Durante los primeros días de la Semana del Cuidado de la Tierra en ITESO se llevaron a cabo diversas actividades y se compartieron ideas sobre los derechos de la naturaleza y la gestión del agua; la jornada de concientización continuará hasta el jueves 28 de abril
La Semana del Cuidado de la Tierraen ITESO es un espacio en el que confluyen esfuerzos de distintas personas e instancias dentro y fuera de la universidad, con la finalidad de que la comunidad universitaria y sus invitados vivan diferentes experiencias para el cuidado de la casa común.
Las actividades iniciaron desde el pasado lunes 18 de abril y continuarán hasta el jueves 28, consulta aquí en las que puedes participar https://semana-cuidado-tierra.academia.iteso.mx y continúa leyendo para enterarte de las ideas que se compartieron en el panel “Nuestra casa común tiene derechos” y durante la presentación de la guía Agua y clima para involucrarte en tu ciudad.
Urgen a un cambio de paradigma que asegure los derechos de la naturaleza
Por Vanesa Robles
Es urgente un cambio histórico de paradigmas que no ponga en el centro de la importancia a las personas, sino a la vida natural, coincidieron tres mujeres ambientalistas que este martes participaron en el panel “Nuestra casa común tiene derechos”, organizado desde el programa de Agua y Territorio del Centro Universitario por la Dignidad y la Justicia Francisco Suárez, SJ, del ITESO.
El tema principal de la conversación se detonó con la pregunta: ¿podemos mirar a la naturaleza como un ser sujeto de derechos, igual que lo son las personas, y en los últimos años algunas especies de animales? Respondieron Claudia Brindis, facilitadora en Latinoamérica del programa Armonía con la Naturaleza, de la ONU, y directora operativa para México de la organización Earth Law Center; Samantha Colli, abogada y líder de proyectos de regeneración ecosocial con organismos como la Oficina Regional para Centroamérica de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, e Ivonne Téllez, especialista en derecho internacional de los derechos humanos, peritaje ambiental, y procesos de paz.
Téllez consideró que es urgente un cambio de perspectiva, del antropocentrismo al biocentrismo, para comenzar a ver a la naturaleza como un ente sujeto de derechos. Este cambio, añadió, amplía los principios de la solidaridad y la justicia, pues nos hace reconsiderar que compartimos el espacio con otros seres vivos.
Por supuesto, existe un debate al respecto; en las teorías actuales, quienes tienen derechos también tienen obligaciones, así que se necesitan modificaciones para que a la naturaleza no se le asignen deberes, admitió la catedrática de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, quien visita el ITESO invitada por el Departamento de Formación Humana, dentro del Programa de Movilidad Internacional para Académicos (MOVES).
Promotora de la legislación ambiental en Oaxaca, Claudia Brindis recordó que las discusiones sobre si se considera a la naturaleza como sujeto de derechos comenzaron alrededor de 1970, y que a partir de ellas surgieron organismos internacionales como Greenpeace. También, que en América Latina existen países cuyas constituciones ya reconocen a la llamada Madre Tierra como sujeto de derechos. Dos ejemplos son Bolivia, desde hace un decenio, y Ecuador, donde incluso se han logrado sentencias por acciones contra el medio natural.
El artículo 71 de la Constitución Política del Ecuador dice “La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos. Toda persona, comunidad, pueblo o nacionalidad podrá exigir a la autoridad pública el cumplimiento de los derechos de la naturaleza. Para aplicar e interpretar estos derechos se observarán los principios establecidos en la Constitución, en lo que proceda”.
Dentro de México, a principios de 2021 se modificó el artículo 12 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, que reconoce a la Naturaleza como un “ente colectivo sujeto de los derechos” a la preservación, la protección de los elementos que la conforman y de sus ciclos vitales, a la restauración integral de su equilibrio ecológico y a tener representantes legales.
Mientras Samantha Colli consideró que no puede existir un solo modelo para legislar en torno a la naturaleza, y las soluciones deben ser locales, Ivonne Téllez reconoció que la poca legislación que existe ha surgido tras un proceso largo y complejo, aunque es más sencillo cuando se ligan al derecho humano al medio ambiente.
Relató que la historia nos ha mostrado que existe una relación entre la injusticia social y ambiental, por lo cual el discurso de los derechos humanos puede fortalecer al de los derechos de la naturaleza, y sólo falta tener una perspectiva biocéntrica en las legislaciones. “Esta postura es distinta a las posturas convencionales, que miraban a la naturaleza como una extensión de los derechos de los seres humanos. Es necesario transitar rumbo a un paradigma de respeto a los derechos de la naturaleza, como un lugar donde se posibilita y reproduce la vida”, dijo.
Recordó que estamos en el punto de no retorno del cambio climático, y necesitamos encontrar y fortalecer los puentes entre los derechos humanos y los derechos de la naturaleza. Por ahora, esos puentes se llaman derecho a un medio ambiente sano.
Dentro de las actividades por la visita de esta catedrática, este jueves se realizará el Aula Abierta “Peritaje sobre violaciones a los derechos humanos, en juicios”. La cita es a las 18:00, en el auditorio D2. Si deseas asistir, envía tu nombre a cudj@iteso.mx, para generarte un código personal de acceso al ITESO.
Hay agua, pero está mal distribuida y mal gestionada
Por Édgar Velasco
Cuando las personas cursan la primaria aprenden que el ciclo del agua —o ciclo hídrico— permite la renovación del líquido: el agua se evapora, se condensa, se precipita en forma de lluvia, una parte se infiltra al suelo —en las infografías es un suelo verde, con árboles— y otra parte llega a ríos, lagos y mares desde donde se evapora para que todo vuelva a comenzar. Sin embargo, ese ciclo es cada vez menos común: debido al crecimiento de las ciudades, ahora el agua se precipita y, debido al concreto, lo más probable es que se vaya al drenaje, donde se mezcla con aguas negras.
Conocer y entender mejor estos cambios es apenas el primer paso para empezar a crear conciencia sobre la crisis por abastecimiento de agua que experimentan las ciudades y, de paso, para comprender que dicha crisis tiene relación con la crisis climática que vive el planeta. Ésos son los planteamientos de la guía Agua y clima para involucrarte en tu ciudad, documento realizado por Greenpeace México y que fue presentado en el ITESO como parte de las actividades de la Semana del Cuidado de la Tierra, organizada por la Coordinación de Programas de Incidencia Social (Coincide).
La charla comenzó con una presentación, por parte de Yeriel Salcedo, académico del ITESO e integrante de Coincide, en la que recopiló diferentes protestas que, en el último año, han tenido lugar en la zona metropolitana de Guadalajara. En ellas, las y los habitantes reclaman por el deficiente servicio de agua potable y por la carestía. “La problemática no es nueva. Los problemas de acceso al agua en la periferia siempre han estado. La hora cero se acercó demasiado a la ciudad”, dijo Yeriel, para luego ceder la palabra a Claudia Campero y Jimena Silva, autoras de la guía.
La primera en intervenir fue Campero, también coautora de la Guía comunitaria frente a la emergencia climática, quien señaló que “falta entender más la relación entre la crisis del agua y la crisis climática”. Agregó que es importante reconocer al villano de la crisis climática, a saber: los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). “Desde hace 30 años, la humanidad conoce con claridad el problema y, aun así, ha aumentado el consumo de combustibles fósiles”. La investigadora aprovechó su participación para invitar a los asistentes, reunidos en el auditorio D2 y de forma remota, a conocer el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles.
En segunda instancia, Jimena Silva comenzó explicando que la nueva guía está centrada en los centros urbanos porque “el 36 por ciento de la población mundial vive en ciudades”. Señaló que detrás del problema de la falta de agua se esconde una desigualdad social que se puede ejemplificar con el caso de Ciudad de México: en la capital del país, 96 de cada 100 viviendas con mayores ingresos económicos cuentan con agua todo el tiempo, mientras que 36 de cada 100 de las viviendas pobres no recibe líquido todos los días. Esto genera que “las personas que menos acceso tienen al agua son las que más la cuidan”, advirtió Silva.
Uno de los datos más relevantes que se expusieron durante la presentación tuvo que ver con los conflictos relacionados con el abastecimiento de agua. Según la gráfica que presentaron, la mayor parte de estos conflictos se debe a una deficiente administración y a la mala infraestructura hidráulica, por encima de la escasez o la contaminación. “Hay agua, pero está mal distribuida y mal gestionada”, dijo Claudia Campero.
Para Campero, uno de los problemas por los que no se ha logrado frenar la crisis climática es la falta de “una conversación más profunda. Si la crisis climática no te deprime, es porque no la has entendido”. Añadió que por eso es importante la educación y difundir materiales accesibles para la población, ya que sólo así se podrá originar una masa crítica capaz de ejercer presión en los tomadores de decisiones. “Si queremos llegar a más personas, debemos hablar en términos más llanos y más simples, para no quedarnos en los pequeños círculos de la academia y las universidades”. Al respecto, Jimena Silva concluyó diciendo que “si no conoces lo que tienes, es más difícil cuidarlo”.
La guía Agua y clima para involucrarte en tu ciudad se puede consultar gratuitamente en este enlace.
FOTOS: Roberto Ornelas y Luis Ponciano