Haz silencio, porque con él aumenta tu capacidad para atender lo que debes saber, lo que las otras personas desean compartirte, lo que la tierra clama que escuches, lo que Dios te dice y lo que tú deseas para ti mismo. 

 

Por Luis Octavio Lozano Hermosillo, SJ, integrante de la Compañía de Jesús y del Centro Universitario Ignaciano del ITESO. 

En esta época turbulenta marcada por la presencia de la Covid-19, las cuarentenas y los “botonazos”, escucha con atención. No solo hay que ver la realidad, sino escucharla, tomar conciencia y aprender de las consecuencias de lo que se oye.  A pesar de los esfuerzos que se hacen para disminuir el número de contagios y la alta mortalidad, no alcanzamos a escuchar lo que “la humanidad entera está gimiendo con dolores de parto” (Rom 8,22).  

 “Escuchen con atención” es una consigna que sobresale en la enseñanza de Jesús sobre el Reino de Dios, (Mc.4,3); “Escucha Israel” (Mc.12,29), representa al llamado que hace Jesús cuando le responde al letrado la pregunta sobre el mandamiento más importante. “Escucha Israel” (Dt.6,4) es una indicación que está presente en el Antiguo y en el Nuevo testamento.  

En los momentos en que el pueblo elegido se alejaba de los preceptos de Dios, las voces de los profetas, gritando en el desierto (Is 4 0,3), invitan a escuchar activamente los signos de estos tiempos en los que se ha dejado de lado la tradición oral y con ello, la transferencia de la historia, de las narrativas de los mitos fundacionales y de la vida de nuestros antepasados transmitidos por los ancianos y los sabios de las tribus. Por eso, es fundamental integrar la voz y sabiduría de los abuelos al núcleo familiar como una forma de recuperar la tradición oral y de desarrollar la habilidad de escuchar decidida y diligentemente; es enseñar a las nuevas generaciones la vida de nuestros ancestros y la ocasión para que la infancia y la juventud, ejerciten la escucha.  

El valor de la tradición oral se muestra en la película “The Song of Names” (2019) del director canadiense François Girard. En una de las escenas, cuando el personaje Dovidl se queda dormido en el tranvía y despierta en la terminal que se halla en un barrio judío, pregunta dónde se encuentra y de dónde provienen esos paisanos. Coincide que son del mismo pueblo en donde vive su familia; pregunta por ellos, porque no sabe su paradero por la guerra. Lo llevan a la sinagoga y el rabino empieza a decir una letanía de nombres de víctimas del campo de concentración de Treblinka. En los días que dura cantando, resalta los nombres de su familia como una forma de recordarlos. El filme muestra que para escuchar se necesita tiempo y silencio. 

Es en esta coyuntura convulsa, caracterizada por la incertidumbre, que es urgente aguzar el sentido auditivo para escuchar el clamor de la humanidad; aprender de nuevo a escuchar con el corazón para tener conciencia de la presencia del otro, del hermano que está enfrente de mí. Con la pandemia nos hemos cerrado en nosotros mismos, en nuestro hogar y el miedo nos impide escuchar el grito de auxilio de mi prójimo, en el sentido de “poner al «yo» en la periferia, colocando al otro en el centro de la vida anímica. Sólo cuando renunciamos a pensar, hablar y expresarnos… cuando frenamos la lengua, realmente escuchamos al otro” (Torralba, 2014). 

Escucha Israel… Escucha Pueblo Mío
Al principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella existía al principio junto a Dios. 
Todo existió por medio de ella, y sin ella nada existió de cuanto existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz brilló en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron. (Jn 1, 1-5) 

Cartel de Hugo García Sahagún, profesor de Diseño

Escuchar con el espíritu 

No basta aprender a escucharnos entre nosotros, sino a la naturaleza misma. En estas extendidas cuarentenas en donde la movilidad urbana y de la industria han bajado, se escucha la leve mejoría del ambiente.  No vayamos tan lejos, en el mismo campus del ITESO, se escucha la presencia de más aves: halcones, cardenales y gorriones.  Guardemos silencio para escuchar lo que nos grita la creación. 

Cuando el profeta Elías fue amenazado de muerte y huyó a refugiarse en una cueva, ahí en su encierro encontró la presencia de Dios en una brisa tenue (1Re. 19, 9-14) y escuchó la Palabra del Señor. Esa caverna, que le sirvió de resguardo, representa al confinamiento y la ocasión para escuchar en el sentido que propone Leonardo Boff (2020) “reaprender a escuchar la naturaleza… otras culturas próximas a nosotros, las andinas de los quechuas, los aymaras… otros se estructuran alrededor del escuchar. Lógicamente también ven, pero su particularidad es escuchar los mensajes de aquello que ven. … Y hablando con un chamán me decía: «yo escucho a la Pachamama y sé lo que ella me está comunicando»”.  

La escucha en la Espiritualidad Ignaciana es sustancial. Los Ejercicios Espirituales (EE) son una escuela de escucha de la Palabra, de la llamada de Dios desde nuestros deseos más profundos que surgen del amor incondicional del Padre que se percibe en la relación con los otros y la naturaleza. “Ser contemplativos en la acción” es un fruto que Ignacio propone al final de los EE. La experiencia de Ignacio de acompañar al ejercitante en los EE y en la dirección espiritual, es una lección que demuestra la importancia de fomentar una actitud de escucha para “sentir y gustar de las cosas internamente” (EE 2).  

La escucha que propone la espiritualidad ignaciana es activa, empática; capaz de captar la presencia del Padre en nuestra vida, para así poderlo escuchar con claridad en las mociones del buen Espíritu y las tretas del mal espíritu y discernir la voluntad del Dios en las deliberaciones que sean necesarias para colaborar en la construcción del Reino de Dios. Para salir de nuestras cuevas y miedos necesitamos desarrollar una escucha activa y empática que nos lleve al encuentro del Otro, de los otros y de la creación. “Escuchen con atención”, el discernimiento es una oportunidad para transformar los signos de muerte en vida, construyamos el Reino de Dios.  

Bibliografía: 

Leonardo Boff. (2020). Otro paradigma: escuchar a la naturaleza. Noviembre 7, 2020, de Servicios Koinonia Sitio web: https://www.servicioskoinonia.org/boff/ 

Francesc Torralba. (2014). El arte de saber escuchar. Milenio, España. 

Ignacio de Loyola. (2011). Ejercicios Espirituales. España: Ciudadela Libros