Concepción Company, experta en teoría del cambio gramatical, señaló que la pelea de la gramática incluyente no tiene posibilidades de propiciar cambios permanentes puesto que el uso de la lengua es una convención de miles de años.
“¿Qué se gana con el lenguaje incluyente?, yo creo que nada” eso no es negar que hay un hecho de discriminación contra la mujer, afirmó Concepción Company investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM en la sesión de Café Scientifique “¿Equidad lingüística o equidad social? Hablemos del lenguaje igualitario” el pasado martes 6 de noviembre en Casa ITESO Clavigero.
La experta en sintaxis histórica y teoría del cambio gramatical primero estableció el piso de discusión al definir a la lengua como patrimonio intangible de la humanidad y señaló que la lengua no les pertenece a los grandes escritores, sino a los hablantes de todos los días, “por definición cualquier lengua tiene una naturaleza inclusiva, seamos hombres, mujeres o niños, con el nivel educativo que tengamos”.
Concepción Company señaló que la gramática es un hecho arbitrario, que ha sido heredado y en la que no hay una relación entre sexo y lengua, a excepción de los elementos nominales en el español como oso y osa, que representan cerca del 3% del idioma.
“Tan arbitrario es que la palabra arte en singular es el arte y en plural son las artes, es una convención de 2 mil años de sedimentación histórica”, afirmó. Por ello, considera que la pelea de la gramática incluyente se da en la superficie y no tiene posibilidades de que propicie cambios en la gramática.
“Hay que dar las peleas en la sociedad, y tres o cuatro generaciones después la lengua va a sedimentar la rutina, eso sí, pero estamos empezando la casa por el tejado”, enfatizó.
Al hablar del acaloramiento que hay en este tema, la investigadora señaló que ello se debe a que la lengua es el soporte de identidad y que en todas las visiones culturales existe la noción de que aquello que no se nombra no existe.
La investigadora consideró que es equivocada la idea de que la visibilidad gramática es visibilidad social y abordó las recomendaciones que se han hecho desde el Instituto Nacional de las Mujeres por usar términos abstractos –como profesorado o juventud– o desdoblarlos –profesor y profesora–, intentos que calificó como autoritarios.
“¿Se gana igualdad poniendo querides todes?, usar la arroba y la X desde el punto de vista gramatical desde alguien que es obrero de la lengua como yo es absolutamente discriminatorio; de las 6 mil cien lenguas que se hablan en el mundo, menos del 10% han generado sistemas de escritura”, el otro 90% vive en la oralidad y agregó que la escritura es una actividad de élites.
Concepción Company señaló que la gramática, desde el punto de vista histórico, es una sedimentación de rutinas heredadas y agregó que la mayoría de las lenguas en el mundo no marcan género, lenguas como el finlandés, el turco o el árabe clásico “eso no significa que las otomíes están en mejores condiciones sociales que las hispano hablantes.
“Demos la pelea donde la tenemos que dar, en el discurso que es la construcción que hacemos con la gramática, este sí tiene peso y voluntad de discriminación o de inclusión a diferencia de la gramática”, afirmó y puso sobre la mesa algunos ejemplos de discriminación discursiva en medios de comunicación, en convocatorias de vacantes, entre otros.
“El problema no está en la gramática, está en el discurso y el problema de fondo es el que no se está tocando porque estamos haciendo manuales de uso de lenguaje y no estamos dando batalla de equidad social absoluta en brechas salariales, en acceso a la educación, en que las mujeres tenemos derecho a tener nuestros propios proyectos de vida”, subrayó.
La siguiente sesión de Café Scientifique lleva por título “Jardines botánicos: entre lo salvaje, lo sublime y lo científico” con Marcos Vinagrillo y será el martes 4 de diciembre a las 19:30 horas en Casa ITESO Clavigero.