Rocío Enríquez, académica del Departamento de Estudios Socioculturales del ITESO, participó en la primera sesión del Café Scientifique ITESO de 2024, en la que se abordó el tema de los cuidados y la importancia de que todos los actores de la sociedad se involucren en las tareas en condición de equidad, ya sea de género o incluso generacional
Un proverbio africano afirma que “para criar a un niño hace falta una tribu entera”. Se refiere a que las tareas de la crianza deben involucrar no sólo a la madre, ni siquiera sólo a la familia, sino que toda la sociedad y sus actores deben implicarse en ellas. Y lo mismo podría decirse de las labores de cuidado: en ellas deben participar las familias, las y los vecinos, el Estado, las empresas, las universidades. Esta idea fue el eje que articuló el diálogo durante la charla “Cuidar: una tarea colectiva”, con la que Rocío Enríquez participó en la más reciente edición del Café Scientifique, en Casa ITESO Clavigero, el pasado martes 6 de febrero.
“Es importante, desde las ciencias sociales, abordar el estudio del tema de los cuidados como un problema. Esto nos permite ampliar la mirada para crear conciencia y tomar medidas como sociedad”, dijo la investigadora del Departamento de Estudios Socioculturales (Deso) del ITESO, quien señaló que las investigaciones que se han realizado sobre el tema casi siempre evidencian que hay una sobrecarga que recae sobre las mujeres, quienes además realizan las labores de cuidado en situación de precariedad.
La académica explicó que hay diferentes tipos de cuidados —directos e indirectos, económicos, materiales, de salud, emocionales— y dijo que éstos deben ser recíprocos, aunque dicha reciprocidad puede no darse en los mismos términos o, incluso, al mismo tiempo.
Al enlistar los problemas que giran en torno al tema, comenzó mencionando la familiarización, es decir, dejar la responsabilidad de los cuidados sólo en la familia, y derivado de ésta una marcada feminización de los cuidados, que recaen en abuelas, madres, hijas, hermanas. “Es necesario distribuir de manera más equitativa entre hombres y mujeres. Aunque hay avances, son menores”, dijo Enríquez.
También señaló como problema el envejecimiento poblacional, traducido en una mayor expectativa de vida que no va de la mano con la calidad de la misma; el achicamiento de los hogares; el alejamiento físico y emocional por cuestiones como la migración. Agregó que la biografía también influye: en algún punto de la charla, puso como ejemplo a personas víctimas de violencia intrafamiliar que ahora deben hacerse cargo de cuidar a quienes las violentaron.
Todas estas situaciones, afirmó, hacen evidente que es necesario “colectivizar el cuidado, colocarlo como un tema de agenda pública, crear sistemas integrales municipales, estatales y federal”. Además, añadió, es importante que se vea como un tema multidimensional, pues implica cuestiones de género, legislativas, de recursos, de diseño de políticas públicas y hasta de una diferente cultura laboral. “Tenemos que avanzar hacia un cuidado digno, que sea un derecho humano fundamental y universal”.
Para avanzar en esa ruta, dijo Rocío Enríquez, es necesario trabajar en la dimensión cultural del tema, para “revisar, reflexionar y deconstruir los códigos culturales del cuidado, que los consideran familiares, femeninos e individuales, para movernos a un esquema colectivo. El cuidado también es una construcción social y debemos cambiar el código para tener una mayor equidad de género”. Mencionó las redes de cuidado en las que se involucran vecinos, las familias extendidas, los centros de salud, los programas institucionales, para contribuir colectivamente a las labores.
La académica compartió con la audiencia una investigación realizada con apoyo del Fondo de Apoyo para la Investigación del ITESO, en la que se estudiaron casos de México, España y Uruguay. Dijo que este último país es de los que más han avanzado en la materia. El resultado de esta investigación quedó documentado en el libro Cuidado colectivo y personas mayores. Estudios de caso en México, España y Uruguay, editado por el ITESO.
Rocío Enríquez concluyó la charla diciendo que es importante ver el cuidado como una corresponsabilidad social —“no entenderlo como obligación, o mandato, o destino, o rol asignado por el género”—, que involucra a todos los actores de la sociedad. “La dimensión colectiva es central”.
FOTO: Zyan André