La súbita llegada del SARS Cov-2 no nos permitió hacer un entrenamiento previo para vivir emocionalmente en pandemia. El Dr. Bernardo García Romero, coordinador de la licenciatura en Psicología del ITESO, nos orienta para que nos demos una segunda oportunidad.

Tengo poco más de dos horas intentando escribir la entrada para este texto que estás leyendo para contarte sobre fatiga emocional pandémica. Hice café, busqué en internet lo que se ha publicado sobre el tema, revisé Instagram, volví a buscar información, caí en la cuenta que fue hace ya 10 meses que nos pidieron por primera vez que nos quedáramos en casa, fui a Twitter. Y… nada, simplemente no encuentro la entrada o, más bien, lo que no encuentro es la salida a mi situación.   

Al inicio de la pandemia pensé que esto sería como cuando corro un medio maratón. No pienso en los kilómetros que me faltan, sino en el kilómetro en el que voy. ¿Cómo me siento?, ¿necesito tomar agua o me la echo en la cabeza para refrescarme?, pero desde hace varias semanas siento que esto ya superó el esfuerzo de un maratón completo.   

Esta idea se la comento a Bernardo Celso García Romero, coordinador de la licenciatura en Psicología del ITESO, y en su respuesta algo hace clic en mi cabeza: “para un maratón te preparas y para esto muchos no estuvieron preparados”.  

A lo largo de la charla (o consulta indirecta) el doctor en Psicología Clínica y de la Salud habla de los síntomas de la fatiga emocional, como la falta de interés, de atención, desmotivación y posibles síntomas emocionales de algo más grave. Así mismo, también menciona los recursos que las personas tienen (o carecen) para enfrentar esta situación u otras similares que implican mucho estrés. Hablamos sobre lo que pueden hacer quienes carecen de dichos recursos y cuáles son los signos de alerta para tener un menor desgaste emocional.  

Vamos por partes. Bernardo García explica que en la fatiga emocional se unen aspectos tanto físicos como emocionales. Su origen y el impacto que tendrá en cada persona puede ser diferente, es decir, la manifestación puede ser distinta en cada caso. “A partir de un suceso como la covid-19 se presentan distintos síntomas, tanto físicos como psicológicos que se tienen que atender de distintas maneras y, algo que resulta importante, es saber con cuántos recursos personales contamos previo a esta pandemia, quienes han fomentaron estos recursos para afrontar situaciones difíciles previamente y aquellas personas que los hayan estado trabajando durante todo este tiempo probablemente salgan mejor paradas que otras”.  

Y es que —lo vengo escuchando desde hace meses — la situación actual reveló que hemos hecho a un lado la promoción del autocuidado y de la prevención de nuestra salud, no sólo en el aspecto médico, sino también en el emocional.   

“La fatiga puede tener indicadores que van desde cuestiones conductuales y físicas, como el desgano, la falta de atención, el desinterés o la apatía por actividades o cosas que solíamos disfrutar y una gran falta de energía para afrontar los conflictos”, dice el profesor mientras mentalmente voy palomeando en mi lista personal dos de estos síntomas —tal vez sean tres—. “El problema o lo peligroso es que estos síntomas se puedan transformar en síndromes (que es el conjunto de síntomas) y estos en trastornos psicológicos como la ansiedad o la depresión”.  

Bernardo Celso agrega una pendiente más a esta carrera de resistencia: la fatiga por compasión. Aquella que sufres de manera constante por ti o por los demás, por algo que puede suceder y crees que te será imposible enfrentar porque no cuentas con los recursos para dar solución al problema o simplemente no puedes ayudar a los demás.  

Para el profesor del ITESO, además de la pandemia por la covid-19 estamos viviendo una pandemia de fatiga crónica, porque “todos estamos padeciéndola, en un nivel u otro, dependiendo de los recursos que tengamos y no sabemos hasta cuándo”.  

-Suspiro profundo y lento-. Y a todo esto, ¿qué es esto de los recursos personales?, pues se refiere a las herramientas físicas, mentales, económicas, espirituales y sociales que cada persona va implementando en su vida cotidiana para enfrentar situaciones de amenaza; aquí también influye la personalidad, hay personas que tienen recursos como habilidades o conocimientos para afrontar situaciones de frente (generalmente cuando sabemos que la situación de amenaza es susceptible a modificarse o a al menos a aminorar el sufrimiento que conlleva) y hay otras personas que, al contrario, las evitan (cuando la amenaza no es posible modificar por nuestros propios medios o por el mismo el contexto). “Pero hay situaciones como la de covid que, por ser tan desconocida, nos mantiene constantemente con una sensación de incertidumbre o de una amenaza, lo que aumenta los niveles de ansiedad, sube el cansancio y la apatía, porque, aunque en principio puedo comer y dormir bien, es evidente que la situación que vivimos no cambia o cambia poco. Lamentablemente esto nos viene a enseñar que somos muy vulnerables y de la importancia de estar constantemente trabajando en nuestros recursos”, dice Bernardo García.  

Esta pandemia nos da una oportunidad para que aquellos que no hayan trabajado previamente en su autocuidado, puedan comenzar a pensar no solamente en el presente sino en el futuro. Necesitamos hoy hacer estos guardaditos de salud física y emocional a partir de estilos de vida mucho más saludables para vivir mejor el mañana 

El temor a enfermarse, morir o enloquecer 

Estar irritable, sin interés, desmotivado y triste son signos de que hay un impacto emocional. “El desinterés por lo que estás haciendo en este momento de tu vida, el aislamiento de los niños y adolescentes de sus compañeros de escuela, de las parejas que viven en familias separadas o de las amistades que no hemos podido ver ni abrazar; la desmotivación por el futuro; este desinterés puede escalar a una cuestión grave, y si se agudiza podría generar un trastorno de ansiedad o depresión. Entonces hay que tener mucha comunicación con nosotros, ser compasivos y pacientes, es importante hablar de estos temas entre nosotros”, nos explica el doctor Bernardo García. 

Otra cuesta dentro de este maratón es que tenemos tres grandes temores en la vida: a morir, a enfermar y a enloquecer, “y en esta pandemia se nos están juntando los tres, entonces más que nunca tenemos que comunicarnos con los otros, con los nuestros y con los profesionales de la salud. Creo importante recalcar que la ayuda de un profesional que nos acompañe en esta situación es fundamental cuando vemos que estamos sufriendo de más.  

El especialista ve en la situación actual una llamada de atención para hacer campañas de prevención y para promover estilos de vida más saludables, no solo en la alimentación o en la actividad física, también en la salud emocional. “En nuestra cultura latinoamericana esperamos a que algo esté muy grave para atenderlo, para buscar ayuda profesional, además desde muy temprana edad dejamos el cuidado de nuestro cuerpo y salud a nuestros padres y en edad adulta a los médicos, nos volvemos pasivos de nuestro propio cuidado, es por esto que desde pequeños a los niños hay que enseñarles a conocer su cuerpo y a identificar cuando algo no está bien, sin alarmarse. “Esta pandemia nos da una oportunidad para que aquellos que no hayan trabajado previamente en su autocuidado, puedan comenzar a pensar no solamente en el presente sino en el futuro. Necesitamos hoy hacer estos guardaditos de salud física y emocional a partir de estilos de vida mucho más saludables para vivir mejor el mañana. Dormir bien, comer mejor, realizar actividad física, bajarle al estrés y, sobre todo, buscar que nuestro entorno (donde sea que te haya tocado vivir la pandemia) se convierta en un lugar que te aporte los recursos para vivir mejor esta carrera de largo alcance”.  

Al final, me tomó más de una jornada laboral terminar con este texto, pero al final ya sé qué es lo que me está pasando en esta pandemia, ¿y tú?

Bernardo García Romero es el coordinador de la carrera de Psicología del ITESO. Puedes contactarlo en el correo bernardocelso@iteso.mx y si tienes interés en la carrera, consulta la página https://carreras.iteso.mx/psicologia  

¿Necesitas ayuda?

La maestría en Desarrollo Humano ofrece para el público en general talleres de acompañamiento psicoterapéutico para vivir la pandemia. Para contactar con el Proyecto Presencia, escribe a Isabel Serrano en el correo anai@iteso.mx para informes.