La primera sesión del año del Café Scientifique tuvo como invitado a Arnoldo Matus, quien explicó la importancia de incluir la resiliencia como un factor en el diseño urbano.
¿Cuánto tiempo debe pasar para que una ciudad se recupere después de un evento que altere su normalidad? Ya sea un terremoto como el ocurrido el 19 de septiembre de 2017 en la Ciudad de México, un vórtice polar como el vivido recientemente en las ciudades del norte de Estados Unidos, o la explosión en los ductos de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo, estos impactos desequilibran las dinámicas de las ciudades y las obligan a adoptar medidas para recuperar su normalidad.
La resiliencia urbana es la capacidad de individuos, comunidades y sistemas para sobrevivir, adaptarse y crecer a pesar de los impactos o tensiones crónicas que experimenten. Así lo explicó Arnoldo Matus Kramer, experto en temas de cambio climático, gestión integral de riesgos, sostenibilidad y movilidad, durante la primera sesión de Café Scientifique de 2019, con el tema “Resiliencia urbana y comunitaria en tiempos de cambio climático”.
Durante la charla, en Casa ITESO Clavigero, explicó que la ciencia puede aportar datos para el mejor diseño de las urbes. Por ello, el papel que juegan las universidades como formadoras de profesionistas que integren la resiliencia en sus proyectos es vital para mejorar las capacidades urbanas.
“Cómo se diseña en una región con una sequía prolongada o cómo se implementan prácticas de construcción más acordes al tipo de suelo que tiene la zona, o que sea menos vulnerable ante inundaciones. Un tema clave para muchas ciudades en México es la seguridad, es decir, cómo puedes hacer frente a problemas de seguridad a través de un mejor espacio público, por ejemplo”.
¿Y cuál es el rol de la academia?
“Las universidades y científicos deben de ser activos tanto en la investigación como en los puestos de planeación; no es lo mismo dar insumos para la planeación, que ser agentes que activamente estén tratando de vincular en los procesos de planeación”.
Una estrategia de resiliencia es parte de un proceso colaborativo, por lo que deben involucrarse gobierno, universidades, iniciativa privada y sociedad civil por igual. “Todos aquellos actores que tengan buena información de los diversos riesgos tanto presentes como históricos y futuros deben de participar en este proceso”, señaló Matus Kramer.
Aunque el concepto de resiliencia se maneja desde hace al menos dos décadas, no tiene mucho que comenzó a utilizarse para referirse a las ciudades. “Ahora, la resiliencia urbana ya está integrada en la práctica global de las Naciones Unidas, en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) al 2030”, señaló el doctor en geografía y medio ambiente por la Universidad de Oxford.
La Zona Metropolitana de Guadalajara fue aceptada en el 2016 al programa 100 Ciudades Resilientes (100 RC), de la Fundación Rockefeller. Parte del diagnóstico señala que entre las prioridades de la región se encuentran atender las necesidades de agua potable de su cada vez más creciente población, así como atender temas de violencia y crimen, sistemas de transporte urbano inadecuados e inundaciones.