Tres estudiantes del ITESO cuentan cómo se han vinculado con la realidad de los pueblos indígenas desde el PAP Procesos Interculturales con Comunidades Indígenas.

 

Donde las utopías se expanden 

Por Itzel Hernández López

Cuando decidí emprender el camino hacia la Sierra Tarahumara iba buscando nuevas formas de ver el mundo para mi hacer profesional. Lo que no me esperaba es que serían las niñas y los niños quienes me enseñarían a mirar y cuidar. 

Durante mi estancia en la Sierra trabajé en la asocación Tamujé Iwigara, donde tuve la oportunidad de proponer y gestionar un proyecto de educación emocional.  Trabajé con niñas y niños, rarámuri y mestizos, un proyecto psicoemocional a través de talleres, tiempos de juego y espacios de escucha activa. Fue un espacio de compartir mi conocimiento profesional, pero más allá de eso, un espacio en donde aprendí de ellas y ellos.  

Los rarámuri me enseñaron a vivir en el silencio, a amar la naturaleza desde el cuidado y la contemplación. Cada día me asombraba de algo nuevo, la belleza natural del paisaje, ver la nieve caer y después vivir de cerca el cambio de estación con la llegada de la primeravera y el verano. Me sorprendió el amor que le tienen a la naturaleza, la manera de hacer comunidad, el encuentro con la enseñanza a través de observar y la conexión con la tierra. Al final, yo acompañé sus procesos de aprendizaje y ellos acompañaron los míos. 

Cuando en la comunidad nos enteramos de la pandemia fue la oportunidad de repensar el PAP, de volver a crear mi intervención. Hice una red de colaboradores y amigos que estaban en Oaxaca, Puebla, México y Guadalajara para crear cápsulas psicoeducativas con con contenido original de narración de cuentos, baile, música, yoga, manualidades. Todos los talleres se publicaron a través de la página de Facebook Comunidad Educativa Tamujé Iwigara. Al concluir el proyecto, el gran aprendizaje fue sentir que tenía capacidades adquiridas en la carrera, sentirme capaz de afrontar el reto y  adaptarme a los cambios. 

Pisar la Sierra Tarahumara, llegar a la tierra del silencio, de los pies ligeros, del tesgüino, de la danza de los sueños y la fiesta con Onorúame (dios padre-madre); donde el ‘¿cómo estás?’ (piri rimuri) se traduce en ‘¿qué soñaste? fue encontrar una tierra mística y real. El lugar donde mis utopías se expanden 

Itzel Hernández López, estudiante de Psicología que en Primavera y Verano 2020 estuvo en la comunidad de Creel, Chihuahua, en la Sierra Tarahumara. 

Aprendizaje fuera del aula 

Por Luis Ángel Oseguera Farías

La pandemia ha evidenciado muchas desigualdades, entre ellas la educativa. El acceso a la educación como derecho fundamental está limitado para muchas personas, pero la situación es más grave para las niñas y niños de las comunidades rurales del país, debido a la falta de pertinencia de las alternativas a distancia implementadas. En mi comunidad de El Paso en Cotija, Michoacán, algunas familias no tienen televisión en casa o es compartida por todos los miembros, mucho menos acceso a computadoras e internet, y en la mayoría del territorio no hay siquiera cobertura telefónica. 

En verano, cuando vine a El Paso, todos comentaban la difícil situación por la que estaban pasando los niños y las niñas al no tener escuela. Yo había regresado a hacer mi PAP aquí y me pregunté: “con lo que yo estudio, ¿qué puedo hacer?A partir de ahí me di a la tarea de diseñar un proyecto colaborativo de investigación destinado a estudiantes de primaria para hacer frente a las limitaciones del aprendizaje a distancia. 

Mi trabajo ha consistido en un proceso de acompañamiento educativo fuera del aula, con distintas actividades en el territorio y retomando los aprendizajes esperados para este periodo. Asimismo, he comenzado a trabajar en algunas actividades que buscan visibilizar la diversidad de identidades que conforman a la población de mi comunidad, haciendo un énfasis particular en nuestro pasado y presente afrodescendiente. 

De todo este caminar siento que soy yo quien más ha aprendido, ya que he tenido ajustar la intervención de acuerdo al sentir de los niños y niñas, de las madres y padres de familia y de quienes me han acompañado en asesorías. Eso es algo que me ha gustado mucho, pues con la participación de las personas se han ido consiguiendo los objetivos planteados inicialmente. 

En lo personal me ha significado mucho colaborar con mi comunidad, y más en tiempos difíciles como los que vivimos. Me ha implicado volver a tocar base con la realidad de mi pueblo, entender las distintas problemáticas y preocupaciones que atraviesan las personas con las dificultades incrementadas por la pandemia, así como de construir desde el diálogo y la escucha comunitaria y horizontal. 

Luis Ángel Oseguera Farías, estudiante de Gestión Pública y Políticas Globales en noveno semestre que actualmente se encuentra en El Paso, Michoacán, desarrollando un proyecto de educación primaria alternativa.

Del discurso a la práctica 

Por Herminio Ramírez Díaz

No muchos jaliscienses conocen la comunidad de Tateikie, pero más de uno ha oído hablar del Pueblo Wixárika (huichol), al que yo pertenezco. Tateikie se ubica en el municipio de Mezquitic, al norte de Jalisco, a nueve horas manejando desde Guadalajara o a 15 horas en autobús. 

Mi proyecto PAP es la posibilidad de enlazarme con mi comunidad de origen, pero también poner en práctica lo que estoy estudiando (Derecho). Actualmente trabajo en la revisión al Estatuto Comunal, un documento sagrado que sirve para organizar el sistema de gobierno interno de la comunidad, como la Constitución de Tateikie. En ella se encuentran los derechos, deberes y obligaciones de todo comunero wixárika dentros de la demarcación territorial que corresponde a San Andrés Cohamiata.  

Decidí hacerlo porque he visto en Asambleas comunales que este documento es sagrado, pero solo de palabra, ya que en muchas ocasiones no se us para lo que es. Yo lo considero como un instrumento legal válido, el cual nos permite anteponer el derecho consuetudinario sobre el derecho positivo mexicano, solo que requiere un trabajo más profundo en cuanto a redacción y a su difusión, para que cada wixárika de Tateikie conozca su derecho, y que el Estado se mantenga al margen y no viole los derechos humanos del Pueblo wixárika. El objetivo es muy claro, lograr esa fuerza jurídica entendida en la lógica occidental, pero ejerciendo el pleno derecho desde la palabra de los mayores. Es un trabajo difícil, pero posible. 

Llevará tiempo para poder plasmar el resultado, sin embargo, el propósito ahora es presentar una primera propuesta que modifique la motivación del Estatuto y que siempre esté primero el derecho consuetudinario, como una forma de ejercer la autonomía, autodeterminación y el sistema de usos y costumbre. En pocas palabras, se plantea pasar del discurso a la práctica. 

Herminio Ramírez Díaz, estudiante de Derecho y originario de la comunidad Tateikie, desde donde actualmente hace una revisión el Estatuto Comunal, documento sagrado para el Pueblo Wixarika. 

Más sobre el PAP Procesos Interculturales con Comunidades Indígenas 

Desde hace más de 30 años el ITESO ha acompañado a las comunidades indígenas wixáritari y ná yerite. Actualmente se tiene presencia colaborativa en cuatro regiones del país: El Gran Nayar, Sierra Tarahumara, Sierra Mixe, y con indígenas migrantes y urbanos en la Zona Metropolitana de Guadalajara. 

A lo largo de los últimos 15 años estudiantes del ITESO se han vinculado con la realidad de los pueblos indígenas desde el modelo de los PAP al poner en práctica los conocimientos adquiridos en su formación universitaria, al mismo tiempo de dialogar con otras formas de ver y entender al mundo. 

Si quieres conocer más, escribe a irenealvaradosaravia@iteso.mx o consulta el Catálogo PAP en www.pap.iteso.mx