Publicadas en 1974, el documento de las OFI expone los tres pilares que distinguen a la Universidad: la inspiración cristiana, una filosofía educativa específica y el compromiso social. Para festejar su medio siglo, se realizará una serie de actividades que comenzaron con una charla en la que se reflexionó sobre su origen y vigencia 

Herencia. Rumbo, propósito, promesa. Horizonte. Cosmovisión, ética, religión. Utopía. Son algunos de los conceptos que se pueden escuchar cuando las personas se reúnen para hablar de las Orientaciones Fundamentales del ITESO, también conocidas simplemente como “las OFI”. Y hay un concepto más, que se repite en varias ocasiones y las retrata y sintetiza fielmente: pilares. La Universidad está de manteles largos porque el documento, que contiene los pilares de su propuesta educativa, cumple 50 años de su publicación y para celebrarlo se ha organizado una serie de actividades que tendrán lugar a lo largo del año escolar y que arrancaron con el foro “Identidad que trasciende. 50 años de las Orientaciones Fundamentales del ITESO”, un diálogo que este jueves 3 de octubre tuvo como sede el auditorio Pedro Arrupe, SJ, y en el que se reflexionó sobre su origen y su vigencia. 

Para contar la historia de las OFI es necesario viajar hacia atrás en el tiempo, hasta el 11 de septiembre de 1973, y salir de Guadalajara, de Jalisco y de México para llegar hasta Santiago de Chile. Ese día, un golpe de Estado cobró la vida del entonces presidente Salvador Allende. Un par de días después apareció en Guadalajara un desplegado firmado por Consejo Académico del ITESO para lamentar y condenar lo ocurrido en el país sudamericano. La publicación dio pie a una serie de encuentros, debates y diálogos sobre la apuesta educativa de la Universidad que derivaron en la redacción de las OFI —un documento de 24 páginas que perfila al ITESO como una universidad cristiana, con una filosofía educativa específica y con compromiso social— y el establecimiento del Estatuto Orgánico. 

Esta reconstrucción histórica se escuchó en el auditorio en una narración a dos voces a cargo de Martha Petersen Farah, profesora jubilada del Departamento de Filosofía y Humanidades, y Miguel Bazdresch Parada, profesor numerario y emérito del ITESO, quienes compartieron la mesa con Resurrección Rodríguez, directora del Centro Universitario Ignaciano (CUI); Guillermo Gatt Corona, presidente de ITESO A. C. y que participó a través de un videomensaje; y Alexander Zatyrka, SJ, rector del ITESO, quienes fueron moderados por Maya Viesca, del Centro de Promoción Cultural. Además, se proyectaron fragmentos de un par de mensajes de dos exrectores hablando del documento: uno de Xavier Scheifler, SJ, leído en 1975, y otro de Raúl Mora, SJ, en el marco de los 25 años. Estos dos mensajes sirvieron, en palabras de Maya Viesca, “para hacer patente la importancia de las OFI en el tiempo” y para poner en valor “la herencia que recibimos”. 

Para poner en contexto la charla, Martha Petersen recordó que los setenta fueron unos años “revueltos”: el asesinato de Allende, en Chile, y la guerra sucia en México, enmarcaban la que describió como “una situación educativa particular: quienes estudiaban en escuelas privadas sólo podían estudiar la universidad en la Autónoma, pero si alguien tenía antecedentes penales, ni siquiera ahí”, señaló provocando risas entre la audiencia. Así, buena parte de las y los estudiantes voltearon a ver al ITESO, una escuela fundada apenas unos años antes y que ni siquiera tenía reconocimiento de sus programas de estudio. Ella, recordó, entró a estudiar Relaciones Industriales. “Era una comunidad pequeña, nos conocíamos todos porque además habíamos estudiado en los mismos colegios”, dijo y añadió que cuando ocurrió el diferendo entre el Consejo Académico e ITESO A. C. había “miedo de que la universidad que comenzaba a consolidarse se acabara por un pleito”. Al final, añadió, esto no ocurrió, sino que fue el inicio de la institucionalización del proyecto de una universidad “que acabamos por querer y amar. Fuimos los conejillos de Indias de los inicios de esa filosofía pedagógica y de la inspiración cristiana”. Y aunque con el paso de los años y por el tono en que están redactadas las OFI puedan parecer demodé, dijo Petersen, “me retan todos los días a responder a la pregunta ‘¿cómo le hago?’. Estoy segura de que nuestra imaginación nos puede ayudar a sacar de ellas un proyecto nuevo de universidad para los retos actuales”. 

El repaso histórico fue complementado por Miguel Bazdresch, quien también fue testigo de la gestación de las OFI, un documento que, dijo, “ha significado para la Universidad rumbo, propósito, cultura y promesa. Rumbo, porque dan coordenadas precisas, enraizadas a un ayer y abiertas a un mañana, es decir, se adaptan a las circunstancias; propósito, porque llaman a formar hombres y mujeres que sientan la necesidad de autotrascenderse; cultura, porque ofrecen lo necesario para la búsqueda de la verdad y su aplicación en y para la comunidad universitaria; promesa, la de vivir en la comunidad que proclamamos”. 

En su videomensaje, Guillermo Gatt Corona calificó el aniversario de las OFI como “un hito importante para hacer una pausa, reflexionar y agradecer por el bien recibido”. Dijo que es necesario dar a conocer más las Orientaciones, ya que se trata de un documento del que “se habla mucho, pero se lee y se conoce poco”, pero matizó al afirmar: “No es lo mismo conocerlas que vivirlas. Muchas personas las llevan a la práctica sin haberlas leído”. También las describió como “los pilares sobre los que se sostiene todo el proyecto” del ITESO y concluyó diciendo que “las OFI muestran el camino para llegar a aquello que es verdadero, bello y bueno”. 

Resurrección Rodríguez recordó que cuando llegó a estudiar Ciencias de la Comunicación al ITESO recibió dos folletos: uno era el reglamento para el estudiantado, y el otro, las OFI. “Asumí que si me los estaban dando era para que los leyera, así que los leí y los subrayé”. Recordó sus días como estudiante, en los que aprovechó “al máximo el ITESO” y compartió cómo ella y sus compañeros hacían todo lo posible “por traer la realidad perturbadora que había afuera a la Universidad”. Esto, dijo, era una manera de creer en las OFI, que invitan a “tomar acción y no quedarnos indiferentes”. La directora del CUI reafirmó la idea de que el texto es poco leído por la comunidad y dijo que el diálogo que estaba teniendo lugar era muy valioso porque permitía poner en contexto un documento que es en sí mismo “una utopía que se actualiza cada día”. 

Los viajes en el tiempo continuaron, y la siguiente escala fue en el año 1209, cuando Francisco de Asís buscaba fundar una orden religiosa. Alexander Zatyrka, SJ, contó que el Papa le pidió la regla que regiría la orden y Francisco le enseñó El Evangelio. “No le dieron chance”, dijo el Rector y volvió a activar la máquina del tiempo para llegar a los días cuando Ignacio de Loyola buscaba lo mismo. “Él escribió lo que llamó la ‘Fórmula del Instituto’, que establece la única regla de los jesuitas: la caridad discreta” 

Bordando ideas, Zatyrka Pacheco fue explicando el concepto de caridad discreta, que más bien se refiere a una caridad —entendida como amor—, discernida —desde el corazón—. Así, la regla ignaciana parte del “amor discernido”, pero ese discernimiento ha de estar contextualizado. “El ITESO se pregunta cómo puede contribuir a alcanzar una sociedad solidaria, de amor mutuo y respeto, y construye su respuesta de manera colectiva, a partir de un contexto que sigue siendo válido”. 

Alexander Zatyrka argumentó que toda creación humana implica una cosmovisión, una práctica ética y un componente religioso, entendido como todo aquello que “vincula a las personas con la realidad última”, y agregó que estos tres componentes están presentes en las OFI: “La cosmovisión está plasmada en la filosofía educativa específica; la ética, en la búsqueda de la incidencia social; la religiosa, en la inspiración cristiana”. Por esta razón, concluyó el Rector, el documento “era pertinente hace 50 años, lo sigue siendo hoy y seguirá siéndolo mientras estemos aquí”. 

En una segunda ronda de intervenciones, las cuatro personas participantes de la mesa siguieron compartiendo sus puntos de vista sobre las OFI. Resurrección Rodríguez dijo que, si bien es sencillo acceder al documento porque está en línea, no todo el estudiantado ha leído las OFI y dijo que, de cada cien alumnos, sólo diez las han leído. “¿Podemos seguir soñando? ¿Cuál es la utopía que queremos abrazar?”. Martha Petersen respondió que sí, que diez personas son suficientes para soñar, pues pueden convertirse en semillero y añadió que “si dejamos la batalla, perdemos”. En esa línea, Alexander Zatyrka dijo que “quizá sólo diez las leyeron, pero las cien personas han vivido la atmósfera del ITESO, que tiene un ambiente diferente y que transmite la idea de que las OFI están vivas” 

También coincidieron en el sentido de comunidad que se repite en el texto. “Dentro del ITESO hay muchas comunidades”, dijo Miguel Bazdresch y añadió que por eso es importante impulsar el diálogo y la conversación, pues “una comunidad necesita de todas sus partes para brillar”. 

Los festejos por los 50 años de las OFI continuarán hasta el 4 de septiembre de 2025 y el programa completo se puede consultar en este enlace

FOTO: Luis Ponciano