El Centro Universidad Empresa del ITESO organizó un foro en el que profesionistas y académicos discutieron sobre los obstáculos que enfrentan los recién egresados de las universidades, además de la brecha entre las competencias que requieren las empresas y las que tienen los estudiantes.
Enseñar a estudiantes universitarios a aprender, entender las bases y a trabajar en equipos multidisciplinarios esa es la labor de la universidad, afirmó Delia Ramírez, coordinadora de la Ingeniería en Empresas de Servicio del ITESO.
Ante la pregunta de cómo debería las instituciones de educación superior ir anticipando los futuros cambios en materia de competencias profesionales, la profesora del Departamento de Electrónica, Sistemas e Informática (DESI) señaló que la creación de la ingeniería mencionada, hace 5 años, “es una forma por la cual como universidad nos estamos adelantando a lo que viene, a nivel mundial no hay una carrera como esta, hay sólo una ingeniería que se parece en la Universidad del Rey Juan Carlos”.
Delia Ramírez participó en el foro “El futuro de las profesiones” organizado por el Centro Universidad Empresa en el que también estuvieron Carlos Trejo, gerente comercial Zona Bajío Occidente de OCC Mundial; Vidal González, senior director of engineering de Wizeline; Enrique Páez, jefe del Departamento de Estudios Socioculturales (DESO), y Dolores Cortez, coordinadora de la licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda.
Moderados por Guillermo Rosas, director de la Oficina de Egresados del ITESO, los participantes discutieron en el Auditorio D2 el pasado miércoles 27 de junio sobre la inserción laboral, los obstáculos que enfrentan los recién egresados de las universidades, la brecha entre las competencias que requieren las empresas y las que tienen los estudiantes, así como el sentido ético de la profesión.
Carlos Trejo y Vidal González coincidieron en señalar que las empresas están creando programas de entrenamiento para desarrollar habilidades que no se desarrollaron en la academia.
“Este esfuerzo está muy alejado de la educación tan importante que da una universidad, pero está enfocado en cerrar algunos de los huecos que hay en preparación” afirmó Vidal al hablar del programa de entrenamiento que tiene Wizeline. Y agregó que “muchas empresas tienden a pensar que el talento tiene que llegar a ellos desarrollado y hay muy poca inversión en desarrollo de talento”.
Al respecto, Enrique Páez apuntó que una manera de atender esta cuestión era elevar el diálogo entre las empresas, los mercados y las universidades.
“No podemos entender un buen desarrollo profesional si la Iniciativa Privada en conjunto con gobierno y las instituciones académicas no hace una sinergia. Es un triángulo maravilloso donde a todos los ciudadanos nos viene bien” afirmó Carlos Trejo quien consideró que los procesos de estructuración de planes de estudios deberían ser más dinámicos puesto que, al menos en el caso de la industria de tecnología, los cambios son acelerados y los conocimientos pronto se vuelven obsoletos.
Delia Ramírez, por su parte, apuntó que existen empresas y academias que están operando como “maquiladoras de ingenieros, por así decirlo, lo que están haciendo es desarrollarlos rápido para que entren a las empresas en algún lenguaje muy particular y me parece que eso no nos toca”. Como universidad, dijo, corresponde enseñar a estudiantes a aprender rápido y moverse rápido.
“Tenemos más bien que enseñarlos a aprender y desaprender, a entender las bases, trabajar en equipos multidisciplinarios, es muy importante cómo un ingeniero en Sistemas trabaja con un licenciado en Diseño de Indumentaria y Moda o en Comunicación. Esa esa es nuestra labor como universidad, así es como nos adelantamos para que cuando lleguen a las empresas se desarrolle el talento con los conocimientos básicos que aprendieron, pero, sobre todo, con esas competencias que son transversales”, detalló Delia Ramírez.
En el tema de la interdisciplinariedad agregó que “ya no existen barreras muy claras entre ciencias exactas y humanidades, los problemas sociales se están atendiendo multidisciplinariamente, integralmente”.
Por lo que recomendó a los estudiantes no circunscribirse a una disciplina “sino que aprendan a tener esa visión lateral que les va a permitir hacer mancuerna con otros”.
Dolores Cortez habló de que los profesionistas tendrán que ser “bifocales”, esto es ver de manera simultánea lo particular y lo general.
“Las tensiones que se generan en las brechas, una producción masiva contra un producto personalizado, un producto global, pero que tenga algún tipo de identidad local, un trabajo global con algo local, esta habilidad de estarse poniendo el lente bifocal para ver a fondo o para poder ver la película completa esa es una característica complicada para las nuevas profesiones”.
El jefe del Departamento de Estudios Socioculturales resaltó el auge de esquemas empresariales ligados al beneficio social.
“Es una tendencia a la que creo cada vez más empresas se están sumando, y el talento y capital humano que nosotros estamos formando como una universidad de inspiración jesuita está claramente enclavada en esa nueva tendencia de la innovación social más allá de la responsabilidad social”, afirmó Enrique Páez.
En el foro, también se abordó el tema de la tendencia que hay hacia la automatización de trabajos en el que Delia Ramírez instó a ser conscientes de lo que se puede venir en especial para aquellas personas que no pueden tener acceso quizá a una educación y que por lo regular son los más afectados.
“Desde la carrera (Ingeniería en Empresas de Servicio) un aspecto que nos parece importante es cómo creamos negocios, servicios y nuevas oportunidades para estas personas que quizá puedan quedarse sin trabajo” tema que se reflexiona con las otras carreras del DESI.