En el marco del primer Simposio Ciudadanía y Convivencia Escolar, el ITESO anunció que próximamente se ofertará la Maestría en Aprendizaje Convivencial.

“No   podríamos   tener   las   fosas clandestinas, los desmembrados o los desollados que se han ido encontrando en los últimos años si alguien no cultivara el modo violento de hacer eso”. Así es como Miguel  Bazdresch  Parada,  doctor  emérito  del  ITESO,  describió  el  ciclo  de  violencia  en  el  que  está  inmerso la sociedad mexicana, como antesala  a  proponer  un  nuevo  paradigma en la convivencia escolar: formar buenos ciudadanos.

Esto lo expresó durante el primer simposio “Ciudadanía y convivencia escolar. Nuevas miradas para su intervención”, organizado por la Red de Gestión de la Convivencia y Formación para la Ciudadanía (Redconci) en colaboración con el ITESO.

Durante la inauguración del encuentro Catalina Morfín López, directora general académica, destacó que la violencia es un problema social con repercusiones muy graves en los ambientes educativos, por lo que confió en que a partir de la jornada se logren dialogar y construir estrategias que abonen a la concreción de una buena convivencia escolar, enfundado en un ambiente de paz, justicia, respeto y cuidado de las personas.

Adelantó que, puesto que la convivencia se ha convertido también en un campo de estudio, el ITESO ofertará la Maestría en Aprendizaje Convivencial en próximas fechas.

En su intervención Teresa Prieto Quezada, presidenta de la Redconci, enfatizó que las instituciones de educación deben buscar estrategias de formación ciudadana para la prevención, desde muy temprana edad pues “hay urgencia para generar paz y convivencia a la sociedad, tomando en cuenta la ola de violencia que estamos viviendo.”

Conferencia

Miguel Bazdresch Parada dictó la conferencia magistral “La convivencia escolar: un reto en la sociedad violenta”, en la que destacó los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que afirman que 78 de cada 100 personas tienen percepción de inseguridad, en tanto que 4 de cada 10 jaliscienses son víctimas de un delito cada año.

Aún frente a la realidad que muestran las cifras, Bazdresch Parada resaltó que la convivencia es posible aún en las sociedades más violentas pues “la convivencia es una cuestión social. Si la sociedad tiene ciertas características, la convivencia va a tener que trabajar con esas cualidades. Aún si no tuviéramos ningún rasgo de violencia, la convivencia seguiría siendo un problema humano de envergadura”, apuntó.

El académico planteó que la escuela es el espacio adecuado para educar a los niños en temas de democracia, derechos humanos, desarrollo moral, formación de valores y autoconocimiento emocional, todo desde estrategias de convivencia.

Porque al final “se trata de aprender a vivir juntos”, concluyó Bazdresch Parada.