Del 26 al 29 de mayo se llevaron a cabo las ceremonias de terminación de estudios de licenciatura y posgrado correspondientes al ciclo escolar Primavera 2021. En ellas egresaron alumnos de 36 licenciaturas y de 21 posgrados

Por Erika Torres

El pasado miércoles 26 de mayo, aún con cubrebocas y con sana distancia, las y los ahora egresados de las licenciaturas en Ingeniería Electrónica, Ingeniería en Sistemas Computacionales, Informática Administrativa e Ingeniería Financiera, acompañados por sus familiares y autoridades universitarias, se reunieron en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, para culminar un ciclo que inició algunos años atrás.  

Lilia Araceli Lobato Martínez, egresada de Ingeniería Electrónica, se dirigió a sus compañeros «llena de emoción y orgullo», para compartir los recuerdos en común como pasar la noche en vela en los laboratorios intentando terminar sus proyectos, las primeras prácticas «y cuando tronamos nuestro primer capacitor», y para agradecer el apoyo de familiares «quienes con tanto esfuerzo y dedicación apostaron por nuestra educación y desearon que llegara este momento», compañeros y maestros.  

«Colegas ingenieros, el día de hoy al recibir nuestro diploma nos acercamos más que nunca a nuestros sueños, muchas gracias», finalizó Lilia.

Después de ella, tomó la palabra Darío Alejandro Arias Muñoz, egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales, quien destacó la importancia de la empatía, el estar presentes «aún en los episodios menos dulces», y defender lo que les hace felices.   

«Graduarse es un gran logro, pero a la vez un recuerdo del inescapable paso del tiempo que recuerda otro pedazo de verdad: no hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla», dijo, y agregó que esperaba que el largo camino que les tocaba emprender a partir de este momento estuviera lleno de éxitos, pero también de errores «que permitan movernos a otros lugares de la certeza equivocada de estar desde el principio en el lugar correcto».  

Antes de la Ceremonia de Terminación de Estudios, José Martín del Campo, SJ, ofició una ceremonia de acción de gracias haciendo un llamado «a que vivan con mucha pasión su vida profesional, teniendo en cuenta que todavía tienen muchos retos que resolver, sobre todo el de saber quiénes son y qué quieren de la vida», lo que se logra no solo por medio del estudio, sino «abriendo nuestro corazón para que enfrente del otro y de la otra, y dentro de un mundo social en el cuál vivimos, no en una burbuja narcisista, puedan salirse de sí mismos […] y así poder llegar, a los treinta años, pudiendo decir ‘este soy y esto quiero de mi vida». 

El Rector señaló los esfuerzos que durante la pandemia se requirieron por parte de estudiantes, profesorado y familia para adaptarse a las nuevas condiciones de vida, celebrando que, a pesar de ellas, habían logrado concluir sus estudios, pero también enfatizó que no todos los estudiantes pudieron regresar a las aulas este 2021, por causas de la pandemia o por la falta de recursos.   

«Frente a esta situación», dijo, «las enseñanzas de Ignacio de Loyola cobran vigencia. Tenemos muchos motivos para agradecer por tanto bien recibido, como decía el fundador de los jesuitas, pero por este mismo motivo tenemos también razones para comprometernos y hacer frente a una realidad injusta, que priva a muchas personas de sus derechos más elementales, como el de recibir educación.   

«En este sentido, la pandemia nos recuerda que las y los universitarios estamos llamados a responder a un mundo en crisis que nos interpela. La educación que recibieron en el ITESO les posibilitará ejercer una carrera exitosa, pero también podrán poner su preparación al servicio de los demás, especialmente de quienes viven en la pobreza y sufren injusticias».  

No obstante, pese a la situación del mundo actual, «en personas como ustedes late hoy la esperanza de un mundo mejor. Personas bien preparadas, con sensibilidad social, preocupadas por mejorar a su comunidad y por cuidar al medio ambiente», señaló Arriaga.  

El Rector exhortó a las y los egresados a ser una luz que ilumine a otras personas, así como hacer frente a la realidad y cambiarla.  

Tras estas palabras, se llevó a cabo la entrega de diplomas, con la presencia también de Luis Enrique González Jiménez, padrino de Ingeniería Electrónica, y Luis Alberto Sánchez Gatica, padrino de Ingeniería en Sistemas Computacionales.

«SEAN PORTADORES DE ESPERANZA»

Por Édgar Velasco

Cursar una maestría es complicado: volver a las rutinas de estudio e investigación y combinarlas con el ejercicio profesional puede resultar agotador. Si además la empresa se acomete en medio de una pandemia mundial, el desafío se vuelve aún más complicado. Por eso, si al concluir una maestría hay razones para agradecer y celebrar, éstas se vuelven todavía más grandes cuando por fin se recibe el documento que acredita el nuevo grado académico. Así lo vivieron las y los egresados de las maestrías en Administración y Mercadotecnia Global, que el pasado miércoles se reunieron, presencialmente, en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, para celebrar su ceremonia de terminación de estudios y volver a verse cara a cara, cubrebocas de por medio.  

Previo al acto académico tuvo lugar una ceremonia de acción de gracias a cargo de José Rosario Marroquín, SJ, quien recordó que hace diez años, cuando comenzó a dar la clase de «Problemáticas socioambientales», el mundo de la mercadotecnia le era completamente desconocido. Sin embargo, dijo, dicho mundo es completamente familiar para las y los ahora egresados, quienes cuentan con «experiencia para crecer como personas, profesionales y ciudadanos que acompañan a personas menos favorecidas para dar soluciones a necesidades concretas».  

El jesuita resaltó el hecho de que haber cursado la maestría durante la pandemia «marcará su vida porque marcó su rumbo de una manera completamente diferente», y añadió que sin importar las dificultades del proceso lo importante es que este ha fructificado y seguirá dando frutos. «Ojalá que sea un fruto pleno, que ocasione alegría y júbilo», dijo Marroquín.  

Una vez concluida la ceremonia religiosa se dio paso al acto académico, que fue presidido por Luis Arriaga, SJ, rector del ITESO; Guillermo Martínez Conte, presidente de ITESO, AC; Janett Cueto, coordinadora de la Maestría en Administración; Eduardo Revilla, coordinador de la Maestría en Mercadotecnia Global, y Bernardo Masini, titular de la Dirección de Investigación y Posgrado.  

En su mensaje a las y los egresados, Luis Arriaga, SJ, también se refirió a los retos y complicaciones que implica estudiar en un contexto como el que ha vivido la sociedad, situación que afecta los modos de enseñar, de aprender, de investigar. «Pese a las dificultades están aquí celebrando su logro, que es también un logro de la universidad. Gracias por su empeño para sortear las dificultades». 

Arriaga señaló que la culminación de los estudios es un «momento propicio para detenerse y ver el camino recorrido. Para preguntarse ‘¿a dónde voy?, ¿a qué voy? Incluso se puede analizar con mayor profundidad y preguntarse para qué estudiar este posgrado y al servicio de quién van a poner lo que aprendieron». Previamente había puesto como ejemplo a San Ignacio de Loyola, en el marco del Año Ignaciano con el que se conmemoran los 500 años de que el español fuera herido en batalla, algo que fue determinante en su vida ya que derivó en su conversión religiosa y, a la postre, en la fundación de la Compañía de Jesús.  

Para finalizar, el Rector del ITESO dijo a las y los egresados que debían poner sus habilidades al servicio de los demás para incidir en la sociedad «y hacerla más equitativa, más humana». Remató invitándolos a ser «agentes de transformación y reconciliación. A que vayan con alegría a servir a su comunidad. Que, frente a la desolación que impera en el mundo, sean ustedes portadoras y portadores de esperanza». 

FOTOS: Luis Ponciano