Tres decenas de adolescentes con sus patinetas bajo el brazo, académicos y egresados del ITESO y un representante del Ayuntamiento de Guadalajara inauguraron este nuevo espacio de convivencia cívica en el corazón de las colonias Balcones y Lomas de Oblatos.
Después de dos años de arduo trabajo, de innumerables reuniones entre profesores y alumnos de Arquitectura con jóvenes y madres vecinas, de reunir recursos y voluntades municipales y federales, de tomar medidas, comprar materiales, decidir el mejor emplazamiento, pintar las rampas y el medio tubo al gusto de los skatos, barrer y embellecer lo más posible la Plaza Arandas, la foto por fin está a punto de ser tomada.
El fotógrafo espera a que todos se acomoden.
Encaramados en el medio tubo que levantaron en esta plancha de concreto situada en la frontera de las colonias Balcones y Lomas de Oblatos, se encuentran todos los involucrados en el proyecto: unos 30 niños y adolescentes entre seis y 17 años cuya pasión es la patineta; dos vecinas, Silvia y Nicha, sin quienes esta foto habría sido imposible; un profesor de Arquitectura del ITESO; cinco integrantes de la asociación Las Otras Caras de la Ciudad, todos egresados de la misma universidad, y el director de Servicios Educativos del Ayuntamiento de Guadalajara, Ignacio Escobedo.
El sábado 11 de julio de 2015, al mediodía, el Street park Oblatos fue formalmente inaugurado. Es una obra sencilla, funcional, eminentemente comunitaria. Su medio tubo, sus rampas y su wall ride se construyeron escuchando día con día a usuarios y vecinos, entendiendo sus necesidades, haciéndolos partícipes. ¿Cómo lo imaginan, de qué color, qué necesitan para patinar a gusto, qué debería decir el Reglamento del Street park?
La elección del lugar fue estratégica: la Plaza Arandas, ubicada en la empinada calle Hacienda de Tala y Hacienda de Cedros, en el nororiente de Guadalajara, solía ser el campo de batalla entre pandillas rivales. Rodeada por la Secundaria 61, la Estancia Infantil Arandas, una oficina de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano y el Centro de Educación Popular Arandas y con la Prepa 18 de la UdeG a unos 100 metros, era un lugar nada recomendable para visitar.
Poco a poco las cosas van cambiando y las reyertas ya ocurren en otros lados; hay problemas que un Street park no puede resolver y requieren intervenciones de otra índole.
“Hecho en Oblatos”
Oblatos viene del latín oblātus, “ofrecido”, y se nombra así a aquellos que se “ofrecen a Dios” o se comprometen con una congregación religiosa, aun siendo laicos.
Lo que aquí han hecho vecinos, universitarios y autoridades encaja a la perfección con la raíz etimológica de ese par de bravas colonias nacidas hace 40 años en unos terrenos ejidales situados a un costado de la barranca del mismo nombre, una de las zonas con más alto índice delictivo de la urbe, según reportes policiales e investigaciones periodísticas y universitarias.
Raúl Díaz se sube a la patineta que le prestó uno de los chicos y, precavidamente, le da vueltas a la plaza minutos antes de la inauguración. Es el académico del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano responsable del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) “Regeneración social en el espacio público” –el cual elaboró los planos–, y el que enlazó a este popular barrio con la Cátedra Unesco-ITESO, centrada en impulsar procesos de gestión participativa que empoderen a la sociedad.
Díaz, codo a codo con asociaciones vecinales, sumó los esfuerzos de la asociación Las Otras Caras de la Ciudad, el ayuntamiento tapatío, el Programa Recuperación de Espacios Públicos y el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, ambos del gobierno federal, los que pusieron el dinero.
Hace dos años empezamos aquí con una pequeña rampa de madera, recuerda Díaz en el acto inaugural ante las atentas miradas de los skatos, y ahora vemos cómo no necesariamente hay que trabajar en enormes proyectos, sino que pequeñas ideas dan grandes resultados. “Ustedes lo consiguieron”.
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Antes de empezar a celebrar con las pizzas que ya habían llegado, dos anuncios: Celia, egresada de Arquitectura del ITESO e integrante de Las Otras Caras de la Ciudad, invita a los presentes al taller de pintura fluorescente que en breve se impartirá en el lugar, destinado a redecorar con grafitis los negros muros que rodean las rampas, mientras que “Pato”, un experimentado skato de la colonia que ya tiene patrocinadores y una tienda, hace lo propio diciéndoles que en su taller aprenderán a profesionalizarse y uno que otro truco.
Ambos talleres contarán con el apoyo de las Academias Municipales que coordina Escobedo, el funcionario del Ayuntamiento de Guadalajara que acudió al acto.
Se calcula que cuatro de cada 10 habitantes de Oblatos tienen menos de 19 años; los integrantes de las pandillas se cuentan por cientos; Silvia Pérez, Nicha (Dionisia Gallardo) y otras madres ahora saben que sus hijos se pasan horas haciendo deporte dándole de arriba y abajo a estas rampas, alejados de otras situaciones.
“Hecho en Oblatos”, tres palabras acompañadas por el águila que simboliza las exportaciones mexicanas, componen un grafiti en uno de los muros que rodean la plaza. Este Street park hecho en Oblatos es un respiro.
“Esto es nuestro”
“Yo te lo escribo”. Bryan tiene seis años y poca paciencia. En cuanto ve una patineta huérfana la agarra, se sube y empieza a darle sin mucha habilidad, pero sin mucho miedo tampoco, y cuando le pregunto cómo se escribe su nombre me pide la libreta diciendo: “Yo te lo escribo”.
Él y Eduardo, también de seis, son los más pequeños del grupo que se reunió ese sábado a aplaudir, patinar y comer pizza. De todos los skatos, solo a Eduardo le gusta el futbol; su playera de las Chivas lo delata.
Además de la placa oficial para conmemorar la inauguración del Street park (o Skate park, como se les llama en otras latitudes), los dos ven cómo algunos de los “veteranos” skatos dan un paso al frente para leer un par de artículos del Reglamento que ellos mismos ayudaron a redactar: nada de agandallar lugar, hay que esperar turno; nada de drogas o alcohol; nada de que los padres metan a sus niños pequeños a jugar a las rampas, estas son exclusivamente para patinar; nada de bicicletas, esto es territorio para patinetas… Y así sucesivamente.
Silvia y Nicha, integrantes de los comités de Seguridad Escolar y del de Vecinos de Balcones de Oblatos Segunda Sección, los escuchan visiblemente felices. Pero tanto ellas como el resto de los presentes saben perfectamente que el trabajo no ha terminado.
Lo que sigue en la Plaza Arandas, menciona Díaz, es el reacondicionamiento del foro de concreto que se localiza al otro lado de las rampas –justo después de un par de resbaladillas y un sube y baja– para que se puedan montar diversos festivales y espectáculos al aire libre, así como la construcción de un pergolado (un corredor techado) a lo largo de la plaza que brindará sombra y comodidad a los vecinos que se den la vuelta por ahí.
El PAP del ITESO empezará a trabajar en ello desde el próximo semestre y se espera que nadie, ni ayuntamiento ni gobierno federal, se bajen del barco. Texto Enrique González Fotos Roberto Ornelas
Un skate park, Patrimonio de Inglaterra
En octubre de 2014, el English Heritage, organismo que protege y promueve el patrimonio histórico de Inglaterra, incluyó al skatepark londinense conocido como The Rom en sus listas oficiales, siendo el primero de su tipo en Europa en recibir una distinción de esta índole.
Construido en 1978 en el este de Londres, el skatepark representa todo un estilo arquitectónico propio de los 70, inspirado en sus “hermanos” californianos.
“Esto le da a la idea general del patrimonio un giro total”, afirmó a la BBC Roger Bowdler, director de Designaciones del English Heritage, la misma institución pública que protege, por ejemplo, las ruinas de Stonehenge o la casa de Charles Darwin.
Este es el valor que puede llegar a tener un skatepark como el recientemente inaugurado en Oblatos, espacios en los que se desarrollan cultural y físicamente los jóvenes y que, en el caso del británico, “es el mejor ejemplo de este aspecto de la cultura juvenil, así que estamos encantados de que este interés lo protegerá para futuras generaciones”, añadió Bowdler. Texto Enrique González Foto BBC