Más de 80 PAP forman parte de la oferta para el periodo escolar de Primavera 2021. Inspírate y elige una experiencia profesional fundante. 

Los Proyectos de Aplicación Profesional (PAP) se han convertido en un sello del ITESO. Desde hace ya más de 15 años, estudiantes de todas las carreras eligen los PAP que más se acerquen a su perfil, a sus intereses y que respondan mejor a sus aspiraciones formativas, de cara a su inminente egreso de las aulas universitarias. Pero no basta con sólo cursar un PAP: cuando bien elegido, el PAP se convierte en una experiencia que reta al estudiante, aporta herramientas al futuro profesionista, responde a una necesidad tangible de la sociedad e invita a la reflexión de todos los involucrados. 

Luego de que la pandemia por Covid-19 tomara al mundo por sorpresa, una de las apuestas de la universidad fue articular los PAP para responder y abonar a la contingencia sanitaria desde los distintos enfoques que dichos proyectos trabajaban. 

Felipe Alatorre, coordinador de Formación Vinculada del Centro Interdisciplinario para la Formación y la Vinculación Social (Cifovis), señaló que “hay una relación de la sociedad con los procesos educativos, que retroalimenta, recrea y cuestiona los modos de ser y hacer en la misma sociedad”. De ahí la importancia del rol de la universidad como ente crítico y analítico, que a la vez debe adaptar sus formas a los retos de la sociedad. 

Ante una sociedad altamente dinámica, el ITESO optó por dar una respuesta desde la complejidad, involucrando alumnos y profesores, articulando procesos sociales y trabajando con los actores para resolver problemas reales. Fue así que se empezó a pensar el entramado PAP dentro de un sistema de nodos, que juntara a varias iniciativas según los espacios temáticos de confluencia. 

“Vimos que muchos PAP planteaban sus objetivos, pero no tenían la visión de qué hacían otros PAP fuera de su departamento para fortalecerse a partir del diálogo”, comentó Gregorio Leal, académico del núcleo articulador del Cifovis. Se adoptó entonces la estrategia de nodos, para articular los procesos académicos con el entramado PAP, investigación y otras áreas de la universidad.  

“El ITESO tenía mucho que aportar en el contexto de la contingencia sanitaria. Sin embargo, las respuestas ante esta coyuntura no podían ser atomizadas, puesto que el impacto no sería el deseado”, añadió. 

En este contexto se implementó el nodo de Tecnologías para la vida, desde la irrupción de la contingencia sanitaria por la covid-19 a mitad del periodo de Primavera 2020, así como en Verano 2020 y en Otoño 2020.  

 

 

Los PAP se han convertido en el sello del ITESO pues concretan en experiencia formativa que permite aplicar conocimientos, recrear escenarios, cuestionar nuestros modos de ser y de hacer en la sociedad.

En esta misma lógica se ofertan 81 PAP para el periodo de Primavera 2021. Además del nodo de Tecnologías para la vida, los académicos adelantaron que se estarán implementando otras líneas de acción para ser trabajadas desde nodos articuladores, que versarán en temas como economía solidaria, viabilidad ambiental, movilidad humana y salud y cuidado de la persona, entre otros.  

Rebeca Aceves, también parte del núcleo articulador del Cifovis, afirmó que uno de los objetivos de la estrategia de nodos fue seguir dando respuesta a problemas urgentes presentados por la pandemia, desde la interdisciplinariedad. Esto evidencia también la capacidad de la universidad de transformarse para abordar los problemas desde la realidad más actual.  

La académica señaló que este es un primer paso para que la universidad cuente con nuevas capacidades instaladas que sirvan para atender contingencias futuras, con una estructura dinámica que vaya cambiando conforme la realidad lo vaya demandando. 

Nora Samayoa, académica del núcleo articulador del Cifovis, señaló que lo que sigue es “buscar recuperar los aprendizajes de estos últimos dos años, para afinar el enfoque y dar una respuesta más inmediata y con mayor impacto”. 

La agrupación por nodos “es casi un proceso de refundación de los PAP. Para lograr un mayor alcance, no podemos seguir con el esquema de PAP individuales. Estamos trabajando en definir estrategias en conjunto; tenemos que transitar hacia un modelo transdisciplinario. Las experiencias que se han tenido en estos últimos semestres nos dejan ver las implicaciones y alcances del cambio y las herramientas que tendríamos que estar utilizando”, dijo Felipe Alatorre. 

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La formación, prioridad de los PAP  

Una de las principales virtudes de los PAP es que, a la vez de generar soluciones, se prioriza la formación de los futuros profesionistas. “El alumno vive una experiencia enriquecedora: lo enfrenta a realidades que a lo mejor no se imaginaba para generar un proceso de reflexión, aprendizaje y acción. Después de todo el proceso PAP, los estudiantes tienen más elementos para hacer trabajo en equipo”, comentó Felipe Alatorre. 

Los PAP son arena para probar los conocimientos técnicos adquiridos durante la carrera, pero también escenario para descubrir las áreas de oportunidad de uno mismo, como alumno y persona.  

A través de la experiencia PAP, los alumnos tienen oportunidad de darse cuenta de lo que son capaces y resolver las deficiencias que puedan identificar, de la mano de sus pares, la red de profesores y toda la estructura de la universidad. 

“El PAP forma parte del proceso de formar a los mejores para el mundo”, señaló Gregorio Leal, recordando lo dicho por el P. Adolfo Nicolás, SJ, quien cuando fuese Superior General de la Compañía de Jesús mencionó que en las universidades jesuitas “no formamos a los mejores del mundo, sino que formamos a los mejores para el mundo”. 

“La estructura de los PAP permite que los estudiantes vivan un proceso de reflexión ética y social sobre qué tipo de sociedad tenemos y queremos construir, y qué les toca hacer como futuros profesionistas para transformar el mundo. Ese es el foco de los PAP”, añadió Leal. 

Lejos de ser un proceso asistencial, la intención es que los alumnos se conviertan en factor de transformación junto a sus pares, profesores y la sociedad. Es también una experiencia fundante que puede generar una vocación y sentido de compromiso, que en ocasiones trasciende la dimensión meramente curricular del PAP, afirmó el académico. 

El desarrollo de tecnologías en torno a la vida  

Andrea Fellner, directora del Cifovis, afirmó que el abordaje de la crisis por Covid-19 requiere una mirada desde la complejidad y no desde trincheras aisladas. “Esto implica apostar necesariamente por procesos multidisciplinarios y desde ahí ir a la interdisciplinariedad”, mencionó. 

“Nos estamos enfrentando a grandes problemas estructurales: ambientales, sociales y económicos. Mientras más logremos articularnos podremos lograr una mayor incidencia en muchos ámbitos”, mencionó la académica.  

Fue en este contexto que se agruparon a los PAP en cuatro macroproblemas: Alternativas justas al mercado y redistribución material; Salud, dignidad y cuidado de la persona; Captura del estado y la construcción de lo público; y Deterioro del medio ambiente. Este último abordó tres ejes temáticos, uno de los cuáles fue el nodo Tecnologías para la vida. 

Cuatro PAP participaron en este grupo: Desarrollo tecnológico para la sustentabilidad ambiental, energética y alimentaria; Diseño e ingeniería de objetos para la mitigación y combate de desastres y contingencias; Mejoramiento de la calidad, productividad y logística en la industria regional; y Vida digital. 

Miguel Huerta, profesor al frente del PAP Diseño e ingeniería de objetos para la mitigación y combate de desastres y contingencias, compartió que el grupo a su cargo trabajó en el diseño y prototipado de un cubrebocas transparente, que beneficiara a la mayor cantidad de personas en estado de vulnerabilidad, previniendo contagios, promoviendo la reactivación económica y siendo, además, un dispositivo incluyente y de bajo costo. 

César Iván Velarde González, estudiante de Ingeniería Mecánica, compartió que participar en este proyecto le permitió poner su conocimiento al servicio de la sociedad. “Resulta clave articularnos en estos momentos. Como quien dice, no sobrevive el más fuerte sino el que se adapta. Son tiempos difíciles los que estamos viviendo ahorita y el buscar soluciones nos corresponde a todos; ya sea como ingenieros o diseñadores, tenemos que buscar que rol jugamos”, aseguró.  

Coincidió Aída Gabriela Fernández, de Ingeniería en Nanotecnología, quien participó en el desarrollo de un respirador electromecánico, apoyado en el sustento teórico que otras universidades del mundo han aportado en proyectos similares a este, a través del PAP Desarrollo tecnológico para la sustentabilidad ambiental, energética y alimentaria. 

“A partir de esta experiencia todos podemos iniciar y desarrollar proyectos de innovación y tecnología planteadas desde las necesidades sociales. El conocimiento de una persona puede ser vital para los demás”, dijo la estudiante.