El cuidado, inherente a la condición humana, debe ganar espacio dentro de las estructuras política, familiar y relacional, destacó José Laguna Matute, teólogo y músico español, en la conferencia que dictó en el ITESO
Benjamina nació con craneosinostosis, una condición en la cual los huesos del cráneo cierran prematuramente y que puede provocar importantes deficiencias psicomotoras e intelectuales, entre otras afecciones. Para muchos paleontólogos y antropólogos, Benjamina significó el comienzo de la humanidad. ¿Por qué? Porque Benjamina existió hace más de medio millón de años y, gracias a evidencias fósiles, expertos determinaron que esta niña homo heildelbergensis vivió aproximadamente hasta los diez años.
Sin embargo un individuo con sus características no pudo haber sobrevivido sin la ayuda de su grupo. Lejos de abandonarla a una muerte segura por ser considerada un lastre, las evidencias muestran que su tribu probablemente masticaba la comida para ella y la llevaban consigo en sus desplazamientos. La cuidaron.
Los cuidados de Benjamina marcaron la diferencia entre los homínidos y los humanos y se convirtieron en «acontecimiento fundante de la especie humana», afirmó José Laguna Matute, teólogo y músico español, quien impartió la conferencia «El cuidado como centro de la actividad política, ecológica y social», invitado por el Centro Universitario Ignaciano (CUI) del ITESO.
«Empezamos a hablar de humanos cuando un grupo de homínidos decide que Benjamina debe vivir. Ese cambio de paradigma desde una sociedad que se entiende desde la autosuficiencia y la excelencia a una sociedad que se entiende desde los cuidados, nos obliga a repensar nuestros modelos y cosmovisiones simbólicas, familiares y políticas. El cuidado es tan antiguo como los seres humanos», señaló el ponente.
Doctorando en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid, Laguna Matute insistió en la cualidad articuladora de los cuidados en los modelos civilizatorios actuales y en la configuración de nuevos ordenamientos sociales y políticos. Asimismo, advirtió la importancia de considerarlos como elemento transversal en la estructuración jurídica y política, en semejanza a la figura de derechos humanos.
Si bien la preocupación por el cuidado es previa a la pandemia por Covid-19, la contingencia permitió renovar la consciencia colectiva respecto a la vulnerabilidad del ser humano. «Algunos hablan del minuto de lucidez: desde esta perspectiva de análisis político de los cuidados, la fragilidad y los cuidados se han puesto en el centro de la articulación social, con lo que se han reconfigurado otras dimensiones como la económica, política y educativa», dijo el también escritor.
Señaló que la centralidad del cuidado se enfrenta a los modelos actuales de producción, con lo que se constituye la crisis «capital-vida». «Nuestros modos de consumir, de vivir y de relacionarnos están atentando contra las bases materiales que sostienen la vida. El cuidado hoy en día ya no es una opción, es una exigencia», afirmó el ponente.
Otro aspecto del cuidado es el que se refiere a la corporalidad. «La reivindicación del cuidado pasa por entender que tenemos cuerpos frágiles que se enferman, que se relacionan. Los modelos que han articulado nuestros imaginarios sociales no han necesitado del cuerpo (pero) esos cuerpos deben formar parte de la reflexión filosófica, social y política para que estos modelos no sean irreales», dijo.
Laguna Matute advirtió que el cuidado es una relación de poder: un padre cuida de su hijo porque el hijo tiene una necesidad y el padre la capacidad de resolverla. Sin embargo, esa simetría «cuidacional» no se puede llevar al ámbito político, que se rige por relaciones de igualdad.
Por ello, al hablar del cuidado desde el enfoque político, esa relación de igualdad se traslada a la dualidad las personas para ser cuidadores y también sujetos de cuidado. Sin embargo el sistema patriarcal ha adjudicado las labores del cuidado casi exclusivamente a las mujeres, pese a que las capacidades para el cuidado no tienen bases biológicas. «Es otra crisis con el modelo que hemos construido», afirmó.
El teólogo invitó a los escuchas a reflexionar en torno al cuidado, a fin de abonar a la discusión e incluir el concepto en estructuras sociales, políticas y relacionales para bien de las generaciones actuales y futuras.
La actividad, llevada a cabo en el Auditorio M del ITESO, también involucró a Alejandra Cartagena López, académica del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia (CUDJ) Francisco Suárez, SJ; Efraín Jiménez Romo, titular de la Coordinación de Programas de Incidencia Social, y Jorge del Valle Márquez, académico del CUI, en diálogo con el ponente español.
FOTO: Francisco Cibrián