El personaje creado por Alejandro Ochoa forma parte de un proyecto que incluye libros y una serie de animación. Su objetivo es poner el foco sobre las condiciones de los productores de cacao
Mozna es un changuito que vive en una isla donde, además de un volcán, hay cacaotales. Ahí, el pequeño simio disfruta de una las cosas que más le gustan: comer cacao. Pero también aprende cosas, como respetar el trabajo que, con mucho esfuerzo, realizan los productores de cacao. Columpiándose de un árbol a otro, el changuito llegó el pasado 24 de julio a uno de los lugares más queridos por todas las personas seguidoras del cómic y los universos de ficción: Mozna, proyecto creado por Alejandro Ochoa, tuvo su primera presentación pública en la Comic-Con de San Diego, considerada como la convención del cómic más importante del mundo.
Egresado del ITESO, Alejandro es conocido por su trabajo como dibujante e ilustrador y por una de sus creaciones más entrañables, la tira Escuincles. Pero en esta ocasión llegó a San Diego con Mozna, un proyecto que, cuenta, nació en la mente de Anthony Matulewicz, un excompañero suyo en el Instituto de Ciencias a quien le había perdido la pista y quien recién lo contactó para proponerle un proyecto.
“Después de viajar por el mundo para estudiar el mundo del chocolate, puso una fábrica y una chocolatería en San Antonio [Texas] para difundir la cultura del cacao, sobre todo entre adultos mayores y niños”, explica Alejandro. El punto de partida fue el logo de la marca, un changuito silueteado inspirado en la fauna que suele acompañar a los cultivos de cacao, y cuyo nombre remite a los orígenes polacos de Anthony: mozna significa “sí se puede”.
Así, con un poco de inspiración y un mucho de nostalgia por parte de ambos, comenzaron a surgir los personajes. Uno de ellos está basado en quien fuera el profesor de inglés de ambos, mister Anda, y su esposa, quienes se convirtieron en dueños del cacaotal. Después surgieron los niños que acompañan a Mozna en sus aventuras, hasta que tomó forma el libro Mozna en la Isla de San Lorenzo, volumen publicado en español y en inglés porque está dirigido a niños en edad escolar en Texas.
Pero la idea de Anthony y Alejandro no se detiene en las páginas. También se está trabajando en una serie animada, para la que convocaron a más personas, entre ellas los músicos Paco Padilla, quien creó la canción de la serie, y Fernando Quintana, que se encargó de los arreglos y la producción musical.
“Entretener y hacer atractiva una producción es un reto en el mundo del entretenimiento, sobre todo porque nos hemos acostumbrado a consumir todo más rápido que como se hacía hace años”, explica Fernando Quintana, quien añade que por eso la propuesta musical que hizo para la intro de la serie tiene muchos instrumentos, cambios de ritmo, diversidad de voces, todo con el objetivo de capturar y mantener el interés de las audiencias, sobre todo las más pequeñas.
Pero tanto los libros —que se espera sean tres para cuando llegue la Feria Internacional del Libro de Guadalajara este año— como la serie no sólo tienen como objetivo entretener a los pequeños. También buscan poner sobre la mesa temas más complejos, como las condiciones de explotación, el trabajo infantil y otras malas prácticas que suelen acompañar la producción del cacao.
Alejandro no puede ocultar su gusto al compartir que poco a poco se fue dando cuenta que todos los involucrados tenían algo en común: la formación ignaciana. “Laura Maceira, quien nos hizo toda la parte gráfica ya en digital, es maestra en el ITESO y exalumna; Carlos Pimentel, director de Fidelius Films, el estudio a cargo de la animación, es egresado de la Ibero Puebla; Juan Miguel Portillo, que hará la voz de Mozna, es egresado ITESO; Paco Padilla estuvo en el Ciencias… todos somos jesuitas”, dice el dibujante.
FOTO: Luis Ponciano
¡Está padrísimo!
¿Dónde podremos conseguir los libros?