El jesuita y profesor del Departamento de Estudios Socioculturales dio forma a un libro en el que, a través de 14 narraciones, hace un repaso de diferentes momentos de su vida y da cuenta de una ciudad que ya no es la que era
Una tarde, Javier Martínez, SJ, vio llover.
El aire fresco que acompañaba esa tarde llegó con algo más que agua: llegó con recuerdos. Recuerdos de una casa en el barrio de Mexicaltzingo, en Guadalajara, una casa que ya no existe. Con el aire y la lluvia y los recuerdos, tuvo la pulsión de escribir sus memorias y dejar registro de una vida que se ha vivido en libertad en una ciudad que ya no es lo que era. Así nació Bajo la lluvia, la vida que se va, libro autobiográfico que fue presentado en la Casa ITESO Clavigero como no podía ser de otra manera: entre amistades.
Javier Martínez es jesuita y ha sido profesor e investigador de la Ibero Ciudad de México y del ITESO, donde durante más de 30 años se ha desempeñado como integrante del Departamento de Estudios Socioculturales, contribuyendo a la formación de cientos de egresados de la carrera de Comunicación. Además, durante su estancia en Roma fue director del Programa en Español de la Radio Vaticana.
Sin embargo nada de esto es material para Bajo la lluvia, un libro que fue calificado por Juan Carlos Núñez Bustillos, periodista y académico del ITESO, como «entrañable» ya que presenta «momentos significativos en la vida de Javier. Es la prueba de que todos tenemos algo relevante qué contar». También detalló que a lo largo de las 14 narraciones que integran el volumen es posible atestiguar «una vida que se narra con la libertad y la serenidad de quien la ha disfrutado».
Sobre el resultado final del libro, Núñez Bustillos aclaró que no se trata de «una biografía pormenorizada, no aparecen los grandes logros que ha alcanzado durante su servicio, ni sus aportes a la Radio Vaticana. Ése es otro libro que ya nos debe Javier». De lo que sí se trata, añadió Juan Carlos, es de un libro que sirve para conocer una ciudad que ya no es la que era a mediados del siglo XX y en el que cada quien podrá encontrar alguna valiosa peculiaridad. A él, por ejemplo, le motivó a hacer «un reportaje sobre los dulces que han desaparecido» y que aparecen mencionados en las páginas.
En esa misma línea discurrió el comentario de Sergio Padilla Moreno, también académico del ITESO y quien igualmente dedicó unas palabras al libro de Javier Martínez, SJ. En su caso, señaló, su pasión por la historia de Guadalajara se vio alimentada por las descripciones hechas por el autor a partir de sus recuerdos de infancia y juventud. «Es un libro que puede ser interesante a cualquier persona interesada en la historia de la Guadalajara de mitad del siglo XX».
Al referirse al autor, Padilla lo describió como «un hombre, un jesuita, un profesor que ha disfrutado la vida en plenitud y sin reserva».
Luego de las intervenciones de los presentadores, Javier Martínez, SJ, dedicó palabras de agradecimiento a todas las personas que de alguna manera participaron en el proceso de escritura del libro. Después leyó en voz alta el primer capítulo, en el que construye una imagen nostálgica de la casa de su infancia, su fuente, sus árboles y ventanas. Esa casa, dijo, «es un paraíso perdido del que ya no queda nada ni nadie. La casa se ha perdido completamente. Todo fue arrasado».
A petición de una persona de la audiencia, compartió el capítulo final, en el que hace un pase de lista de sus amigos de la infancia y en el que da cuenta de cómo han ido muriendo por enfermedad, caídas, tragedias. Haciendo una metáfora con un teatro, leyó: «El telón se cerró acabada la función que alegres disfrutamos, la música cesó, las butacas se fueron desocupando sin que apenas nos diéramos cuenta, algunos dejaron sus programas olvidados sobre los asientos, las luces de la sala se fueron apagando y nos invitaron a salir y a despedirnos para siempre».
Luego de una cálida carretada de aplausos, Javier Martínez, SJ, cerró la tarde firmando los libros que algunas de las personas presentes le acercaron hasta la mesa. Bajo la lluvia, la vida que se va, fue publicado por la Temacilli Editorial.

FOTOS: Roberto Ornelas