Desde el Segundo Diálogo Multicultural Universal, organizado por la Fundación Carpe Diem, creada por Jorge Manzano, SJ (+) y en la que participaron académicos del ITESO, se hicieron diversos llamados a la reconciliación.
Una nueva Constitución para México que incluya las voces de todos los sectores de la sociedad, fue lo que propuso el obispo de Saltillo Raúl Vera, durante su participación en el Diálogo Multicultural Universal de la Fundación Carpe Diem, celebrado del 6 al 8 de mayo en Expo Guadalajara.

Raúl Vera

Raúl Vera

Señaló que un nuevo pacto social es la salida a los problemas que vive el país. “Pero tiene que ser a la manera en que se elaboró la Ley Indígena con la voz de los pueblos indígenas, no solamente la de los hermanos originarios de Chiapas. Tiene que ser así; si no es un diálogo entre todos los mexicanos, no vamos a salir”.

Vera abundó que el objetivo de dicha Constitución sería incorporar a millones de personas que no tienen voz en el país. “Todos tenemos que escucharnos y todo lo que digamos será tomado en cuenta”.

Al recordar que la Ley Indígena no fue aprobada por el poder Legislativo, señaló que la nueva Carta Magna se votaría sin los partidos políticos, de quienes criticó el contenido de sus spots electorales y sus idearios.

En su intervención, el exobispo de Chiapas también abordó temas como la economía, la inequidad salarial, los desaparecidos, las campañas políticas y la guerra contra el narcotráfico, de la cual aseguró que solo está creando un ambiente de inseguridad.

“La gente de [Ciudad] Juárez dice ‘el ejército llegó aquí y este pueblo se violentó’. La guerra contra el narcotráfico es control, no es recuperación del control del territorio, es el control de las personas, es contra las personas”, afirmó Vera, sin referirse de manera directa a la decisión de fortalecer la presencia de las fuerzas armadas en la entidad tras los acontecimientos que desencadenó el Operativo Jalisco el pasado 1 de mayo.

En sus conclusiones, el obispo llamó a volver la mirada a los pueblos originarios: “Ellos son nuestra salvación, tienen una riqueza de humanismo que es el reservorio de la humanidad, de donde nosotros sacamos el sentido verdadero de la vida”.

Influir en el entorno inmediato
Hace 15 años inició actividades el colectivo Universidad Solidaria en el Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles del ITESO (conoce más detalles aquí: http://bit.ly/1DWezon), y lo que comenzó como un grupo de apoyo para los estudiantes que venían de fuera de la Zona Metropolitana a estudiar al campus, hoy busca establecer vínculos con estudiantes indígenas de otras universidades.

Lisbeth Bonilla, egresada de Administración; Antonio García, estudiante de Ciencias políticas, y Román Aldrete, de Ingeniería de Alimentos, llevaron al Diálogo Multicultural Universal (www.dialogomu.com) sus experiencias universitarias.

“Lo que estamos haciendo es tratar de reunirnos con indígenas de otras universidades –como la Universidad de Guadalajara– y también en Nayarit, porque hablando es como vamos aprendiendo de lo qué han hecho otros; eso nos lleva a ser más conscientes como profesionistas de lo que hay que hacer”, dijo Antonio.

Antonio García, Román Aldrete y Lisbeth Bonilla

Antonio García, Román Aldrete y Lisbeth Bonilla

Lisbeth mencionó que quienes pertenecen a Universidad Solidaria planean regresar a sus comunidades para trabajar en proyectos que les beneficien. “No queremos estudiar para nosotros, sino que también queremos poder hacer algo para la sociedad”.

Román abundó que la idea en la asamblea es que se puede comenzar a cambiar las cosas influyendo en el entorno inmediato. A pregunta expresa sobre si en el ITESO ellos tenían amigos fuera de Universidad Solidaria, Antonio respondió que sí, y que el diálogo con ellos era lo que querían reproducir afuera del campus, “porque hace falta hablar entre ricos, pobres, indígenas o lo que seamos”.

Al compartir algunos avances de este colectivo, el estudiante de Ciencias Políticas recordó que para los Juegos Panamericanos de 2011 presionaron al gobierno para que les dieran espacios a los wixárikas y en septiembre de ese mismo año se les otorgaron permisos para ofrecer sus artesanías en el corredor Chapultepec.

“Si ustedes van ahorita cada sábado, van a ver que hay puestos de muchos grupos indígenas, entonces cuando yo paso por ahí digo: ‘de algo sirvió el papel de los jóvenes que estamos estudiando’. No es mucho, pero está ayudando”, mencionó Antonio. Texto Judith Morán Fotos Luis Ponciano