El ITESO y la Loyola Marymount University, a través de su Facultad de Derecho, presentaron el proyecto que ofrecerá asesoría jurídica y acompañamiento psicológico a personas en situación de movilidad humana en el Área Metropolitana de Guadalajara. El modelo de trabajo, se explicó, busca tomar como punto de partida las necesidades de la comunidad

Por Édgar Velasco y Diana Alonso

Cada año, miles de mariposas Monarca viajan desde el sur de Canadá y el norte de Estados Unidos para llegar hasta el centro de México. Vuelan a lo largo de casi 5 mil kilómetros y nada las detiene: ni siquiera las fronteras. Las alas naranja y negro sirven para ilustrar el trabajo que va a realizar la Clínica Jurídica Binacional, iniciativa a cargo del ITESO y la Loyola Marymount University en Los Ángeles, California: “Como las mariposas, cruzamos fronteras”, dijo a cuadro Marissa Montes para cerrar el video que fue proyectado durante la presentación oficial del proyecto, actividad con la que la clínica ha iniciado sus labores.

El ITESO y la Loyola Marymount University tienen en común que ambas son instituciones confiadas a la Compañía de Jesús. Ahora, además, comparten un proyecto de incidencia binacional que busca construir un entorno más justo y solidario para las personas en situación de movilidad humana, ya sea que se encuentren en un proceso migratorio, de deportación, de retorno o buscando asilo o refugio. Durante la presentación de la clínica, Brietta Clark, decana de la Facultad de Derecho de la Loyola Marymount University, reconoció la visión, el liderazgo y la determinación de Marissa Montes, académica fundadora y directora de la clínica que opera la universidad estadounidense e impulsora de la clínica binacional. “La Universidad Loyola y el ITESO han colaborado siete años ofreciendo servicios para migrantes y hoy se formaliza el compromiso”, dijo Clark, y añadió que ambas instituciones tienen en común “la búsqueda de la excelencia académica, el compromiso y la creatividad para enfrentar los retos y ayudar a las personas más vulnerables”.

Brietta Clark dijo que tanto la clínica de Los Ángeles como la de Guadalajara, que tiene como sede la Casa ITESO Madero, buscan formar estudiantes al tiempo que inciden en tres dimensiones: primero, ofrecer apoyo directo a migrantes, deportados y refugiados; segundo, el diseño de políticas que permitan avanzar hacia la creación de un sistema más justo para propiciar una movilidad humana con dignidad y, tercero, cultivar generaciones de líderes comprometidos con la dignidad y los derechos humanos. “Es un modelo que se está replicando en otras universidades y que es muy importante en un momento en que los derechos humanos y la movilidad están bajo ataque”, dijo Clark.

Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, dijo que el proyecto de la clínica jurídica en migración “es una iniciativa sólida y de incidencia binacional que nace del interés por ampliar la colaboración entre dos universidades confiadas a la Compañía de Jesús y en la búsqueda de una transformación positiva de la sociedad”. Mencionó que la clínica ofrecerá acompañamiento y servicios de representación legal a la población en situación de movilidad humana en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

El inicio de las labores de la clínica es pertinente porque, dijo el Rector, en los últimos años se ha registrado “un aumento en los flujos migratorios, motivados por la pobreza, los conflictos, el cambio climático y los desastres naturales. Las personas dejan sus países para buscar un mejor entorno para vivir y desarrollarse, pero encuentran un ambiente cada vez más hostil en los lugares de destino y en su tránsito son víctimas de violaciones a sus derechos humanos, de explotación laboral, de abusos de las autoridades y del crimen organizado”.

Zatyrka Pacheco también se refirió a la doble función de las clínicas jurídicas: la primera, brindando atención a personas en situación de movilidad; la segunda, instituyéndose como un espacio de formación para estudiantes, en el caso del ITESO de Derecho, Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas, mientras que estudiantes de la Loyola Marymount University vendrán para aprender defensoría jurídica. Para concluir su intervención, el Rector del ITESO reiteró el agradecimiento por los trabajos para “volver realidad una iniciativa que busca ofrecer no sólo asesoría legal, sino también un lugar donde las personas encuentren hospitalidad, consuelo y esperanza”.

“La comunidad define las metas”

Como parte de las actividades para enmarcar el inicio de operaciones de la Clínica Jurídica Binacional se realizó una charla en la que participaron Adriana González Arias, profesora del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (Desoj) del ITESO; Karina Arias, del Programa de Asuntos Migratorios (Prami) del Centro Universitario de Incidencia Social (Coincide); y Marissa Montes, académica y directora fundadora de la Clínica Jurídica de la Loyola Marymount University.

Alejandra Guillén, también académica de Coincide, fue la encargada de moderar el diálogo y comenzó preguntando a las participantes por el contexto en el que nace el proyecto binacional. Marissa Montes dijo que “estamos enfrentando algo histórico que a todos nos da miedo. Yo personalmente no había enfrentado algo como esto, [un contexto en el que] no se sigue la ley pero no sólo contra los migrantes, sino también contra los ciudadanos estadounidenses”.

Por su parte, Karina Arias señaló que se trata de “un contexto siempre variante, muchas veces adverso, frustrante, pero también gratificante de saber que estamos poniendo una semilla para ofrecer un oasis en el trayecto de las personas. Se trata de un contexto en el que todos debemos adaptarnos a las necesidades de las personas y de las organizaciones para trabajar de manera conjunta, aportar y construir algo más hospitalario para las y los migrantes”.

Al hacer un recuento histórico del proyecto, Marissa Montes recordó como en 2012, recién egresada, fundó la clínica jurídica de la Loyola Marymount University ya que en la comunidad, integrada principalmente por migrantes centroamericanos, “faltaban servicios jurídicos y organizaciones de incidencia para enfrentar un sistema hecho para deportar, no para proteger. Lo que hicimos fue trabajar con ellos, la comunidad define las metas”. Esto, añadió, habría de marcar la pauta para el modelo de trabajo puesto en marcha y que habrá de replicarse en Guadalajara: trabajar en función de las necesidades de las personas y de la comunidad. También mencionó su relación con el ITESO, a donde acude cada año como profesora invitada del Verano Internacional, y cómo esta experiencia le permitió ver que hay una conexión importante entre Guadalajara y Los Ángeles, lo que dio pie a la idea de fundar la clínica binacional.

Adriana González Arias dijo que el sueño de tener una clínica jurídica de migración se remonta a hace ocho años e hizo un repaso de cómo el ITESO se ha ocupado del tema migratorio, diseñando materias que se ocupen del tema. Así surgió, dijo, la materia Migración, Asilo y Refugio para el Verano Internacional, impartida por Marissa Montes e integrantes de FM4 Paso Libre y el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). “Ahí pudimos detectar necesidades de las personas que atienden las organizaciones, pero también del alumnado. Vimos la necesidad de acompañar los casos”. Karina Arias completó mencionando el trabajo que se hace desde el Desoj, el Prami y los Proyectos de Aplicación Profesional, labores que han servido como antecedente para la Clínica Jurídica Binacional.

Actualmente, la materia Migración Asilo y Refugio ya se ofrece como parte del catálogo de saberes complementarios, además de que la materia Derecho Migratorio forma parte de la currícula académica. “Es un menú amplio que hemos venido aprendiendo y aplicando”, dijo Adriana González.

Las tres participantes en el diálogo resaltaron la importancia del carácter formativo de la clínica, además de la condición indispensable de que sean las personas y la comunidad las que determinen el trabajo que se debe realizar. Se dijo que la intención es vincularse con otras organizaciones y que la idea es que el modelo pueda ser replicable por otras universidades para que puedan adaptarlo a sus contextos específicos. “Hay que ser estratégicos, buscar los vínculos y revisar las diferentes diásporas para replicar las clínicas”, dijo Marissa Montes.

 

Inauguran la Clínica Jurídica binacional en Casa ITESO Madero

Autoridades del ITESO y de la Loyola Marymount University realizaron el corte de listón para inaugurar oficialmente la Clínica Jurídica de Migración en Casa ITESO Madero. Este proyecto binacional, fruto de una colaboración entre dos universidades confiadas a la Compañía de Jesús, representa la materialización de un compromiso compartido con la vocación académica, la dimensión espiritual y la incidencia social.

“Un acto de amor. Es la mejor definición que podemos dar a la creación de este espacio que brindará no solo servicios de asesoría legal a las personas migrantes, sino que también les proporcionará amparo, consuelo y esperanza”, mencionó Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, rector del ITESO.

Marcos del Rosario Rodríguez, director del Desoj, añadió que “esta colaboración nos recuerda que los problemas sociales no conocen fronteras y que la que la universidad en su vocación más profunda tampoco debe conocerlas […] nuestras y nuestros estudiantes […] tendrán la oportunidad de acompañar casos concretos, de escuchar historias de vida, de comprender de primera mano los retos de la movilidad humana y, sobre todo, incidir en proyectos que transformen destinos”, añadió Marcos del Rosario Rodríguez, director del Desoj.

Voces de esperanza

Durante sus intervenciones, los miembros del presídium destacaron la pertinencia de la Clínica Jurídica de Migración en un contexto marcado por el endurecimiento de las políticas migratorias. “Nuestros gobiernos se han dedicado a transformar las fronteras geográficas en muros cada vez más altos, en lugar de transformarlas en puentes. Por lo tanto, es más importante que realmente vivamos unidos, colaboremos y sirvamos a esta población migrante forzada”, mencionó Rafael Moreno, SJ, asesor de la Red Jesuita con Migrantes del continente americano.

“A lo largo de mi carrera, jamás imaginé que iniciaría un proyecto en Guadalajara, la ciudad donde nací, y en Los Ángeles, el lugar donde crecí y que tanto amo. Muchos de nosotros no tenemos la oportunidad de regresar, y mucho menos en nuestros propios términos”, expresó Marisa Montes, directora de la Clínica de Justicia para Inmigrantes de la Universidad Loyola Marymount y una de las impulsoras de la clínica binacional. En su discurso, compartió que este proyecto tiene un significado personal y reconoció que, sin el esfuerzo de sus estudiantes, del equipo del Prami y, sobre todo, de la comunidad migrante, esta iniciativa no habría sido posible.

También estuvieron presentes por parte de la Universidad Loyola Marymount José Badenes, SJ, director académico y Brietta Clark, decana de la Facultad de Derecho. En representación del ITESO también asistieron Juan Carlos de Obeso, primer vicepresidente de ITESO, AC, en nombre de Guillermo Gatt, presidente de la asociación, Luis Marrufo, director general académico y Jorge Rocha, director de Integración Comunitaria. Además, se contó con la participación de Scott Santarosa, SJ, provincial de la provincia de Oregón.

Al finalizar las intervenciones, el rector Alexander Zatyrka, SJ, bendijo la Clínica Jurídica de Migración en compañía de Rafael Moreno, SJ,  y Scott Santarosa, SJ. Con esta ceremonia, Casa ITESO Madero quedó oficialmente establecida como sede del proyecto. Su ubicación, en el corazón de la ciudad, representa un punto estratégico que facilitará el acceso a los servicios de asesoría legal, acompañamiento y formación a quienes más lo necesitan.

FOTOS: Luis Ponciano