La clausura de la II Jornada Académica de la Salud Mental por la Prevención del Suicidio tocó el tema de la posvención y el acompañamiento con personas cercanas a un acto de suicidio, por medio de una charla con el especialista Édgar Lomelí Aquino
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, cada suicidio consumado afecta como mínimo a otras seis personas; ante esto, es vital dar espacio a la posvención, que es el trabajo con los sobrevivientes cercanos a un caso suicida.
Este fue el tema de la conferencia de clausura de la II Jornada Académica de Salud Mental por la Prevención del Suicidio, organizada por el Instituto Jalisciense de Salud Mental (Salme) y por el Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles (C-Juven) del ITESO, que tuvo como ponente al psicoterapeuta Édgar Lomelí Aquino, coordinador de Asesoría Psicológica del C-Juven.
“Y después del suicidio… ¿qué? La posvención, el acompañamiento de los sobrevivientes” fue el nombre de la charla en la cual el especialista destacó que la posvención ante un suicidio tiene una característica muy particular, ya que este es un luto o duelo, que también tiene tintes de estrés postraumático, por lo que requiere un tratamiento diferente.
“El duelo es este conjunto de procesos, psíquicos, físicos, emocionales, sociales e incluso espirituales que las personas experimentan tras la pérdida. El postrauma está relacionado con una serie desencadenada de situaciones aterradoras, ya sea que las hayas experimentado o presenciado, por lo tanto, cuando hablamos de un duelo por suicidio, existe este evento aterrador de encontrarse con la noticia, más aún, si te toca a ti a o tu consultante, encontrar el cuerpo sin vida de la persona que amas”, explicó Lomelí.
En este sentido, la posvención se traduce como aquellas actividades que sirven para reducir los efectos de impacto traumático sobre la vida de los supervivientes, entendiendo como ellas a las personas familiares, ya sea directos, consanguíneos, pero también la familia elegida, es decir, pareja o amigos, ya que algunas personas lloramos la muerte de un ser querido que amamos como si fuera nuestra familia: “para prevenir el contagio social del suicidio hay que primero evaluar el impacto, y una vez que sabes esto, hay que dar un acompañamiento de cerca, hablar y escuchar”.
La posvención de suicidio implica una estrategia de intervención en crisis que reduzca la reducción del riesgo suicida por contagio, por lo tanto, es importante tanto acompañar como que se disminuya el estigma social por el suicidio.
“El punto del suicidio es que una vida fue interrumpida cuando no debía haber terminado. Rompe con todo orden y estructura, no tiene lógica. Todos sabemos que la muerte es parte de ese binomio vida-muerte, la cuestión es que visualizamos a la muerte muy adelante, y que puede ser derivada de factores que salen de nuestro control. En este caso, el ser querido empieza a travesar un dolor físico y psíquico, tras la muerte del ser querido”, detalló.
Hay además una serie de características particulares que son evidentes durante el duelo posventivo. En primer lugar están los dolores añadidos, que tienen que ver con la investigación legal, los interrogatorios policiales, la realización de la autopsia, la entrega del cuerpo y el reconocimiento, o la postergación del momento del sepelio.
Luego está la retraumatización, esto es, emociones que son asumidas por los supervivientes durante el duelo, tales como la vergüenza, la culpa, la ira, el miedo, la baja autoestima, o incluso el pensamiento distorsionado que pasa por la creación de verdades a medias o mitos sobre el evento. El tema es incluso más doloroso cuando se trata de padres que han perdido a sus hijos, pues el suicidio pone en entredicho la capacidad protectora de ellos, ya que la supervivencia de los hijos es lo que da sentido a la paternidad y maternidad, por lo que se habla de que estamos ante una pérdida narcisista –porque se dice que una parte de mi murió en este suceso–.
Por último, a nivel colectivo hay varias cosas para tener en cuenta al momento de hablar de un tema como el suicidio, por ejemplo, es importante que al momento de comunicar se respete la cultura –la relación de los mexicanos con la muerte es muy particular por los ritos prehispánicos alrededor de ella, pero también en el caso del suicidio es muy condenado por la religión católica predominante en el país–.
También en un contexto escolar o institucional es necesario que cuando ocurra la confirmación de un suicidio se transmita la información de manera objetiva, más si la muerte involucra a un miembro de la comunidad. Se tiene que hablar con claridad para evitar la distorsión del pensamiento. “En una comunidad educativa todos tienen que enfrentar el proceso de duelo, por eso es importante tener una buena comunicación entre todos los miembros, tener el tema protocolizado y contar con un equipo de respuesta de intervención en crisis de este tipo, es decir, poder preverlos y tener institucionalmente gente que se forme y capacite para poder actuar en caso de ser necesario”.
FOTO: Zyan André