El director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo, señaló en el ITESO que el transporte debe diseñarse para mejorar la vida de los usuarios.
Entre congestionamientos, ruido y accidentes, los automóviles le cuestan al país un 4% del Producto Interno Bruto, unos 173 mil millones de pesos, afirmó Bernardo Baranda, director regional para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (www.iptd.mx), durante su conferencia en el XVI Simposio de Ingeniería Civil del ITESO.

Baranda

Baranda es un ingeniero civil al que lleva 13 años asesorando a gobiernos en el tema de movilidad urbana.

“El transporte público no es un fin, es un medio”, asegura el experto, y subraya que este debe diseñarse para satisfacer las vidas de las personas, quien en su conferencia “Mejores prácticas en proyectos de movilidad urbana sustentable”, dictada en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ, presentó un diagnóstico de la movilidad en distintas ciudades de México.

Sobreoferta de transporte público de mala calidad; aumento del uso del automóvil debido a las distancias que una persona debe recorrer; emisiones de gas de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global; enfermedades respiratorias y la muerte de 20 personas al día en accidentes viales, son los principales síntomas de una problemática a la que el especialista propuso alternativas.

Una persona pasa, en promedio, tres horas en el tráfico, lo que se traduce en ocho años de su vida cuando cumpla los 70

En París o Nueva York, por ejemplo, están prohibidos los nuevos desarrollos habitacionales si a uno de sus potenciales habitantes le tomará más de 10 minutos llegar a una estación de transporte público. Londres desalienta el uso del auto en su zona céntrica mediante el cobro de un impuesto; si quieres llegar a Trafalgar Square en tu vehículo, tendrás que pagar.

“La calle es espacio público incluso por donde transitan los automóviles”, insistió Baranda, y puso como ejemplo a Seúl, donde se demolió una autopista para recuperar el canal de Cheoggyecheon y hacer ahí un parque lineal.

Baranda conoce los problemas de la Zona Metropolitana de Guadalajara ya que, cuenta en entrevista, el IPTD estuvo involucrado con el diseño de la ciclovía de avenida Federalismo, participó en el Plan Maestro de Movilidad no Motorizada, propuso las futuras rutas del Macrobús y, recientemente, colaboró en el proyecto Mi Bici.

httpv://www.youtube.com/watch?v=6TI2cMMnVd0

-Si pudieras construir tu ciudad ideal, ¿qué características tendría?
Una oferta cultural diversa, densa, compacta, con mezcla de usos de suelos, muy segura para caminar, andar en bicicleta y le daría prioridad al transporte público. Tener una ciudad dispersa y con mega manzanas no favorece los traslados a pie, en bicicleta o la mezcla de usos de suelo, lo cual fortalece el círculo vicioso de escala dependiente del auto y los espacios públicos sin mucha vida.

-De las ciudades que has conocido, ¿hay alguna que se acerca a tu modelo de ciudad?
Ámsterdam, aunque donde están sucediendo cosas actualmente es en Asia y en Latinoamérica.

-En algunas entrevistas has hablado de cambios que han hecho ciudades como Medellín o Seúl para mejorar su entorno, ¿cuál te ha impresionado más?
Ambas tienen transformaciones impresionantes; quizás Medellín pudiera sentirse más cercana a las cosas que podemos hacer en nuestras ciudades mexicanas.

A los ingenieros civiles que les interesa la ingeniería de tráfico Baranda les recomendó vivir la ciudad y moverse en sus sistemas de transporte. “Muchos de los problemas que tenemos son porque los que toman las decisiones lo hacen desde la ventanilla de su auto o desde su oficina y no viven la realidad”. Foto Luis Ponciano