El Estudio Macías Peredo, de los egresados y profesores de Arquitectura del ITESO Salvador Macías y Magui Peredo, obtuvo el prestigioso premio Emerging Voices, otorgado por The Architectural League of New York.
La íntima relación que establecen en su cotidiano quehacer arquitectónico con una tropa de artesanos, herreros, albañiles y carpinteros que enriquecen cada una de sus obras, resultó un elemento clave para que Magui Peredo y Salvador Macías obtuvieran el premio Emerging Voices.
Mediante un riguroso proceso, expertos de The Architectural League of New York, una de las fundaciones más importantes del mundo en materia de investigación, divulgación y promoción de esta disciplina, eligen anualmente a los despachos de Canadá, Estados Unidos y México que vislumbran con el potencial para ganar el premio; este año se lo otorgaron a ocho firmas, entre ellas el Estudio Macías Peredo, así como despachos de San Francisco, Nueva York, la Ciudad de México o Toronto.
¿Y por qué lo ganaron Magui y Salvador, egresados del ITESO, profesores de la carrera, viajeros en permanente búsqueda de nuevos horizontes arquitectónicos y fundadores en 2012 de Macías Peredo? Porque simple y sencillamente decidieron contar lo que significa trabajar en el entorno único y particular de Guadalajara, aunque sin perder de vista el panorama global.
“Les hablamos de las cosas tapatías, del albañil, del herrero, del carpintero, del ladrillo, del ITESO, de nuestras clases aquí en la universidad, de que hacemos viajes con los alumnos, cuestiones según nosotros muy poco interesantes para el mundo mediático de la arquitectura”, cuenta Salvador, cuya idea, tal como sucede con los planos y maquetas que elaboran conjuntamente, es complementada por Magui, profesora en la universidad de la materia «Fundamentos del diseño II».
“Nos gusta correr riesgos. Aunque existan planos y reglas establecidas, estamos muy abiertos a que exista una especie de imperfección e improvisación. Creemos que en estos oficios todavía hay una enorme posibilidad de experimentar y hacer arquitectura. Siempre estamos muy, muy cercanos a la obra y tenemos un diálogo constante con ellos [los artesanos]”.
“Desde aquí, una arquitectura universal”
En www.emparquitectos.com o facebook.com/EMParquitectos, el visitante puede disfrutar de esas obras –casas, terrazas, oficinas, edificios de departamentos o pabellones– y entender cómo entrelazan su relación con “lo tapatío” y la experiencia que han acumulado en viajes, posgrados, libros, la docencia o el diálogo con colegas y los “expertos” maestros albañiles, ya sea a través del uso de diversos materiales, el aprovechamiento de la luz, la simpleza de los trazos, el gusto por los procesos manuales y no tan mecanizados o la sutil y funcional conexión entre interiores y exteriores.
“De eso quisimos hablarles, de la manera de hacer las cosas en nuestra ciudad. Lo que a nosotros nos puede parecer muy vulgar, para ellos era un lujo, por ejemplo, que una persona esté ahí solo para cortarte manualmente un ladrillo. Tomamos el riesgo… Y nos escogieron. Tratamos de hacer conscientemente, desde aquí, una arquitectura universal”, dice Salvador, quien en el ITESO imparte la asignatura «Diseño arquitectónico I».
“Lo de viajar no es nada más porque somos fans de la arquitectura; hacer un workshop y preparar un viaje nos obliga a estudiar y entender el lugar al que vamos [Japón, Brasil, Portugal, Chicago o California], pero muy conscientes, lo subrayo, de lo que luego podemos hacer en Guadalajara. Tenemos un gran interés por entender la globalidad y los problemas actuales de la arquitectura”, añade Magui. Cualquier interesado en estos viajes, arquitecto o no, puede contactarlos en sus páginas web.
Como ganadores del Emerging Voices, ambos fueron invitados a Nueva York (27 de marzo) para dictar una conferencia en un espectacular auditorio que la fundación tiene en el sótano de un edificio del Soho. A la cita acudieron arquitectos cuyo trabajo admiran profundamente, entre ellos Thomas Phifer, Billie Tsien y Tod Williams. Ser felicitados, dialogar con ellos, compartir alimentos, conocimientos y conceptos, fue una experiencia que aún los tiene emocionados.
“Hemos hecho viajes con alumnos para ver edificios de ellos”, explica con una sonrisa Salvador. “De esos que siempre estudias y admiras muchísimo y de repente volteas y están ahí”, completa Magui. Texto Enrique González Foto Luis Ponciano