Hace unos días Pablo Lemus anunció un plan para repoblar el centro de Guadalajara. En un diálogo organizado en el ITESO, especialistas examinaron el proyecto del alcalde tapatío, que ha dado de qué hablar porque muchas personas ven en él más un negocio inmobiliario que una estrategia de vivienda que beneficie a la población

A principios de los años ochenta fue la Plaza Tapatía. Hubo otro intento, ya iniciados los noventa, y luego, entrados los dosmiles —por ahí de 2011—, fue la Ciudad Creativa Digital. Todos los proyectos tenían la misma justificación: repoblar el centro histórico de Guadalajara. Es 2022 y el alcalde Pablo Lemus ha venido anunciando un nuevo plan para que las personas «regresen» a habitar el primer cuadro de la ciudad. Pero la propuesta ha levantado más de una ceja, ya que es vista más como un proyecto de negocios inmobiliarios que como una verdadera estrategia de vivienda. De eso se trató la charla «Vivienda, ¿inversión inmobiliaria o derecho humano? Repoblamiento y gentrificación en el centro histórico de Guadalajara», realizada la tarde del pasado 14 de septiembre en el ITESO.

El diálogo fue convocado por el Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) «Colaboratorio urbano» del ITESO, que desde hace años ha venido estudiando el proceso de gentrificación que ocurre en el centro de la ciudad. Para tener una base común, Alma Ruth González, integrante del Colaboratorio, hizo una presentación de lo que ha dicho Pablo Lemus en diferentes apariciones públicas. Y ahí está el primer punto que despierta suspicacias: aunque se ha presentado como una gran estrategia, lo cierto es que hasta ahora no hay un documento en el que se expliquen a detalle el proyecto y sus implicaciones. La estudiante dijo que las obras públicas que se han realizado en el centro de la ciudad —la más reciente, la Línea 3 del Tren Ligero— han traído consecuencias negativas para sus habitantes y los comerciantes de la zona, lo que ha provocado el desplazamiento de la población; de ahí la idea de redensificar esa parte de la ciudad.

El proyecto contempla cuatro polígonos: La Normal, Agua Azul, Parque Morelos y El Palomar (en la zona del barrio de Mexicaltzingo), así como la construcción de 10 mil viviendas; Lemus ha sido claro al señalar que no serán vivienda social, sino vivienda media, es decir, con un costo de entre uno y dos millones de pesos. En el caso de las rentas, se espera que éstas ronden los 15 mil pesos. Finalmente, también se habló de cómo los desarrolladores ya están convocando a invertir en la zona para adquirir viviendas de «rentas cortas», eufemismo para referirse a servicios de plataformas como Airbnb.

Una vez terminada la presentación de Alma Ruth González, tomó la palabra el periodista Andrés de la Peña, quien ha documentado el llamado boom inmobiliario que vive la Zona Metropolitana de Guadalajara. Señaló que, si bien varios puntos del plan «son buenos y necesarios», lo cierto es que el proyecto está incompleto. Una de sus carencias, dijo, es que no habla de vivienda social, sino de vivienda asequible. Puso sobre la mesa una declaración de Pablo Lemus en la que dijo que la oferta de vivienda estaba dirigida «a un sector amplio, pero no mayoritario«, y preguntó: «¿Quién va a poder vivir ahí, si el ingreso promedio por persona es de 8 mil 500 pesos? Para cumplir con las expectativas, las personas deberían tener un ingreso de 50 mil pesos», dijo el periodista, y añadió que no puede haber una política inmobiliaria si no se pone freno a la especulación.

Por su parte, Belén Vázquez, socióloga que ha estudiado el fenómeno de gentrificación en el centro tapatío, señaló que el plan propuesto por Pablo Lemus es un refrito de otros planes que se han planteado años atrás y en los que los beneficiados son los desarrolladores inmobiliarios. «Pareciera que están vendiendo el centro al mejor postor», dijo la investigadora.

Carlos Estrada Casarín, académico del ITESO, señaló que para entender lo que ahora ocurre habría que remontarse a los años ochenta, cuando se construyó la Plaza Tapatía. «Dicen que quieren que la gente regrese al centro. Quieren regresar a los que se fueron, pero, ¿a quiénes quieren de regreso? A los burgueses que se fueron porque ya no les gustó el centro, porque estaba feo y olía mal. Ellos ya no van a regresar». Dijo que el proceso de gentrificación suma ya varios años, y señaló que es necesario empujar un cambio de gobierno, porque ahora «Pablo Lemus es el gerente de los dueños del capital». Para concluir, dijo que es fundamental «afrontar todo esto en conjunto para no pulverizar las luchas. Hay que articular los movimientos sociales».

Una vez que concluyeron las exposiciones de los tres participantes, los cerca de 40 asistentes protagonizaron una charla que se extendió durante dos horas y media, en la que pusieron en común sus experiencias con el desplazamiento de los pobladores del centro y la necesidad de replantear conceptos como el de «vivienda digna», sujeto a la subjetividad, para más bien poner sobre la mesa ideas como «vivienda adecuada».

FOTOS: Luis Ponciano