La mayor pasión profesional de Andrea es el cine documental, y logró desarrollar una propuesta colaborativa a través del PAP Programa Indígena Intercultural. Conoce su historia.
POR IVANY ROMÁN
Durante su estancia en la universidad, Andrea Godínez se desempeñó en distintos ámbitos profesionales, desde fotografía hasta dirección y guionismo, pero lo que más la marcó fue el cine documental y colaborativo.
La egresada de la licenciatura en Comunicación y Artes Audiovisuales obtuvo el gusto por estos géneros en una de sus clases en la carrera, la de cine documental, en la que no solamente aprendió a apreciar distintos tipos de documental y analizarlos ampliamente, sino que entendió lo que implica producir un documental y lo que éste significa.
Para Andrea, el documental conlleva el “saber acercarse a la vida de una persona y retratarla, es como un intercambio de conocimientos entre el realizador y el documentalista”.
“No somos realizadores que vamos y graban a los otros, sino que vamos directamente con los otros y tratamos de no poner diferencia entre nosotros, y con eso se aprenden de ambas partes”.
A ella le interesan la colaboración y el impacto social que puede tener un documental. Por esto, el sentido de hacer algún proyecto audiovisual no es nada más para que sea visto o ganar dinero, sino que va mucho más allá. Andrea prefiere llevar correctamente las herramientas para contar historias que contengan mensajes que puedan impactar a los demás, y, sobre todo, hacer comunidad.
Es por esto que decidió junto con una de sus amigas, participar y llevar una propuesta de cine documental colaborativo al PAP Programa Indígena Intercultural.
Este proyecto llamado “Taller Audiovisual Comunitario” se llevó a cabo en San Miguel Huaixtita en la Sierra Wixárika. La intención de esta propuesta fue crear una metodología que culminara en la creación de cortometrajes realizados por los mismos chicos de esta comunidad.
El documental implica el “saber acercarse a la vida de una persona y retratarla, es un intercambio de conocimientos entre el realizador y el documentalista”. Andrea Godínez
Para lograr el objetivo de este taller, Andrea y su equipo les comunicaron a las personas del lugar la finalidad del proyecto, en el cual se les iba a dar clases de fotografía y video con el fin de crear un cortometraje.
Aunque al principio el equipo iba un poco nervioso por lo que se iba a hacer, conforme transcurría el taller, el equipo y los chicos de la comunidad se sintieron muy contentos con lo que estaban aprendiendo y logrando.
En los últimos días del taller se les enseñó la parte narrativa, y fue así como los chicos aprendieron a contar cualquier historia que ellos quisieran para después poder planear el cortometraje que tenían en mente realizar.
“Este proyecto fue muy significativo para mí y de total aprendizaje, pues me permitió comprender el cómo poder transmitir a niños los conocimientos que obtuve en toda la carrera, aunque claro, esto fue un poco complicado. Me emocionó mucho ver al final como estaban tan contentos con los resultados; y no solo ellos, sino también sus familiares y las demás personas que estaban en esa comunidad”, señaló Andrea quien cursó su bachillerato en el Centro Educativo Regional de Atotonilco.
Gracias a este proyecto, Andrea no solamente reforzó sus aprendizajes en la realización de cine documental y colaborativo, sino que entendió lo que significa estar en una comunidad de ese tipo y también el poder hacer comunidad junto con su equipo de trabajo.
Y de la misma comunidad aprendió que todo lo que ella haga no solo le afecta a ella, sino que a todos los que se encuentran a su alrededor.
Justamente esto es algo que rescata de la filosofía que tiene el ITESO, la parte comunitaria y social, la cual fue una de las anclas que obtuvo de la misma carrera y le ayudó a decidir qué quería hacer y el cómo, en un futuro.
“Ahora soy mucho más consciente de lo que ocurre a mi alrededor, ya no solamente veo situaciones de injusticia, por dar un ejemplo, sino que ahora es para mí una necesidad el poder actuar y apoyar”.