En el marco de los festejos por el Día del Maestro 2024, el académico recibirá la distinción de Profesor Numerario gracias a su desempeño como catedrático y coordinador de la Licenciatura en Comercio y Negocios Globales
«Porque está ahí». La leyenda cuenta que ésa fue la respuesta que dio el explorador británico George Leigh Mallory cuando alguien le preguntó, en la década de los 20, por qué quería llegar a la cima del Everest, la montaña más alta del mundo.
Porque está ahí.
Genaro de Jesús Portales Rodríguez, académico del Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM), entiende bien esta respuesta del alpinista y la ha abrazado a lo largo de su camino profesional. Esta filosofía de vida es parte de lo que le ha valido el reconocimiento de la comunidad universitaria para recibir la distinción como Profesor Numerario del ITESO.
Portales Rodríguez llegó al ITESO como profesor para la licenciatura en Comercio Internacional, hoy convertida en la Licenciatura en Comercio y Negocios Globales, en 2001. En 2004 fue invitado como profesor de tiempo completo y, de 2010 a 2021, fungió como coordinador de la carrera.
Fue durante esta temporada al frente de la segunda carrera más grande de la Universidad que Portales Rodríguez conquistó algunos de sus Everest: se obtuvieron dos campeonatos, un segundo lugar y un tercer lugar en diferentes ediciones del Maratón Nacional de Conocimientos de Comercio Exterior, Negocios Internacionales y Logística, organizado por el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce), así como el Galardón Jalisco a la Exportación 2014 y el Premio Nacional de Exportación 2015.
“De 2011 al 2015 la carrera se movió impresionantemente, como nadie y nada en México”, recuerda con gusto el catedrático. “Pudimos llevar al ITESO a un reconocimiento externo que no tenía; ahora me da mucho orgullo que cuando los chavos del ITESO llegan a un campeonato nacional, escuchas a los otros equipos decir: ‘A ésos les tenemos que ganar’. Y eso nos lo ganamos”, añade.
A pesar de estos logros y de una exitosa trayectoria laboral, su destino no estaba originalmente ligado al comercio ni a la docencia. Su camino profesional ha sido resultado de una serie de casualidades que Portales Rodríguez ha sabido detectar y aprovechar como oportunidades. El mundo laboral se encargaría de mostrarle un campo nuevo y en aquel momento incipiente en México, que terminaría por convertirse en su pasión: el comercio internacional.
Originario del Distrito Federal, egresó como ingeniero mecánico de la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco. Poco después, se unió a Procter & Gamble para trabajar en la línea de producción de una detergentera. Fue ahí donde sus superiores le hicieron ver que tenía características de administrador y lo invitaron a hacer un segundo proceso de entrevistas, esta vez para obtener una plaza en el área internacional del departamento de compras.
“Yo no sabía qué era una importación, una exportación, una aduana o una cadena de suministro. No sabía nada de nada, pero cuando lo empiezo a hacer en el día a día, me empieza a gustar”, recuerda. En aquel entonces, eran ingenieros quienes se encargaban de los procesos de logística, al tener la carrera de Comercio apenas unos años de haberse ofertado en el país. En esta posición echó mano de todas las herramientas y conocimientos que obtuvo en las clases optativas de Ingeniería Industrial que cursó durante su carrera.
El joven Portales Rodríguez se adentró en el comercio internacional apenas un año después de que México anunciara que abriría sus puertas al mundo a través de su adhesión a diversos tratados internacionales comerciales.
Recuerda que, en su primer día, su jefe le dio manuales de políticas y procedimientos y una ley aduanera, con la consigna de que los leyera. También lo acompañó a sacar un permiso a la Secretaría de Salud para importar sebo de res grado farmacéutico. El trámite no se completó ese mismo día, por lo que, al día siguiente, la tarea del nuevo recluta fue obtener ese permiso. “Yo le dije a mi jefe que apenas era mi segundo día, que no había terminado de leer los procedimientos. ‘Resuélvelo’ me contestó. Y eso me marcó para el resto de mi vida profesional, porque entendí que, al final del día, existen solamente dos cosas para todo lo que hagas: resultados y pretextos”, señala.
Por esa experiencia entendió que aun sin tener todo el conocimiento se pueden resolver situaciones, apoyándose, por supuesto, en quienes sí tienen ese conocimiento. Pero, además, aprendió que la actitud es vital para poder lograr objetivos.
Por cierto, obtuvo el permiso.
Dos años más tarde, inspirado por este nuevo mundo, el joven ingeniero decidió estudiar la licenciatura en Comercio Internacional en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), para profesionalizar lo que ya hacía en el trabajo. Antes de terminar la carrera y gracias a su experiencia profesional, la universidad lo invitó a dar clases en León, Veracruz y otras sedes. Para entonces, combinaba su trabajo, ahora en una agencia aduanal, con los estudios y la enseñanza.
Los conocimientos que fue recopilando gracias a su desarrollo en estos tres escenarios fueron la fuente para comenzar una serie de apuntes que eventualmente se convertirían en el primer libro del académico, titulado Transportación internacional, publicado por Editorial Trillas.
Ya en las filas de Kintetsu, empresa integradora logística de clase mundial, en 1999 llegó a Guadalajara como parte de su encargo. Aunque no estaba del todo convencido de vivir en provincia, poco a poco se fue enamorando de su nueva calidad de vida y decidió tomar residencia en esta ciudad.
En su siguiente trabajo conoció a Cecilia Gutiérrez Gómez, su esposa desde 2001 y madre de sus hijas, Cecilia Alejandra y Natalia. Ese mismo año entró al ITESO como profesor de asignatura y también se publicó su primer libro. Tres años más tarde el ITESO le ofreció una plaza de tiempo completo.
En tanto, el académico complementó su formación con una maestría en Comercio y Mercadotecnia Internacional, por la Universidad Politécnica de Madrid, España; y la Especialidad en Mejora de Procesos de Negocio, por el ITESO.
En la docencia
Genaro Portales lo acepta: tiene fama de ser un profesor duro. Pero él entiende esa dureza como mera disciplina y congruencia. “Si yo digo que voy a hacer algo, lo hago; si digo que no lo voy a hacer, no lo hago. Es algo que me enseñó mi padre y que me ha marcado mucho como profesor”, menciona.
“Dar clases es lo que más me gusta hacer”, afirma. Sin embargo, resalta que, de la experiencia profesional, disfruta el reto de lograr objetivos, ya sea con la gente, en contra de la gente o a pesar de la gente.
Bajo su coordinación, los estudiantes crearon la sociedad de alumnos y organizaron un viaje académico internacional, el primero de su gestión, a Long Beach, California. A éste siguieron excursiones a Panamá (2011); Holanda y Dubái (2014); Asia (Hong Kong, China continental, Corea del Sur y Japón, en 2016), y Turquía y Dubái (2019).
Fiel creyente de que el conocimiento tiene la inalienable condición de deber ser difundido, Portales Rodríguez también impartió cátedra a nivel licenciatura en el Tecnológico de Monterrey, en la Universidad Autónoma de Guadalajara, en la Universidad Marista y en la Universidad Panamericana, en esta última institución por 20 años, en tanto que a nivel maestría lo hizo en ITESO, en la Universidad Latina de América en Morelia y en la Universidad Rafael Landívar en Ciudad de Guatemala, como parte de los convenios que esta institución tuvo firmados con aquellas.
A sus estudiantes los invita a trabajar al límite en cualquier escenario, en toda ocasión. “No busques pretextos, da resultados. Y hazte de los recursos que necesitas para poder hacerlo, porque solo no vas a poder”, dice.
Del reconocimiento
De este nombramiento como Profesor Numerario, Genaro Portales no puede sentirse sino agradecido con los colegas que lo propusieron y armaron su expediente, con su familia por su apoyo durante todos estos años y con la institución, por permitirle trabajar con libertad.
Sin embargo, reconoce que mucho de lo que se tomó en cuenta para darle esta distinción obedece a cuestiones que él mismo propició, fuera de sus encargos institucionales. En ese sentido, votó por que en un futuro se puedan sensibilizar los parámetros bajo los cuales se decida otorgar nombramientos académicos de este tipo.
En el corto plazo, el académico buscará dar prioridad a su desarrollo personal y a la convivencia en familia, apartado ya de la faceta profesional. Si bien no descarta seguir en la docencia, en sus planes está viajar con su esposa y dedicar tiempo a la actualización de sus libros publicados.
A pesar de su férrea disciplina profesional y su pasión por la docencia y el comercio, concede que “la vida es mucho más que trabajar y dar clases y resolver broncas. Ahora, la parte profesional me preocupa poco. Estoy pensando en hacer cosas que, por la carga familiar o de trabajo, no había podido hacer. Queremos conocer Egipto, meternos a un curso de panadería o de coctelería”, comparte.
¿Cree que habría elegido el comercio internacional como su licenciatura de haber sabido de la existencia de este campo hace 41 años? “Sí”, dice sin titubear. “Pero me cuestiono si mi vida hubiese sido la misma. Tal vez no hubiera buscado un trabajo en producción y no hubiera llegado a la parte internacional. En ese camino paralelo, creo que mi vida sería totalmente diferente”, admite.
Al final, cada puerta que ha abierto y cruzado ha sido oportunidad para conocerse y desarrollarse tanto personal como profesionalmente. Portales Rodríguez ya conquistó varias cimas y lo seguirá haciendo, ahora como Profesor Numerario del ITESO.
¿Qué es un profesor numerario?
En el ITESO existen cinco categorías académicas para los profesores: adjuntos, asociados, titulares, numerarios y eméritos. Las tres primeras se refieren a una trayectoria de promoción académica, mientras que las dos últimas son distinciones que otorgan el Consejo Universitario y la Junta de Gobierno, respectivamente.
Los profesores numerarios habrán de tener por lo menos 12 años como profesores titulares en el ITESO y contar con maestría o doctorado. Esta distinción se otorga “en consideración de su desempeño sobresaliente en sus labores académicas y porque han sido reconocidos por la comunidad universitaria en virtud de su compromiso con el ITESO y sus Orientaciones Fundamentales”, estipula el Reglamento del Personal Académico.
FOTO: Luis Ponciano