Aukwe nos cuenta su trayecto desde ser estudiante del ITESO hasta convertirse en integrante del Consejo Regional Wixárika.
Por Aukwe/Sofía García
Soy Aukwe en wixárika. Mi abuela materna soñó ese nombre cuando yo nací: significa Magnolia. Y soy Sofía García Mijarez en español. Soy originaria de la comunidad de San Andrés Cohamiata, municipio de Mezquitic, al norte de Jalisco. Soy licenciada en Ciencias de la Comunicación por el ITESO desde 2016.
Desde los cinco años soy artesana: mi mamá me enseñó a bordar y a hacer piezas de chaquira, con lo cual me he sostenido toda mi vida. Por otro lado, he hecho colaboraciones en radio y periodismo en línea. Actualmente me desempeño como coordinadora de Comunicación del Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta.
Para mí ha sido muy importante el hecho de convivir en los mundos occidental y wixárika. Fue difícil y es aún a veces complicado por los llamados choques culturales, la discriminación, el racismo y el clasismo. Desde pequeña sólo sabía hablar mi lengua materna y me costó aprender el español, enfrentarme a la discriminación por mi lengua y mi vestimenta; posteriormente, por mi situación económica, mi color, el hecho de ser mujer. Cuando empecé a estudiar la carrera, en 2010, fue como entrar a otro mundo, un mundo fuera de todas mis posibilidades: mis compañeros tenían otro tipo de conocimientos y hábitos, una forma de vida que contrastaba con la mía. Esto abrió mi mente respecto a todo lo que yo había conocido antes.
En ese entonces, algunos activistas y asociaciones se empezaron a movilizar, pues había serias amenazas hacia nuestro lugar sagrado, llamado Wirikuta: el punto cardinal oriente, que es cuidado por nuestra deidad, el hermano mayor Venado Azul Tamatsi Kauyumarie, y que abarca cinco municipios (Real de Catorce, Charcas, Vanegas, Villa de Guadalupe, Villa de la Paz, en el estado de San Luis Potosí), había sido concesionado por el gobierno del presidente Felipe Calderón a empresas mexicanas y extranjeras, específicamente a First Majestic Silver Corp, Grupo México, Revolution Resources, entre otros, cosa que me parecía increíble, pues no había escuchado antes de estas situaciones y mucho menos cómo enfrentarlas y resolverlas, por lo que comencé a seguir la defensa.
En 2010, las comunidades de Jalisco, Durango y Nayarit, organizadas, conformaron uno de los órganos, el Consejo Regional Wixárika por la Defensa de Wirikuta, cuyo objetivo sería defender los lugares sagrados del pueblo wixárika. Había 78 concesiones mineras dentro del territorio sagrado de Wirikuta; en esa tónica, y con varios colectivos aliados, se empezó a hacer un movimiento para visibilizar la amenaza de explotación minera de nuestro territorio; hubo una serie de marchas en Guadalajara, en Tepic, a Los Pinos, en Ciudad de México, y una marcha hasta la empresa First Majestic Silver Corp., en Vancouver, Canadá.
El pueblo wixárika demandó al Estado mexicano por no haber consultado a las comunidades wixaritari acerca de estas concesiones en el lugar sagrado de Wirikuta; se le exige que se cancelen las concesiones mineras, tanto en Wirikuta como en su zona de influencia. En el proceso jurídico se realizó un peritaje tradicional por parte del pueblo wixárika, con lo que se logró obtener la suspensión de la actividad minera en tanto no se dictara una sentencia definitiva.
En el año 2015 me invitaron a formar parte de la Mesa de Comunicación del Consejo, donde me tocó trabajar de la mano de su coordinador, Jesús Lara Chivarra, una persona con el don de la palabra, quien lamentablemente falleció, por lo que las autoridades me entregaron el cargo y desde ese momento me integré a la defensa de los lugares sagrados.
Como mujer me he enfrentado al machismo en sus diferentes modalidades, dentro y fuera de las comunidades, en el ámbito de la defensa y de la política; en ese sentido, la Reforma de la Paridad Transversal permitió que más mujeres wixaritari ocupen cargos políticos, por lo que en cada comunidad ha habido presidentas, secretarias, comisariadas, para que sea escuchada nuestra voz y respetados nuestros derechos también como mujeres, defensoras de las comunidades y de los lugares sagrados, lo cual no ha sido fácil, pero sin duda abre los caminos hacia la equidad.
La parte más difícil de la defensa han sido las amenazas a las que nos hemos enfrentado, las pérdidas de nuestros compañeros: la muerte de Jesús Lara Chivarra, el asesinato de los hermanos Miguel y Agustín Vázquez Torres, la muerte de J. Trinidad Chema Guzmán, la desaparición y encuentro con vida de Santos de la Cruz, la muerte de nuestro compañero Primitivo Chino.
Es una de las experiencias más enriquecedoras, pues he conocido más de mi cultura. Tuve la oportunidad de caminar los lugares sagrados, estar en las ceremonias ancestrales, como el Peritaje Tradicional, palpando los misterios cosmogónicos; asimismo, viviendo la cultura occidental, conviviendo en sus diferentes aristas del mundo común y el mundo privilegiado.
Tras 13 años de defensa del lugar sagrado de Wirikuta, estamos próximos a recibir la sentencia judicial. Lamentablemente estas concesiones se dieron a pesar de que Wirikuta tiene varios nombramientos que lo “protegen”, tal como el Pacto Hauxa Manaka, firmado por el presidente Felipe Calderón; asimismo, el 9 de agosto de 2023 se firmó un Decreto para proteger los lugares sagrados y rutas de peregrinación del pueblo Wixárika. Destacó que Wirikuta no sólo es un jardín botánico rico y único en el mundo, sino que tiene aves y cactáceas endémicas, entre ellas el águila real y el peyote, y se encuentran en la Norma Oficial NOM-059-SEMARNAT-2010. Es la cuna del pueblo wixárika, de donde provenimos, donde se encuentran nuestras deidades, el origen de nuestra cultura, por lo que es importante destacar que su desaparición es un atentado directo contra el pueblo wixárika.
FOTO: Zyan André