El meteorito que extinguió a los dinosaurios, tal y como apuntan las investigaciones científicas, cayó en la Península de Yucatán hace 65 millones de años.

Hace alrededor de 65 millones de años, un meteorito se estrelló contra la Tierra en lo que actualmente es la península de Yucatán. “Chicxulub es un cráter mexicano, pero por diversas razones conocemos menos de él y lo que significa”, afirma Jaime Urrutia, Presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

Él, junto con otros científicos y expedicionarios, forma parte del equipo que explora Chicxulub para entender mejor la evolución de la Tierra, las especies que ahora la habitan y aquellas que, antes del impacto, dominaban el planeta y se extinguieron.

El ingeniero en geofísica fue invitado a la edición del 7 de marzo de Café Scientifique, titulada “Chicxulub: dinosaurios 0 – mamíferos 1”, que se llevó a cabo en la Casa ITESO Clavigero. En este espacio, asistentes de la comunidad universitaria y aficionados a la ciencia pueden conocer sobre estos temas en un formato sencillo y cercano, y preguntar cualquier inquietud.

El también miembro de El Colegio Nacional y del Consejo Directivo de la Fundación UNAM fue invitado al ITESO gracias a un convenio con la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la UDG.

“Chicxulub es un cráter de gran tamaño, de unos 200 kilómetros de diámetro. Casi todo el estado de Yucatán está dentro de la mitad del cráter. Abarcaría todo Guadalajara y alrededores. Si estuviera en la Ciudad de México abarcaría casi Cuernavaca también”, explica el geofísico.

Los cráteres de impacto, advierte, son comunes en otras superficies como la Luna, incluyendo las zonas oscuras. Pero allá, explica el científico, los diámetros alcanzan hasta los 25 mil kilómetros. En la Tierra, el registro de cráteres estudiados está limitado a menos de 200. En un pedacito de la Luna, dice, tenemos más de 200.

“Hemos tenido más cráteres en la tierra pero se han ido borrando. La diferencia es que en la Tierra la superficie es muy activa por la actividad volcánica y tectónica y todas las formas biológicas son destruidas. El Himalaya, por ejemplo, eventualmente será convertido en superficie plana”.

Chicxulub es, entonces, de alguna manera, el mejor laboratorio para entender otras ciencias planetarias, las cuales se interesan por estos cráteres de impacto. Solo hay registrados tres cráteres con estas dimensiones y Urrutia afirma que el mexicano es el mejor ejemplo.

¿Cómo fue que sucedió? “Si uno tira una piedra sobre la arena hace polvo y salen fragmentos de diferentes tamaños volando, por el impacto de la tierra. En el caso de Chicxulub, el asteroide levantó una capa más grande que el Everest. Entró la radiación solar y fue afectada la vegetación, la tierra se enfrió y llegó la llamada era del hielo. Esto afecta los soportes de vida del planeta y provoca la extinción”.

Este, considera, fue un golpe de suerte para los humanos ya que las teorías más sólidas adjudican a este choque la extinción de los dinosaurios y la posterior dominancia de los mamíferos. Estos eran más pequeños y hacían vida nocturna y, relata, “los mamíferos no iban a ningún lado hasta que desparecen los dinosaurios”.

“Además de los dinosaurios, el 75% de las especies se extinguieron. Tres de cada 4 cuatro especies. Este es otro componente interesante. Al desaparecer los dinosaurios, otros grupos de mamíferos que sobrevivieron se diversificaron. Se dice que sin Chixulub, no estarían los humanos”.

El geofísico cuenta que es difícil conseguir en México fondos para poder continuar con las investigaciones, y que la iniciativa privada pude ser generosa mientras vea resultados; los cuales, cuando se trata de excavar pozos en busca de rocas y fósiles, puede llevar su tiempo.

“Tengo 27 años haciendo lo mismo pero ha sido una aventura enorme en la que siento que llevo trabajando desde ayer”.