única.

El panorama natural de la barranca cuenta con vegetación semitropical, fauna y paredes de roca basáltica. En la temporada de mayor sequía se pueden observar los cultivos de ciruelas y de mangos, que pintan de amarillo la barranca. Los cultivos de frijol y chiles completan la paleta de colores.

Se caracteriza por sus altos contrastes tanto en temperatura, texturas, colores y aromas. Los maíces criollos que se siembran aquí aportan gran colorido a las texturas visuales de los paisajes majestuosos de la Sierra Madre.

El panorama natural de la barranca cuenta con vegetación semitropical, fauna y paredes de roca basáltica. En la temporada de mayor sequía se pueden observar los cultivos de ciruelas y de mangos, que pintan de amarillo la barranca. Los cultivos de frijol y chiles completan la paleta de colores.

El panorama natural de la barranca cuenta con vegetación semitropical, fauna y paredes de roca basáltica. En la temporada de mayor sequía se pueden observar los cultivos de ciruelas y de mangos, que pintan de amarillo la barranca. Los cultivos de frijol y chiles completan la paleta de colores.