Acerca del momento que vive Nicaragua bajo el gobierno de Daniel Ortega, y en particular la situación que atraviesa la Universidad Centroamericana, el Rector del ITESO dice que las cosas no van a cambiar hasta que no haya sanciones económicas contra la dictadura. Desde el ITESO, añade, se está trabajando con Ausjal para apoyar a las y los estudiantes que se han visto afectados por la toma de la UCA a manos del Estado
Hay una frase de Santa Teresa que le gusta mucho a Alexander Zatyrka, SJ: “La verdad padece, pero nunca perece”. El Rector del ITESO trae a colación la frase de la religiosa y mística para redondear lo que viene diciendo sobre los últimos acontecimientos en Nicaragua, durante los cuales el gobierno de Daniel Ortega se apropió de la Universidad Centroamericana (UCA) y sus bienes, dejando a la deriva a estudiantes, profesores y jesuitas. A pesar de los esfuerzos por reprimir, silenciar y desaparecer a las voces disidentes, para Zatyrka Pacheco hay un hecho irrefutable: «La verdad no la pueden callar».
Los desencuentros del gobierno nicaragüense, encabezado por Daniel Ortega, con la UCA comenzaron en 2018, cuando la universidad confiada a la Compañía de Jesús resguardó a un grupo de manifestantes que estaban siendo reprimidos. Las personas protestaban contra una serie de reformas impulsadas desde el Estado, las fuerzas de seguridad hicieron uso desmedido de la fuerza y la universidad abrió sus puertas. Luego de ese día Daniel Ortega acusó a la universidad jesuita de ser refugio de terroristas; después, congeló sus cuentas, paralizando la operación de la casa de estudios, y finalmente hace un par de semanas tomó el control de la universidad y expropió bienes a resguardo de la Compañía de Jesús.
Lo que viven hoy la UCA y el pueblo de Nicaragua es consecuencia del ascenso al poder de grupos que pretenden ser de izquierda y que, a decir de Zatyrka, «primero fueron autoritarios y luego pasaron al totalitarismo, violando derechos humanos con total impunidad».
Al repasar los acontecimientos que han venido ocurriendo en aquel país centroamericano, el Rector del ITESO señala que hay toda una operación desde el gobierno para acallar las voces disidentes, calificarlas como enemigas y quitarlas del mapa. En medio de ese escenario, la UCA fue en todo momento una de las instituciones «más abiertas a subrayar el peligro y la violación sistemática de los derechos humanos que estaban ocurriendo en la represión de las protestas». Continúa diciendo que hasta todavía hace poco el gobierno de Ortega no se había metido con la universidad, acaso por el peso que tienen la Compañía de Jesús y sus redes de universidades en el mundo —a las que pertenece la UCA—, pero finalmente pasó.
Al igual que el ITESO, la UCA forma parte de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal). Es esta instancia la que ha venido fungiendo como puente para dar respuesta a las necesidades que está enfrentando la comunidad universitaria, sobre todo a través de la UCA José Simeón Cañas de El Salvador y la Universidad Rafael Landívar de Guatemala. Uno de los principales problemas es que, al incautar los bienes de la universidad, el Estado se quedó con la documentación oficial de las y los estudiantes. «Se está trabajando en ver cómo remediar esta otra crisis», dice Zatyrka.
El Rector explica que el ITESO, a través de su Dirección General Académica, está en contacto con la Ausjal para ver cómo puede sumarse. «Todo ha sido muy intempestivo. Estamos esperando a que se decanten las aguas para ver qué hacer. No sabemos qué cursos, qué necesitan. Hay que establecer prioridades para responder sobre cosas concretas. Estamos en ese proceso», dice y agrega que se está explorando la posibilidad de abrir cursos en línea, para los cuales contarán con apoyo del cuerpo docente del ITESO y también de la comunidad de nicaragüenses en el exilio. Y reitera: «No van a poder callar la verdad».
Respecto al grupo en el poder en Nicaragua, Zatyrka señala que «tienen secuestrado al país y cada vez son más violentos porque saben que no tienen salida». Y concluye diciendo que «una de las cosas que más nos caracteriza como universidad confiada a la Compañía de Jesús es que somos parte de una red mundial que tiene un ideario común y 500 años de tradición y testimonio de cómo ese ideario se traduce en la formación de personas libres, compasivas, comprometidas y conscientes. Basta ver la lista de egresados que tienen esas universidades en todo el mundo».
FOTO: Lalis Jiménez