En el panel “Candidaturas independientes: ¿semillas de nuevas democracias?”, organizado por el ITESO y las sociedades de alumnos, aspirantes a candidaturas independientes afirman que los cambios son resultado de un proceso político colectivo.

Las candidaturas independientes para los distintos cargos públicos han sido una semilla. Así lo definió Pedro Ferriz de Con, comunicador y aspirante independiente a una candidatura por la presidencia de México.

De manera virtual, él se unió al panel “Candidaturas independientes: ¿semillas de una nueva democracia?”, organizado por las sociedades de alumnos del ITESO el miércoles 22 de noviembre, en el marco de los 60 años, y de cara a las elecciones de 2018.

“Hay una crisis de partidos políticos. Es un sistema agónico que se niega a que le quiten el respirador artificial. Por eso pervive”, opinó Ferriz de Con. “Pero pronto pasará a peor vida para ellos, y a mejor vida para los mexicanos”.

Esta es la segunda ocasión en la historia electoral de México en la que cualquier persona puede registrarse como candidata o candidato independiente, tras la reforma constitucional de 2012.

Pedro Kumamoto, diputado local independiente del distrito 10 con licencia para aspirar a un puesto en el Senado, ya pasó la prueba de trabajar sin bancada partidista, donación de parte de su sueldo y la tarea de pasar iniciativas de ley poco populares entre los partidos políticos. Y en su opinión, son solo una semilla que tiene mucho camino por delante si quiere rendir frutos.

“Desde mi punto de vista, no cambiaría absolutamente nada si solamente yo llego al Senado de la República”, afirmó Kumamoto.

“Con un puesto no se transforma el futuro del país. Si solamente se entiende la transformación de México como un proceso electoral, nos estamos equivocando terriblemente”.

Su propuesta y la de Wikipolítica, colectivo al que pertenece, es volver a las ciudadanas y ciudadanos en protagonistas de esta transformación.

Recordó cómo la iniciativa Sin voto no hay dinero fue exitosa gracias a la presión ciudadana. “Los cambios no son construidos por un líder; el proceso político es colectivo, dialogante, participativo. Cuestionándonos y consultando lo que debemos hacer”.

Mónica Abarca González, aspirante a la Cámara de Diputados por el distrito 9, mencionó que otro de los obstáculos es la falta de socialización del proyecto de candidaturas independientes por parte del Instituto Nacional Electoral, lo cual vuelve difícil que las personas que aspiran a una candidatura puedan dialogar con la ciudadanía de las propuestas, y tengan que hacer una labor intensa de generación de confianza previa.

Esto, afirmó Pablo Montaño, aspirante a la diputación federal por el distrito 8, demuestra una profunda fractura social, que viven las y los aspirantes a candidaturas que tocan la puerta de alguien.

“La persona que te abre la puerta nomás un poquito, te empieza a contar su historia, con enojo, mucho enojo. Y aguantamos porque sabemos que lo que les estamos presentando se les ha dicho antes, y han traicionado y roto esa confianza una y otra y otra vez. En respeto a esa situación, aguantamos ese primer golpe y escuchamos”, contó.

“Estamos en una posición muy vulnerable. Lo único que tenemos es nuestra credibilidad para lograr que la gente te diga, ‘sí, aquí está mi credencial de elector, toma la foto, toma la firma y vete, completo extraño’. Es mucho lo que pedimos. Pero lo estamos logrando”.

Rodrigo Cornejo, que recientemente consiguió las firmas necesarias para su candidatura de diputado federal por el distrito 10, insistió en que estos logros no son una solución mágica, pero sí inscriben en el panorama político una condición de alegría y posibilidad.

“Estoy recuperando la política junto con mis vecinos, amigos y por las razones que profundamente me importan. Nadie nos tiene que decir que el destino político de México está predestinado: está en juego, y aquí lo estamos disputando”, afirmó.

En su intervención, el Rector recordó lo difícil que fue para que se aprobaran las candidaturas independientes durante años, y las trabas que pueden existir, más allá de la recolección de firmas, como el presupuesto infinitamente menor para difundir sus propuestas.

“Tengan la audacia de lograr lo imposible con su esfuerzo”, les alentó José Morales Orozco, SJ. “Tenemos personas que se la están rifando por México, que están abriendo nuevas perspectivas para hacer política, a pesar de que las leyes no los favorecen del todo”.

Las deudas de los partidos, oportunidades de independientes
Los temas que como aspirantes a candidaturas independientes tienen la mira, son muchos que, afirmaron, los partidos políticos han desatendido, ignorado o han fallado en abordarlos.
En el distrito 9, compartió Mónica Abarca, los comerciantes han sido brutalmente golpeados, “porque se nos considera solo generadores de impuestos, pero no generadores de ideas, incapaces de tomar una decisión de quién queremos que nos represente en los espacios de poder. Estamos hablando por todos los que necesitan ese apoyo”.

Pablo Montaño destacó una grave deuda con la salud mental de este país. “La fractura social nos ha llevado a perder el sentido, a un estado de odio, de pánico que se tiene que trabajar y debemos voltear a ver”.

Pedro Kumamoto mencionó algunos de los retos: “¿cómo vamos a acabar con la violencia machista que hoy mata a mujeres por el hecho de ser mujeres? ¿Cómo vamos a acabar con la desigualdad que hace que no se escuchen las voces de millones de personas?, mientras que sí se escucha la de seis hombres que en su conjunto tienen el 12% del PIB en sus bolsas. ¿Cómo vamos a hacer que este país y sus ríos y sus manglares, sus montañas y sobre todo las tierras de sus indígenas sean respetadas?, y no que dos de cada diez hectáreas de este país sean concesionadas a mineras y mega proyectos”.

Pablo Montaño también abundó, junto con Pedro Kumamoto, en la necesidad de nombrar a los distintos grupos vulnerados cuando se habla de equidad: de las personas de la diversidad sexual y sus derechos de matrimonio y adopción igualitaria; de la paridad salarial entre hombres y mujeres y la propia representatividad de género en espacios de candidaturas independientes —de cinco aspirantes a candidatos presentes en el panel, solo una es mujer—, el reconocimiento del trabajo del Consejo Nacional Indígena, y los derechos de las personas trans.

“Tenemos que legislar en favor de estos grupos minoritarios, porque a falta de leyes claras, se filtran violencias. Al no estar mencionados explícitamente en las leyes, se les mata, se les agrede, se les excluye”, afirmó Pablo Montaño.

Donde están los huecos, coincidieron los cinco, están las oportunidades de la ciudadanía y sus candidaturas independientes. Aún no pueden compartir propuestas concretas de sus candidaturas, sino hasta conseguir el registro como candidatos. Sin embargo, Kumamoto compartió los ejes en los que pretende centrarse: que lo público sea sinónimo de excelencia en este país, tanto en el sector salud como en la educación, sin importar la clase social; acabar con los privilegios de la clase política, un paso a la vez; y proponer una reforma laboral que realmente beneficie a los más desprotegidos, y a aquellas personas que se enfrentan a trabas legales para emprender.

Rodrigo acentuó la necesidad de legislar de manera correcta en temas de desaparición forzada, la crisis de seguridad, y las modificaciones a tratados que se discutirán en las cámaras y que afectarán el destino de muchas personas que no pueden estar representadas.

“Con los hechos se defienden los símbolos, y los símbolos definen cómo vemos y entendemos el mundo”, dijo Kumamoto. “Y yo quiero un mundo en el que la política no la hagan los hombres privilegiados de 50 años, blancos, heterosexuales, de ciudad. Me gustaría que, cuando pensemos en política, pensemos en las mujeres del campo, en las personas de la tercera edad, en la comunidad de la diversidad sexual, en las y los campesinos, y en todas las personas que aún no están haciendo política”.