Al clausurar el II Congreso Iberoamericano de Universidades Lectoras y su participación en el programa de Guadalajara Capital Mundial del Libro, autoridades universitarias señalaron que se continuará trabajando para impulsar la cultura del libro 

Al referirse a la lectura, el escritor y semiólogo italiano Umberto Eco tenía muy clara una cosa: “Quien no lee, a los 70 años habrá vivido una sola vida, ¡la propia! Quien lee habrá vivido 5 mil años: estaba cuando Caín mató a Abel, cuando Renzo se casó con Lucía, cuando Leopardi admiraba el infinito… Porque la lectura es la inmortalidad hacia atrás”. Y si la lectura es la inmortalidad hacia atrás, difundirla e impulsarla en las generaciones más jóvenes es empujar esa inmortalidad hacia adelante, razón por la cual el ITESO refrendó su compromiso con la promoción de la lectura durante el cierre del II Congreso Iberoamericano de Universidades Lectoras, actividad que también sirvió como marco para concluir las actividades de la universidad en el programa de Guadalajara Capital Mundial del Libro. 

Mónica Márquez, titular de la Dirección de Información Académica del ITESO (DIA), señaló que llegar al cierre de ambas actividades en el mismo momento era una oportunidad de “reconocer dos esfuerzos que confluyen y que propiciaron diálogos con otros actores del mundo de la literatura y universidades de otras latitudes”. La académica también explicó que era significativo que el cierre tuviera lugar en la Biblioteca Dr. Jorge Villalobos Padilla, SJ, porque se trata de un espacio privilegiado en el ITESO, un lugar que busca ser “un punto de encuentro, un lugar de mediación, que propicia cruces inesperados, donde se honra la diversidad y se abren horizontes”. 

La responsable de la DIA fue la encargada de conducir la ceremonia de clausura, en la que tomó la palabra Ignacio Alcalde, de la Universidad de Córdoba, España, quien reconoció la calidad humana y el profesionalismo que propiciaron que el II Congreso Iberoamericano de Universidades Lectoras llegara a buen puerto. Señaló que el congreso, que se realizó a lo largo de toda la semana y que contó con participación de instituciones de Centroamérica, España, Cuba y México, era una demostración del “placer de la lectura y del poder de leer e incentivar la lectura en red”. 

Por su parte, Martín Solares, egresado del ITESO y gerente de Guadalajara Capital Mundial del Libro, agradeció la participación de la Universidad en las actividades. “Nunca se me va a olvidar la amabilidad con la que me recibieron cuando vinimos a presentar el proyecto”, dijo Solares y destacó la participación de otros egresados del ITESO en el comité organizador. El también escritor dedicó unas palabras para hablar de la importancia de la promoción de la lectura, señalando, en la misma línea de Umberto Eco, que “quien pierde la literatura en su vida está condenado a vivir en un solo tiempo verbal, a pensar como todo. Quien deja de leer pierde la memoria de todos quienes han pasado antes”. Finalmente, invitó a las y los asistentes a “no perder la posibilidad de seguir nadando en esa ola a la que ya nos metimos y que es la literatura”. 

Andrea Blanco, coordinadora General de Construcción de Comunidad del Ayuntamiento de Guadalajara, señaló que la capitalidad que ostentó la ciudad a lo largo del año “no habría sido posible sin las instituciones que se sumaron a este programa” y señaló que desde el municipio se continuará con actividades para “recuperar el espacio público con temas artísticos y culturales”. 

Humberto Orozco, director de Relaciones Externas del ITESO, destacó que la Universidad participó con más de 250 actividades que llegaron a 8 mil 500 personas. Destacó el trabajo del Centro de Promoción Cultural, la Oficina de Publicaciones y la biblioteca del ITESO, así como el apoyo del Rector, Alexander Zatyrka, SJ. “La ciudad será una mejor ciudad si seguimos leyendo más y mejor. Es algo de lo que estamos convencidos en el ITESO”, dijo y añadió que se continuará trabajando a través de diferentes proyectos, como son un diplomado para promotores de lectura, una biblioteca itinerante, donaciones de libros, entre otros. 

Finalmente, Catalina Morfín, titular de la Dirección General Académica, compartió tres reflexiones: la primera, centrada en “la sabiduría mostrada al reunirnos en torno a la paz y la palabra”; la segunda, orientada en señalar que “los libros nos salvan y por lo tanto podemos ayudar a conseguir la paz, personal y comunitaria”; y, finalmente, reiterando el compromiso “que tenemos como universidad jesuita con la paz y la palabra”.

«La ciudad será una mejor ciudad si seguimos leyendo más y mejor. Es algo de lo que estamos convencidos en el ITESO.» Humberto Orozco Barba

Poesía para la paz

Horas antes de la ceremonia de clausura y como parte del II Congreso Iberoamericano de Universidades Lectoras, que tuvo como tema “Imaginarios de la paz y la palabra”, se contó con la participación de la escritora Guadalupe Morfín, quien dictó la conferencia “Palabras para la paz”. 

Señaló que en México “nos sobresaltamos cada semana con hechos de violencia y el reto es cultivar la palabra y encontrar las palabras que nos conduzcan a la paz”. Luego, hizo un recuento de diferentes hechos violentos que han ocurrido en el país en los últimos 18 años y señaló que “horrores así nos saludan cada mañana”. No obstante, agregó, “hay un diálogo posible, un diálogo que está pendiente, entre los civiles demócratas y los militares demócratas. Es necesario un diálogo nacional, un nuevo pacto nacional para la paz”. 

La autora del libro Teología de las pequeñas cosas (2022) preguntó: “¿Puede el lenguaje ayudar en la búsqueda de la paz?”, y luego señaló que “la palabra crea y salva; permite salir del caos original”. En un recorrido que incluyó guiños a Henning Mankell, Nélida Piñón, Stieg Larsson, Leonardo Padura, Clarice Lispector y Leonardo Sciascia, entre otros autores, Guadalupe Morfín señaló que sin la literatura en general, y la poesía en particular, “no hubiera podido entender” las cosas que tuvo que enfrentar como titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Jalisco y como comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez. Entendió, dijo, que “las violencias no se pueden vencer con metáforas de guerra. Hay que mirarlas, desentrañarlas para entender su raíz y los anhelos de quienes las ejercen”. 

Para concluir, leyó el poema “Por qué escribo”, en el que apunta que “soy torpe para las cosas de la electricidad […] escribo porque no hallo otra manera de encender la luz […] escribo porque no sé ir a la guerra”. 

FOTO: Luis Ponciano