De 49 millones y medio de mexicanos que hoy se levantaron a trabajar, 28.6 lo hicieron dentro del marco formal y cerca de 21 millones en el informal.
“Los académicos y profesionales pueden tomar las cifras para sus estudios y las autoridades para sus decisiones”, afirmó en el ITESO Ricardo García, director regional del INEGI, durante la conferencia “El trabajo informal en México”, acto inaugural de la actividad INEGI en tu Universidad.
Organizada por la Biblioteca del ITESO y dicho instituto federal, la actividad permitió que la comunidad universitaria conociera más a detalle los métodos para recabar información y los antecedentes y objetivos de este organismo constitucional autónomo.
García abordó en particular el tema del empleo en México. Hace más de 20 años, el mundo definía a la economía informal con términos como “subterránea” o “de traspatio”. Fue hasta 1993 cuando, en la XV Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo, se le dio su definición actual, y ese mismo año se decidió que, para medirla, primero había que definir sus alcances.
México se integró al Grupo de Delhi, creado por la Comisión de Estadística de la Naciones Unidas y en 2012 la Organización Internacional del Trabajo publicó un manual elaborado por este grupo, titulado “Medición de la informalidad: un manual de estadística sobre el sector informal y el empleo informal”, el cual se puede consultar en http://goo.gl/rRFFxo.
Las cifras
En el INEGI, señaló García, utilizan la matriz Hussmanns para medir la informalidad, lo que les permite determinar que la taza de informalidad laboral en México difiere por estado y se presenta con más frecuencia en el sur. Chiapas tiene el 79.9%, en contraposición con Nuevo León, con el 37.3%. Jalisco registra un 50.9% de su población económicamente activa en el sector informal, con las mujeres abarcando el 42% del sector.
Las cifras, aseveró el director regional del INEGI, son un primer paso, una importante herramienta de cambio para quienes decidan utilizarlas y analizarlas.
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