Como parte de la primera generación del Doctorado en Investigación Psicológica del ITESO, Luis Jaime González retomó elementos de la comunicación, la etnografía y la antropología digital para diseccionar la figura laboral de estos influenciadores de redes
Viajar, escribir, hacer foto y compartir en redes sociales… para vivir de ello. El sueño que comparten millenials y centennials suena, en verdad, idílico. Sin embargo, ser bloguero de viajes implica mucho más que modelar ante la cámara en escenarios paradisíacos: estos influenciadores de las redes se someten a tensiones tecnológicas y antropológicas que son invisibles para las audiencias. Sobre ello versa la tesis de Luis Jaime González Gil, egresado de la primera generación del Doctorado en Investigación Psicológica del ITESO.
Bajo el título “La emergencia del travel blogger: producción de la subjetividad desde la figura laboral de la microcelebridad”, González Gil buscó entender, desde la perspectiva de la psicología social, cuáles son los elementos que van moldeando la actividad y consolidación de esta nueva profesión.
González Gil cursó el doctorado de 2018 a 2022. Egresado de la Licenciatura en Psicología por el ITESO y de la Maestría en Investigación en Psicología Social por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), actualmente se desempeña como académico del Departamento de Economía, Administración y Mercadología (DEAM) de su alma mater.
Una profesión entre tensiones
Pese a que en el imaginario colectivo viajar es una actividad recreativa para escapar de la rutina laboral, para muchos se ha convertido justamente en un trabajo que, si bien no encaja en las tradicionales ocho horas de oficina, sí responde a una serie de demandas complejas que fluctúan entre lo análogo y lo digital.
Ante la expectativa de los seguidores de entender la actividad de un bloguero de viaje como exclusivamente placentera, los influenciadores se enfrentan a la paradoja de equilibrar la experiencia gratificante de viajar con la necesidad de comercializar sus contenidos, a la vez que buscan construir un personaje coherente y auténtico.
“Estas personas están sujetas a la misma lógica comercial neoliberal e incluso se autoexplotan más”, comenta el autor, aunque aclara que no por ello dejan de disfrutar de la popularidad que su medio de trabajo conlleva.
Otro elemento constante en el contexto de los blogueros de viaje es la necesidad de vencer al algoritmo, entendido como la fórmula informática que determina la visibilización y la circulación de los contenidos digitales. Frente a esta última figura, los blogueros de viaje han hecho comunidad y establecido redes, desde las cuales buscan sortear las condiciones que plantean las plataformas para permanecer vigentes en ellas.
“Hay toda una resistencia en la que juegan con la plataforma para sacar beneficios y mantienen lo que quieren hacer, que es trabajar bajo la figura del travel blogger. El objetivo de consolidarse como microcelebridades los une, en un esfuerzo por escapar del trabajo monótono”, comenta.
Gracias a su formación dentro del posgrado, el ahora doctor en Investigación Psicológica pudo combinar metodologías para analizar el tema desde lo cuantitativo y también lo cualitativo, retomando conceptos desde la comunicación, la etnografía y la antropología digital, entre otras ciencias.
A futuro, González Gil buscará profundizar aún más en el tema y retomar su investigación desde un enfoque de difusión, para presentarla en formato de libro. En tanto, no descarta analizar otros perfiles de microcelebridades desde el ámbito laboral, así como retomar el análisis de elementos de los ciclos ya estudiados desde la perspectiva de la psicología social.
FOTO: Luis Ponciano