Comida, deporte, música, baile y comunión fueron la tónica durante toda la jornada del 66 aniversario del ITESO, que tuvo entre sus novedades la presentación de la nueva mascota de la universidad jesuita: Nachito

Todos los estilos, temperamentos, idiosincrasias y personalidades que convergen en el ITESO tuvieron la oportunidad de encontrar alguna afinidad y un gozo durante la celebración el pasado 8 de noviembre en el aniversario número 66 de esta universidad jesuita.

El Día del ITESO explotó en un festín diverso de música, deporte, literatura, eventos lúdicos y sorpresas agradables para la comunidad universitaria que se dio oportunidad de convivir en medio de sus clases y otras actividades cotidianas.

A correr

El día arrancó con la celebración de la Primera Carrera del Día del ITESO, una competencia de 5 kilómetros que partió y concluyó en la pista de atletismo y en la cual participaron un total de 483 corredores en distintas categorías.

El ITESO se convirtió esa mañana en el reino de las palabras de aliento: “¡venga!, ¡vamos!, ¡cierra!, ¡ánimo!, ¡písale!”, eran las frases de ánimo que más escuchaban los competidores a su paso a través del Campus, ya que la carrera le daba la vuelta, por lo que se topaban con el resto de las y los estudiantes y comunidad universitaria en sus actividades formales.

Al ritmo de las percusiones africanas de Yukupercusiones fue posible ver a chicos con sus propios duelos personales o en competencia con sus amigos, quienes se daban una palmada mutua al cruzar la meta; a unos novios agarrados de la mano para cruzar la línea juntos; o aquellos que ya habían terminado irse apoyar a sus compañeros para dar su último esfuerzo.

Los ganadores de la carrera en la categoría general fueron Claudia Wiacek en la rama femenil con un tiempo de 22 minutos y .01 segundos; y Federico Sánchez en la rama varonil, con un tiempo de 18 minutos y 30 segundos.

En la varonil de 18 años y menores el podio fue para Osmar Canul (1), Juan Carlos Ávalos (2) y José Luis Sayavedra (3); en el mismo rango de edad, pero en la femenil, las ganadoras fueron Cinthia López (1), María Angelina Rivera (2) y Luna Camila López (3). En varonil 19-29 años, los triunfadores fueron Federico Sánchez (1), Ricardo Daniel Lepe (2) y Francisco Zermeño (3); mientras que en la femenil estuvieron Claudia Wiacek (1), Renata Álvarez (2) y Bertha Alicia Jiménez (3).

Respecto a la categoría femenil de 30 a 44 años, los primeros sitios fueron para Rossana Aguirre (1), Ana Lanzagorta (2) y Silvia Soltero (3); y en la varonil para Eduardo Borda (1), José Raúl Real (2) y Juan Jorge Hernández (3). Femenil de 45 años y mayores correspondió a Yazmín Landeros (1), Sylvia Vázquez (2) y Alma Rosa Hernández (3); mientras que la varonil fue para Ramón Arturo Ávila (1), Pedro José Alcocer (2) y José Eduardo Quiroz (3).  

Si participaste en la carrera y quieres conocer tu tiempo y posición puedes consultar los resultados completos en https://bit.ly/1racarreraDiadelITESO

Celebración eucarística

Con las copas de los árboles de la Calzada Scheifler formando una cúpula y dando una exuberante sombra protectora a los presentes, se realizó la Misa de Aniversario del ITESO, oficiada por el Padre Rector Alexander Zatyrka, SJ.

Durante el ritual, en el que participaron estudiantes, personal y varios sacerdotes jesuitas, se dio lectura al capítulo 17 del Evangelio de San Juan –la oración de Jesús a Dios Padre antes de su crucifixión en la que reza por sus discípulos y por todos los que crean en él–, y se invitó a los presentes a compartir en parejas y luego de forma abierta, su sentir acerca de lo leído.

El Rector explicó que este capítulo 17 de la literatura cristiana transmite el sentido no sólo del misterio divino, sino también del misterio humano y que apunta a la construcción de comunidad, en una unidad donde todas y todos caben: “es una unidad que no es lo mismo que uniformidad, lo que la hace ser rica y verdadera es que incluye a todas y todos (…). Es un dinamismo interesante porque paradójicamente, mientras más nos entregamos, más nos recibimos y nos consolidamos. Igualmente, al acoger la entrega de la persona que nos transmite lo mejor de sí misma, a través de esta relación de amor, nos vamos constituyendo en comunidad. Siento que la vocación cristiana es eso y estamos llamados a ser sal de la Tierra y luz del mundo”.

Zatyrka explicó que el ITESO es una comunidad que está, por convicción y por acción, abierta a acoger a todas y a todos, independientemente de sus referentes de cualquier tipo, pues se trata de catalizar esas diferencias naturales y enriquecedoras, aunque a veces no las entendamos, para que puedan contribuir a construir lo que queremos ser, una unidad basada en la comunión.

Ya llegó Nachito

La celebración fue también el marco ideal para la presentación de la nueva mascota del ITESO, Nachito, un tlacuache que vino a engalanar el evento, y que causó furor entre la comunidad universitaria, pues numerosos estudiantes y personal de la institución se acercaron a tomarse fotos con él, en diversos momentos del día.

Este entusiasta, activo y sociable personaje es un estudiante que personifica el espíritu ignaciano en cada paso que da, pues además de ser alegre y fiestero, es idealista y soñador, y eso lo convierte en un agente de cambio positivo para su entorno. Pero lo que realmente lo distingue es su deseo constante de trabajar en equipo, convencido de que la trascendencia se logra mejorando juntos.

Aunque fue posible verlo en varios lados, su presentación oficial ocurrió a mitad de jornada previo al Tokín en el Jardín Central, donde corrió como todo un marsupial entre la gente, además de que participó en distintas activaciones, regalando playeras conmemorativas del Día del ITESO.

Seguramente podrás encontrarte a Nachito de aquí en adelante en varios de los sucesos importantes de la universidad, además, próximamente daremos a conocer más de su historia, pues como todos los estudiantes, tiene metas, ideales, gustos y aficiones muy particulares.

ITESO: Cuna de talentos

El ITESO sabe que en sus aulas hay artistas de distintos géneros, con talentos bastante notorios, es por eso que en el Jardín Central se llevó a cabo el Tokín donde grupos y solistas de casa tomaron el escenario para hacer bailar o hasta relajarse con su música.

Así, la tarde fue descendiendo sobre los espíritus itesianos con las notas profundas y melodiosas del teclado de Juan Pablo Reyes, quien con su proyecto solista “¿Quién dijo que el cielo es azul?” se convirtió en el aperitivo sonoro perfecto.

Los beats sacudieron el cuerpo de los más aventados cuando Aldo Tiscareño subió al frente de su controlador MIDI 61, para con una buena dosis de electrónica y ambient oprimir el interruptor que activa las articulaciones responsables del baile; le siguieron los chicos de La Lattice con sus dosis de texturas psicodélicas y envolventes; luego llegó el rock-pop de Romaric y el minimalismo indie de The Space Ocean.

Vivieron su campus

A partir de las 10:00 de la mañana y durante todo el día, mil personas que, pasaporte en mano, participaron en el recorrido Vive tu campus, en el que se visitaron nueve puntos importantes de este, donde se resaltó tanto la parte histórica, con la visita a las estelas de los fundadores, el edificio en el que se dio la primera clase en la universidad y otros sitios que reflejan su crecimiento tanto en edificios y oferta académica; como la parte verde que tanto disfrutamos, visitando el jardín de suculentas y el arboretum.

El cierre de aroma festivalero se vino con la presencia de una egresada del ITESO, María Centeno, quien, acompañada de una banda básica de guitarra y batería –y ella al frente de un teclado–, brindó 12 piezas de su discografía como “Las Bestias”, “Nunca”, “Nada que Perder”, “Al Mar”, “De lo que Quedaba Poco”, “Afuera” o “Mala”, tema que interpretaba con su anterior banda La Garfield.

El crepúsculo ya se cernía sobre el ITESO y los azules vespertinos fueron relajando a una audiencia sentada en el pasto que comenzó a flotar entre nubes de algodón de azúcar –repartidos oportunamente como postre– mientras dulce la voz de María ponía punto final al concierto.

Todos a bailar (y a acampar)

Ponche, churros y buñuelos; cumbia, merengue y banda, son la combinación adecuada para un cierre que se convirtió en una verbena popular en la explanada de la Biblioteca, Dr. Jorge Villalobos Padila, SJ, donde el grueso de la comunidad universitaria se concentró para terminar de festejar el 66 aniversario del ITESO.

Un grupo versátil animó el bailongo, que incluyó la célebre culebrita –y sí, aquí andaba Nachito baile y baile también– con canciones que no faltan en cada boda, quinceaños o bautizo como “Suavecito”, “Colegiala”, “La Cadenita”, “El Ahualulco” o “La Chona”, y por supuesto tampoco se pudo evitar la coreografía masiva en “El Payaso de Rodeo”.

Esto marco el final del día, pero no el fin de las actividades para algunos de los estudiantes que se quedaron a participar en la primera Acampada Universitaria en la que, además de dormir en el campus, hubo fogata y recorrido nocturno.

El Día del ITESO tuvo además otros espacios donde la comunidad pudo divertirse, convivir, descansar, o hasta llevarse un recuerdo, tales como el mercadito de arte universitario, la zona de juegos deportivos cerca del ombligo, o el Bosque Lector en la Galería Jardín, donde se pudo leer cómodamente en petates sobre el suelo.

FOTOS: Zyan André