Apelando a ver la problemática real en el tema del agua, el filósofo y antropólogo social, Jorge Martínez Ruiz, abrió las actividades del Simposio 2024 “Día ero del Agua»
«El Día Cero del Agua es una moda que tiende una cortina de humo a la tragedia del agua. Es una paranoia que evoca un espectáculo de zombis que vagan en la desolación de la sequía perpetua, pelando con su prójimo por un trago de agua, es desconocer toda pauta de solidaridad”.
Desconociendo el concepto de uso en los circuitos académicos y de gobierno, pero apelando a ver la problemática real en el tema del agua, el filósofo y antropólogo social, Jorge Martínez Ruiz, integrante del Comité Ejecutivo del Programa Nacional Estratégico Agua para el Bien Común (PRONACE Agua) de CONAHCYT, abrió las actividades del Simposio 2024 “Día Cero del Agua”, que es organizado por el Seminario Permanente del Agua del ITESO.
Este término se refiere al momento en que una autoridad no puede dotar de agua suficiente y de calidad a una población y fue instituido en Ciudad del Cabo en 2018 para enfrentar la crisis de abasto que se venía en esta ciudad.
Martínez Ruiz considera que está visión no se sale de la postura extractivista que ha predominado a lo largo de la historia respecto a los recursos naturales del mundo y que, por el contrario, ha creado una falsedad de varias ideas extendidas, que se transmiten en forma de un discurso que pervierte e instala en la mente colectiva el pesimismo y la frustración, un estado de ánimo que quiere imponer lo que denomina la “hidra del agua”, es decir, el régimen corporativo y estatal que controla el agua.
“Transmiten la idea de que se ha llegado a un límite inevitable e imposible de superar que escapa a las posibilidades de cualquier ciudadano común. La expresión genera angustia y tiende a propiciar soluciones apresuradas que hieren a la naturaleza y perjudican al ser humano, induce a pensar que esta escasez conduce a una guerra del agua”, mencionó.
Entre estos falsos supuestos se encuentra aquel que dice que esta es una catástrofe inevitable fuera del control de las personas comunes; que la posibilidad de paliarla o evitar un desenlace fatal es tarea solo de expertos (economistas e ingenieros); que la crisis sólo puede ser encarada con la construcción de más infraestructura y de tecnología adecuada; la creencia de que primero hay que salvar la economía dominante, basada en el modelo capitalista y su expresión más infame: el neoliberalismo.
Incluso en el propio seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se continúa sosteniendo la primacía del agua como motor del desarrollo, por encima de la preservación de los sistemas naturales, considera el también director de la publicación La Noria Digital. “Entretanto los miles de millones de personas en el mundo que no tienen acceso al agua potable siguen viviendo su día cero del agua”, expresó.
“La crisis del agua es global, pero las catástrofes son locales”, dijo, considerando que para evitarlas es necesario que las comunidades estén involucradas en las decisiones que tienen que ver con el agua de su entorno, Este es un problema en el que su escala global tiene historias locales que se expresan de forma particular y es en esa escala en donde habrá que pensar las formas de resolverlo.
“Qué sentido tiene hablar del día cero del agua con los habitantes, por ejemplo, de Juanacatlán. Ellos tienen mucha agua, pero no la pueden beber ni tocar porque está contaminada. Chapala es otra historia de saqueo, especulación, contaminación urbana, plagas y plantas urbanas. Hay que articular el saber local con las tecnologías modernas, los recursos de los estados con la cultura de los pueblos”, declaró.
También mencionó que, en México, hay más de 20 mil sistemas comunitarios de agua que no son sujetos jurídicos y no tienen posibilidad de hacer convenios, por ejemplo, con Conagua o recibir concesiones o asignaciones. En ese aspecto, cada sistema comunitario de agua está partiendo de una decisión muy importante, que es la de reivindicar su derecho a decidir por el agua de su entorno, del cual han sido despojados.
Recuperar la ingeniería natural
Durante el acto inaugural del simposio hubo un mensaje especial a la distancia de parte de Pedro Arrojo Agudo, relator especial de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento y especialista en economía del agua, quien en vídeo comentó que ninguna infraestructura podrá resolver la problemática del agua que afecta a comunidades vulnerables compuestas por más de 2 mil millones de personas, si antes no atacamos las causas primordiales de su deterioro.
“La única estrategia viable y efectiva debe basarse en recuperar la ingeniería natural que gestiona el ciclo del agua en islas y continentes, lo que supone recuperar el buen estado ecológico y la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos, de los que depende la vida a diario (…)”, expresó para también asegurar que es necesario promover el nexo agua-economía desde un enfoque basado en derechos humanos y la consideración del agua como un bien común.
Los ocho informes temáticos que como relator ha elaborado para la ONU están depositados en la web del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Por su parte, Alexander Zatyrka Pacheco, SJ, rector del ITESO, expresó que este simposio, en el cual participan representantes de la sociedad civil, de gobiernos y de la academia, permitirá compartir datos, experiencias y proyectos para entender la crisis del agua en Jalisco y en México.
“Hemos invitado a un grupo interdisciplinario e intersectorial, personas expertas en estas áreas, tanto en el ámbito nacional como internacional. Este tema reviste una urgencia sin precedentes. Nos encontramos en un momento histórico en el que la escasez de agua amenaza con convertirse en una realidad cotidiana para millones de personas en el mundo. Esta situación exige que actuemos con responsabilidad y con visión de largo plazo”, indicó.
FOTO: Zyan André