Los Diálogos de la Investigación en el ITESO 2020 fueron espacio para que académicos hablaran del avance en proyectos financiados por la universidad y sus desafíos, como el sistema de becas para investigación del Conacyt.

 

La investigación interdisciplinaria es el medio a través del cual la universidad se involucra con la sociedad, con miras a proponer proyectos y estrategias integrales que promuevan su transformación. En palabras del Rector Luis Arriaga, SJ, la generación de conocimiento no es un fin, sino un medio para contribuir a una sociedad más justa, más libre, más humana. Es por eso que el ITESO, como universidad confiada a la Compañía de Jesús, impulsa diversos proyectos de investigación que integran a estudiantes para que desde su formación universitaria incidan con sus conocimientos en el análisis y la solución de problemáticas sociales.

Además de los fondos públicos obtenidos para la investigación, cada año el ITESO destina recursos vía el Fondo de Apoyo a la Investigación del ITESO (FAI), otorgado a través de la Coordinación de Investigación y Posgrado (CIP).

Para la edición 2019, este financiamiento institucional benefició cinco proyectos, dedicados a atender una crisis sociohídrica en la ribera de Chapala; desarrollar bioprocesos que permitan reducir la generación de residuos y obtener compuestos de valor agregado; entender el proceso que lleva a los jóvenes a participar activamente en sociedad; explorar el envejecimiento desde el hábitat y aportar elementos técnicos para solucionar el problema de la mala gestión del agua en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

Como parte de los Diálogos de la Investigación en el ITESO 2020, los coordinadores de los cinco proyectos de investigación beneficiados en 2019 hablaron de su experiencia y sus avances, que si bien se han visto ralentizados por la contingencia sanitaria por la covid-19, siguen comprometidos en alcanzar sus objetivos con miras a aportar conocimiento y tecnologías que sumen al bien común.

Los cinco proyectos

Susana Herrera Lima, académica del Departamento de Estudios Socioculturales (DESO), lidera el proyecto “Violación a derechos humanos en situación de crisis sociohídrica”, mismo que abarca problemáticas que afectan la calidad de vida y salud de pobladores de Mezcala y San Pedro Itzicán, en la ribera del lago de Chapala.

A ello se suman una gestión del agua deficiente, la degradación ambiental de la zona y una constante falta de atención de organismos de gobierno a la situación, lo que da como resultado “una violación múltiple y diversa de los derechos humanos”, dijo la académica.

En ese contexto, uno de los objetivos es crear un modelo analítico de articulación compleja de actores, factores y procesos que constituyen la violación a derechos humanos de (los pobladores de) Mezcala y San Pedro Itzicán, con el propósito de favorecer la generación de propuestas integrales que incidan en soluciones.

“Otro gran objetivo es desarrollar una estrategia de comunicación pública del conocimiento para visibilizar la problemática, promover la comprensión de sus múltiples dimensiones y favorecer la participación informada de los actores sociales y gubernamentales involucrados”, mencionó Herrera Lima.

Participan académicos, investigadores y estudiantes del ITESO, así como de la Universidad de California en Berkley. Se ha trabajado en la investigación documental y de cobertura periodística que se ha dado al tema, en tanto que se ha avanzado en entrevistas a comuneros y actores clave implicados en el caso, entre otras acciones.

Oscar Rojas Rejón, investigador del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), está al frente del desarrollo de un bioproceso basado en el concepto de refinería, que busca lograr mayor eficiencia en la fabricación, industrialización y formulación de alimentos, productos químicos o biotecnológicos, desde la concepción de la tecnología.

“El desarrollo de esta tecnología se basa en la generación e integración de procesos para poder reducir las etapas e incorporar nuestra tecnología a los procesos actuales productivos (…) para reducir considerablemente la generación de residuos y al mismo tiempo obtener compuestos de alto valor agregado en el mercado, que pueden ser alimentos, biocomponentes e inclusive microrganismos para vacunas”, compartió el académico.

Al momento, se ha probado la viabilidad del 60 por ciento de los procesos propuestos, por lo que se seguirá trabajando en la optimización de los mismos, así como en el diseño conceptual y evaluación experimental y de factibilidad de las etapas del proyecto. El investigador resaltó que uno de los sectores que se podrían ver beneficiados con este proyecto son los pequeños productores de cerveza artesanal de la región.

En tanto, David Vargas del Río, investigador adscrito al Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU), encabeza los trabajos del proyecto “Modelación hidrogeológica y ambiental en una microcuenca de la zona metropolitana de Guadalajara”, en el que convergen académicos y estudiantes del DHDU, DPTI y del Departamento Electrónica, Sistemas e Informática (DESI), con la participación además de la Comisión Estatal del Agua Jalisco.

Este proyecto busca aportar elementos técnicos para solucionar el problema de la mala gestión del agua en la ZMG. “Si lográramos aprovechar la sexta parte de lo que nos llueve en un año, seríamos autosuficientes”, comentó David Vargas. Para lograrlo, se busca modelar y validar el comportamiento hidrogeológico de una microcuenca urbana problemática, como base para diseñar soluciones integrales al problema de inundaciones y escasez de agua potable en la ZMG.

Una de las propuestas es mitigar inundaciones a través de la infiltración de agua en el subsuelo, con técnicas utilizadas en otros países del mundo. “Decidimos comenzar por generar información que nos permitiera entender mejor qué es lo que está pasando y hacer lo necesario para que el agua de lluvia que pretendemos infiltrar cumpla con la calidad necesaria”, agregó el investigador.

Desde el Departamento de Psicología, Educación y Salud (DPES), el académico Juan Carlos Silas Casillas coordina el proyecto “El proceso de aprendizaje para convertirse en jóvenes ciudadanos activos”, en el que colaboran académicos del DPES y del Departamento de Formación Humana (DFH) por parte del ITESO, así como representantes de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), el Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON), la fundación Construcción de mundos alternativos Ronco Robles (COMUNARR) y la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana de Jalisco.

“Queremos saber cuáles son los procesos de aprendizaje involucrados en la transformación de los jóvenes implicados en la ciudadanía activa”, mencionó Silas Casillas y agregó que al momento se han realizado entrevistas a integrantes de colectivos feministas indígenas y culturales, entre otros.

Alejandro Pérez Duarte, académico del DHDU, está al frente del proyecto “Laboratorio Movilidad Reducida y tercera edad”, en el que se busca explorar el tema del envejecimiento desde el enfoque de la gerontología ambiental.

Señaló que uno de los primeros avistamientos es que, como ciudad, la ZMG está poco preparada para hacer frente a las necesidades de la creciente población de la tercera edad. Por ello, consideró prioritario impulsar políticas y programas de gobierno que promuevan cambios en zonas estratégicas, especialmente en las viviendas.

“Detectamos que va a haber una dependencia prematura de muchos adultos mayores en el centro de Guadalajara, que no es consecuencia únicamente del deterioro físico sino también del entorno”, quien coordina a un equipo conformado por investigadores y estudiantes del DHDU, DESO, DPES y con la colaboración de una institución en Brasil.

A partir de este proyecto se han publicado un artículo indexado y varios de divulgación, se han elaborado mapas temáticos y material didáctico para un PAP. Actualmente se trabaja en una base de datos colaborativa y se espera que otro entregable sea un documento con sugerencias para el ITESO, con miras a consolidar espacios intergeneracionales en el campus.

Además de los fondos públicos obtenidos para la investigación, cada año el ITESO destina recursos vía el Fondo de Apoyo a la Investigación del ITESO (FAI), otorgado a través de la Coordinación de Investigación y Posgrado.

Apostar por una investigación con pertinencia social

Por Erika Torres

La contingencia sanitaria obligó a que la edición 2020 de los Diálogos de la Investigación en el ITESO se diera de manera virtual, pero no por ello disminuyó la pertinencia de este espacio, este año orientado a la reflexión sobre los esfuerzos que realiza el ITESO para comprender y proponer soluciones a los principales problemas que enfrentan tanto el estado como el país.

Durante la inauguración, el rector Luis Arriaga Valenzuela, SJ, señaló que “en las universidades jesuitas el conocimiento no es un fin en sí mismo, sino un medio para contribuir a la construcción de una sociedad más justa. Hacer de la investigación una práctica colectiva, un ejercicio de diálogo, un espacio de acercamiento con actores sociales”, a la vez que insistió en el importante aporte que hacen las universidades privadas del país a la ciencia.

María José Rhi Sausi, titular de la Coordinación de Apoyos a Becarios e Investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), retomó esto último en su diálogo “La relación entre el posgrado y la investigación desde el Conacyt”.

La funcionaria comentó que la apuesta, en cuanto a la relación entre el posgrado y la investigación en el marco de las apuestas del CONACYT, es dejar en una sola instancia los programas de formación y consolidación desde las vocaciones tempranas hasta el Sistema Nacional de Investigadores (SNI), pensando en el seguimiento y fortalecimiento de una trayectoria en todas esas fases.

Destacó la importancia del Proyecto de Retribución Social, como clave en la propuesta del Conacyt en la promoción de mecanismos para vincular a la comunidad del conocimiento con la sociedad. Señaló también que se prevé mejorar los mecanismos que garanticen el retorno al país por parte de los becarios, a fin de poner al servicio de los mexicanos los conocimientos adquiridos.

“No queremos volver a un esquema de becas crédito. Creemos en apelar a las conciencias individuales para generar en el becario (el pensamiento de) que, dado que se tuvo ese apoyo, hay que retribuir al país. Por la naturaleza del ITESO, ustedes tienen este aspecto bien arraigado, pero por desgracia, en otras comunidades no es así”, refirió.

Sin embargo, el retorno al país no es siempre opción deseable para los investigadores, en ocasiones porque el campo específico de conocimientos no se encuentra desarrollado en México. Ante ello, Rhi Sausi señaló que las instituciones involucradas en la investigación deberían “invertir en la infraestructura material para impulsar la investigación, en capacitación y desarrollo de campos de conocimiento que aún no florecen en el país y promover la vinculación permanente de las y los becarios en el extranjero con los ámbitos académicos y de investigación nacionales”.

La ponente mencionó que, debido a la pandemia, el Conacyt tuvo que adaptar sus procesos a la virtualidad, lo que llevó a flexibilizar procesos de trámites de becas y trabajar con los inconvenientes que supuso el cierre de fronteras y todo lo que esto conlleva para quienes tenían en la mira un posgrado en el extranjero.  Por ello, se trabajó en la diversificación de los países para realizar estudios, mediante una reconfiguración en el sistema de alianzas.

 

“No queremos volver a un esquema de becas crédito. Creemos en apelar a las conciencias individuales, para que luego se hagan una conciencia colectiva (…) hay que retribuir al país. Por la naturaleza del ITESO, ustedes tienen este aspecto bien introyectado, pero por desgracia, en otras comunidades no es así”. María José Rhi Sausi, titular de la Coordinación de Apoyos a Becarios e Investigadores del Conacyt

Ve aquí todos los diálogos de la edición 2020: http://bit.ly/dga_yt