(*Ella se mueve). Brasil, país de contrastes, potencia mundial y sede de la Copa del Mundo de Futbol 2014 y los Olímpicos de 2016, fue el país al que se fue Cassandra Aragón Braun para vivir su experiencia de intercambio, en la que estudió, bailó y participó en proyectos comunitarios.

Cassandra Aragón es instructora profesional de zumba, estudiante de Ciencias de la Comunicación y, desde hace poco tiempo, una nueva admiradora de la multicultural nación brasileña

Su pasión por el baile y su deseo de estudiar en una de las nuevas potencias económicas del mundo y una nación históricamente fascinante, llevaron a Cassandra Aragón a Río de Janeiro, ciudad icono de Brasil.

La estudiante del séptimo semestre de Ciencias de la Comunicación en el ITESO, se sintió plenamente identificada con el modo de vida carioca, después de pasar un año en la también conocida como “Ciudad maravillosa”.

“Tiene todas las cosas que una gran ciudad para trabajar, estudiar y divertirte”, asegura Cassandra, de 21 años, quien tiene aspiraciones periodísticas y desde hace tres años es profesora certificada de zumba, disciplina que imparte en distintos puntos de la ciudad (búscala en cassandraaragon.zumba.com o en el sitio de Facebook “Zumba con Cass Aragon”).

Acontecimientos de la talla de la Copa Confederaciones (celebrada el verano pasado), el Mundial de Futbol 2014 y las Olimpiadas de 2016, han convertido a Brasil en un lugar donde el periodismo tiene muchas oportunidades, situación que la estudiante evaluó para hacer sus maletas e irse de intercambio a la Pontificia Universidad Católica, donde cursó materias de cine y periodismo.

“Me transportaba en camión y en bicicleta. Hay ciclovías por toda la ciudad, por lo menos en la zona sur, porque la zona norte está descuidada; es donde están todas las favelas”, explica.

Además de estudiar, Cassandra entró a una escuela de samba y se involucró en un proyecto social, ingresando como voluntaria en la favela Rocinha, la más grande del país, un asentamiento irregular en Río de Janeiro, donde impartió clases de surf y español a niños.

Rocinha es la favela más grande de Brasil, tiene casi la misma cantidad de habitantes que Puerto Vallarta [alrededor de 300 mil habitantes], pero con una extensión mucho más pequeña”, detalla.

 

Calidez en el gigante verde amarelo

Al igual que el clima, los brasileños son muy cálidos y muy parecidos en ese aspecto a los mexicanos, según percibió Cassandra, pero con la diferencia de que allá son más extrovertidos, tanto en el trato como en la forma de bailar.

Ella se acostumbró a su cultura hasta el punto de que a veces piensa en portugués y cuando llega a su casa desea irse a bailar samba, y fue tal el acoplamiento que experimentó entre la universidad y la vida cotidiana, que tuvo la oportunidad de participar en el carnaval brasileño, donde las escuelas de samba desfilan en el sambódromo cada año. Y además, se dio el tiempo de colaborar en la realización de cortometrajes. “No me quedé sin hacer algo en Río”.

Durante su estancia en Brasil, Cassandra vivió seis meses con una familia brasileña y los otros seis con estudiantes foráneos de Colombia, Portugal y Francia, lo que le dio la oportunidad de conocer otras costumbres.

“Irme de intercambio me ayudó mucho a crecer, tanto cultural como intelectualmente, porque tomé materias que en el ITESO no hubiera tomado, aprendí cosas que aquí no hubiera aprendido y conocí mucha gente”. Texto Brenda Galindo Fotos Luis Ponciano/Cortesía Cassandra Aragón

 

Brasil, 191 años de historia mestiza

7 Foto Brasil

Brasil está de moda, aunque podría decirse que siempre lo ha estado en mayor o menor medida.

Algunos datos: es la sexta economía mundial, por encima del Reino Unido, Italia o Rusia; tiene 199 millones de habitantes con una esperanza de vida de 73 años; Dilma Roussef es su presidenta; a partir de la Copa Confederaciones, cientos de miles de brasileños han salido a las calles para exigir mejoras en la política, la educación o el transporte; según la revista Forbes, Brasil genera 19 millonarios nuevos al día, pero también crece su número de pobres, unos 30 millones, en un país poblado por 190 millones; Tropa de Élite 2, es la película brasileña más vista de la historia; su bandera auriverde tiene en su globo celeste 27 estrellas, una por cada estado, incluido un Distrito Federal; es el único país con cinco Copas del Mundo de futbol; el Flamengo, club rojinegro de Río de Janeiro, es el equipo más popular del país, con el 18.1% de los seguidores (unas 33 millones de personas); los cálculos apuntan que el Mundial de Futbol le costará al país más de 20 mil 600 millones de dólares, mientras que las Olimpiadas sobrepasarán los 16 mil millones.