El discernimiento espiritual de San Ignacio en una institución educativa como el ITESO está en procesos como la evaluación, la planeación y ejecución, “siempre y cuando, más allá de las técnicas de planeación y evaluación nos mueva el espíritu de buscar lo que Dios nos pide, no necesariamente lo que es más valioso para el mundo, sino lo que Dios nos pide de acuerdo a criterios espirituales y humanos”, señaló José Morales, Rector de la Universidad Jesuita de Guadalajara.

San Ignacio

José Morales, SJ, Rector del ITESO

Durante la celebración eucarística por el Día de San Ignacio de Loyola que se realizó el martes 2 de agosto en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ (el día exacto es el 31 de julio), Morales resaltó que el discernimiento espiritual es uno de los legados que el fundador de la Compañía dejó al mundo.

Relató que los compañeros que formaron el primer grupo de jesuitas le llamaban maestro, y no porque fuera profesor, sino porque los había introducido, a través de una experiencia, a una relación íntima con Jesucristo.

“San Ignacio fue maestro porque fue un apasionado de la voluntad de Dios y no en abstracto, sino en concreto. ¿Qué me pide Dios? Esto es parte de la espiritualidad ignaciana y es algo que continuamente nos preguntamos los jesuitas, ¿qué es lo que nos pide Dios en este momento en nuestra vida?”, agregó el Rector del ITESO. Foto Roberto Ornelas