Seis estudiantes del cuarto semestre de la licenciatura en Ciencias de la educación nos comparten su experiencia al desarrollar un proyecto de investigación sobre el aprendizaje para apoyar la competencia lectora de niñas y niños de una escuela primaria de Miravalle
En la pasada edición te informamos sobre el desarrollo de un Proyecto de Investigación sobre el Aprendizaje (PISA) en la Escuela Primaria Urbana #890, ubicada en la Colonia Miravalle, en Guadalajara. Hoy te compartimos los testimonios de seis de las estudiantes que participan en el proyecto y que trabajaron con alumnas y alumnos de primaria menor (primero, segundo y tercer año).
La carrera de Ciencias de la Educación me ha dado las herramientas para poder pensar en las mejores opciones, actividades y soluciones para este tipo de problemática. Creo que las habilidades más presentes fueron la paciencia, porque a la mayoría de los niños y niñas no les interesaba leer, pero poco a poco fui viendo cambios en ellos y ellas y fue satisfactorio ver como se ayudaban entre sí mismos. El estar en observación permanente de la manera en que se desarrollaba la dinámica con las y los alumnos me ayudaba a identificar cómo modificar las actividades acordes a lo que veíamos; el acompañamiento individual era bastante, ya que algunos niños y niñas se sentían aislados o no estaban interesados en la lectura; y la habilidad emocional también me fue de gran ayuda, ya que debíamos de intervenir en lo emocional y generar reflexiones para así poder estar bien anímicamente tanto yo como las y los niños. Por último, la empatía fue una herramienta que me ayudó a recordar que, no obstante lo cansada que me sintiera después de las sesiones en la escuela, yo estaba ahí para hacer un bien mayor y que ellos y yo aprendíamos recíprocamente.
Me llevo la satisfacción de que aprendí muchas cosas del contexto, llevo muchas reflexiones y el saber que puse mi granito de arena y que ellos y ellas también lo hicieron en mí me alienta a saber cómo es el proceso de llevar un proyecto como este y así tener una idea de cómo podrían ser algunas áreas profesionales una vez que egrese.
Mae Karenina Guareña Pérez cursa el cuarto semestre de la carrera de Ciencias de la Educación. Le gusta hacer ejercicio y pasar tiempo de calidad con las personas que quiere. Se considera una persona reflexiva que cursa esta carrera porque ve el potencial de las y los educólogos para hacer cosas transformadoras.
Formar parte de la intervención en la mejora de la competencia lectora de los niños y niñas de la primaria 890 “Jesús Reyes Heroles”, ha sido una experiencia que me permitió entrar en contacto con actividades y quehaceres profesionales que ni siquiera imaginaba, o de las que no dimensionaba su complejidad.
Mi comunidad principal de intervención y aprendizaje fue primaria menor, donde los niños y niñas demostraron que, a pesar del rezago, tienen toda la disposición, capacidad y entusiasmo por aprender y trabajar con nosotros. La selección de una temática, metodología de trabajo, el diseño de una ruta, entre otras actividades, ha sido una parte muy importante y significativa en mi aprendizaje, pues es importante no perder de vista el objetivo para establecer situaciones de aprendizaje que realmente fomenten el interés y motivación por la lectura de la mano de la mejora de la competencia lectora y lectoescritura.
La rima fue nuestra mejor aliada en esta ruta. Aprendí que es una manera divertida de estimular el lenguaje y la escucha activa, y permite reforzar la atención, la memoria y la imaginación, habilidades que también son indispensables para el lector. Así mismo, nuestra metodología fue principalmente el aprendizaje mediante el juego, lo cual no sólo fue significativo y ameno para los niños y niñas, sino también para mí.
Un aprendizaje importante que reforcé sobre la competencia lectora es el de la comprensión lectora, pues esta no se reduce a comprender o identificar lo literal – qué, quiénes, cómo, cuándo -, también existe la parte inferencial, que implica comprender de qué se trató la lectura, cuál fue el tema principal, y la parte crítica o valorativa, donde el lector se ve envuelto en pensar qué haría él, si cambiaría algo de la historia, para qué cree que sucedió lo que sucedió, entre otros aspectos. De igual forma, envuelve comprender qué tipo de texto es, su estructura, identificar los detalles (colores, formas, imágenes), ampliar el vocabulario, es comprender un texto mucho más allá.
Finalmente, quiero compartir una situación que personalmente me motivo y conmovió demasiado. Fue en una de las actividades que planteamos que implicaba encontrar pares de rimas y pasar a escribirlos por equipos al pizarrón. Uno de ellos sólo mandaba a un niño a escribir al pizarrón, por lo que yo me acerqué a sugerirles a que alguien más pasara. Encontrar el par no fue tan complicado, incluso usamos las palmas para que fuera más sencillo, pero al momento de pasar a escribir se quedaron parados. Fue ahí cuando, Zara, una compañera, nos sugirió que lo escribiera yo primero y ellos lo copiaban, lo cual aceptaron y los entusiasmó demasiado (cabe aclarar que a la par de ellos, había más niños observando y escribiendo).
Yo escribía la palabra y ellos abajo o a un lado la reescribían, lo cual me permitió percatarme que la situación no era que no quisieran pasar al pizarrón o que no comprendieron la rima, sino que les daba miedo equivocarse al momento de escribir, pero esto los motivó tanto, que después tuvimos que crear más rimas para escribir en el pizarrón.
Es así como me llena de plenitud y satisfacción saber que estamos aportando a su desarrollo, que no sólo impacta en su lectoescritura sino también en su persona, pues demuestran que nuestra asistencia y colaboración con la institución les es realmente significativa.
María Fernanda Bolaños estudia cuarto semestre de Ciencias de la Educación. Imaginar, diseñar y crear es lo que más disfruta de la carrera; le es apasionante la versatilidad del educólogo para incidir en diversos ámbitos, presenciales o virtuales, educativos o laborales, tecnológicos, deportivos, culturales, en donde el aprendizaje es lo más importante. Es amante de la danza, los perros, las manualidades y los medios sociales.
Para mí, tener la oportunidad de estar en un escenario real en donde pueda dejar mi huella desde lo que he aprendido y lo que sigo aprendiendo ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido en todo mi trayecto universitario. Ha implicado retos para mí, desde salirme de mi zona de confort y enfrentar problemas y necesidades reales que se presentan en la educación básica actualmente en México, hasta seguir desarrollando habilidades pedagógicas necesarias durante la práctica.
Definitivamente todo lo que he aprendido y vivido durante este proyecto me lo llevo en mi corazón para siempre porque me ha hecho cambiar mis expectativas que tenía sobre mi quehacer profesional de poder dar siempre lo mejor de mí, para poder dejar mi granito de arena. Me deja también el aprendizaje de ser tolerante, responsable y respetuosa en todo momento porque desde lo que los estudiantes ven en los adultos es lo que copian en sus vidas cotidianas, siendo nosotros y nosotras el reflejo de lo que están aprendiendo.
Me quedo con la satisfacción de poder ayudar a los y las estudiantes de educación básica desde la parte socioemocional hasta en la lectoescritura con actividades basadas en juegos, colaborativas, en proyectos y en experiencias, como también, me quedo satisfecha en los aprendizajes personales que he adquirido gracias a este proyecto. Durante todo este proceso de acompañamiento con los estudiantes hemos diseñado, modificado, fracasado y corregido las actividades y proyectos, con el objetivo de fomentar la lectura comprensiva y recreativa; practicar su comunicación oral y escrita; fomentar en ellos y ellas el hábito de la lectura; y, además, promover una sana convivencia para todos y todas. Estoy muy contenta por esta gran oportunidad que se nos dio y espero que la escuela, estudiantes, docentes y director lo hayan disfrutado y aprendido tanto como nosotros y nosotras.
Melissa Sánchez Hernández es estudiante de cuarto semestre en Ciencias de la Educación. Lo que más le motiva de su carrera es el poder ayudar, guiar, escuchar y aprender desde la parte educativa. Es una persona que le gusta mucho cocinar, bailar, estar en constante aprendizaje y ayudar a los demás.
“Para que un equipo funcione, además del talento y el esfuerzo, a sus integrantes les tienen que brillar los ojos”.
-Anónimo
El ejercicio para fomentar las habilidades lectoras de los niños de primaria menor en la Escuela Primaria Jesús Reyes Heroles ha implicado un gran desafío, pero a la vez una gran satisfacción. Como dice la frase inicial, no basta con tener talento y esforzarte por la meta que, si bien es una parte fundamental, también lo es el hecho de tener pasión por lo que haces en el día a día.
Recuerdo que cuando recién comenzamos con la ideación de lo que sería nuestro proceso de colaboración dentro de la primaria me sentía bastante motivada y feliz, sin embargo, no sabía exactamente cómo estructurar la gran lluvia de ideas que corría por mi cabeza y que también escuchaba de mis compañeros, eran ideas espectaculares que sin duda valía la pena implementar. Con el paso del tiempo me fui dando cuenta de que toda planeación requiere una estructura clara y que, sobre todo, la comunicación con el equipo de la carrera, el equipo de profesores de la primaria y los niños y niñas de la misma era parte fundamental del proceso. No hubiéramos podido implementar todas las actividades planeadas y obtener resultados tan satisfactorios si hubiéramos trabajado de manera individual y sin retroalimentación tanto de profesores como de nuestros mismos compañeros. La experiencia colaborativa ha dado grandes resultados en el proyecto y a nivel personal y como grupo pues a partir de ahí, hemos logrado una mejor cohesión y un acercamiento y unión como generación ya que hemos compartido ideas, escuchado a los otros, trabajado con estrés, pero siempre con respeto, y, sobre todo, hemos mostrado un interés genuino hacia lo que otros proponen y desean implementar para sumar al objetivo.
Por otro lado, potenciar las habilidades lectoras de los y las estudiantes también implicó un cambio de perspectiva sobre lo que sería mi quehacer profesional ya que antes del proyecto me imaginaba que sería muy ameno, sin tantas complicaciones y siguiendo la planeación determinada, sin embargo, poco a poco descubrí que realmente lo que hace a un buen educólogo es su capacidad de adaptarse a la situación en la que se encuentra y ser flexible para poder hacer modificaciones en el camino conforme a las necesidades que se van presentando. Además, para mí representó todo un reto no dejar atrás a los alumnos y alumnas que tenían mayores dificultades al momento de poner atención, seguir indicaciones, etcétera, ya que no había sido consciente de que estas situaciones se presentan en el día a día dentro de un aula de clases hasta que lo viví en carne propia. Por otro lado, también puse en práctica mis habilidades de autorregulación de emociones ya que en ocasiones era muy común que me sintiera algo frustrada, no obstante, cuando veía que realmente estábamos causando un impacto era gratificante y eso me inspiraba a seguir adelante.
El aprendizaje más significativo que tuve podría resumirlo en que me di cuenta de que no basta solo con tener grandes ideas, sino que esas mismas hay que adaptarlas al contexto en el que se está trabajando y que en ocasiones no todo lo que imaginas tiene lugar para aliviar alguna necesidad educativa. Como dije anteriormente, la capacidad de adaptación y respuesta rápida a los retos que van surgiendo en el día a día forman parte de una práctica constante en donde el trabajo en equipo es fundamental para idear de una mejor manera los cambios que se presentan, de modo que se requiere una escucha activa, una empatía por el otro y, sobre todo, una buena comunicación entre todas las partes del proyecto.
Finalmente, me gustaría resaltar que lo que más me causó satisfacción de todo el proceso fue el observar cómo poco a poco los niños y niñas de la primaria se iban acercando más a la lectura y la forma en que pequeñas actividades podían trascender para ellos, no solo en el ámbito de habilidades lectoras sino también en el ámbito personal y socioemocional, ya que observaba un interés genuino por realizar todas las actividades y estar en el proceso de aprendizaje. Fue muy gratificante ver cómo se emocionaban cada que hacíamos las tareas correspondientes y cómo quedaron marcados desde la actividad número uno.
Natalia Murguía Plascencia actualmente cursa el cuarto semestre de la carrera de Ciencias de la Educación y su principal motivación es crear un impacto a su alrededor fomentando el crecimiento educativo, la paz y el respeto hacia los demás y hacia uno mismo. Desde pequeña le ha gustado mucho ser cercana con las personas que la rodean y formar lazos de valor por lo que suele ser muy comprometida con todo lo que hace. ¿Su sueño? Lograr mejorar las condiciones sociales y económicas de una comunidad mediante un proyecto educativo que incentive a los habitantes a ser mejores cada día y a trabajar colaborativamente.
Para mí fue toda una experiencia el haber acompañado a un grupo de niños y niñas en su proceso de aprender la competencia lectora, que además iba muy de la mano con su desarrollo socioemocional. Si bien todos íbamos bastante preparados con bases teóricas, la practica siempre es todo un reto y me ha ayudado a dar cuenta de todos los aspectos que engloba la educación; había días en los que me sentía estresada o nerviosa, otros terminaba súper motivada y contenta, hubo sesiones en las que no sabía cómo reaccionar o cómo enfrentar ciertas situaciones, también hubo muchos contratiempos y obstáculos que requerían tomar decisiones en el momento, hacer ajustes y adaptaciones que finalmente modificaban nuestras planeaciones previamente realizadas, pero así es esto ¿no? Se trata no sólo de ser educólogos y educólogas, sino personas flexibles, creativas, determinadas, adaptables, comprometidas, pero también pacientes, respetuosas y empáticas para ser un buen o una buena acompañante, especialmente en una etapa en la cual los niños siguen descubriéndose.
De esta increíble experiencia me llevo muchos aprendizajes y no sólo académicos sino personales; he aprendido desde planear, diseñar y gestionar un proyecto hasta reconocer mi propio estado socioemocional, he aprendido demasiado sobre la educación en nuestro país y cómo se ha visto afectada por la pandemia, pero también que hay maneras de contribuir a la disminución de tales brechas; aprendí acerca de la labor docente y la importancia que ésta tiene para el desarrollo de nuestras futuras generaciones.
Me siento muy emocionada de poder contarles sobre nuestro proyecto y sobre cómo un grupo de estudiantes logramos implementar un taller que, de manera colaborativa, dinámica y a través del juego despertó el interés y la motivación de una comunidad escolar por el hábito de la lectura y la escritura; finalmente, sólo puedo decir que me siento sumamente orgullosa y contenta con nuestros resultados, siento una gran emoción cuando los profesores comentan ver a sus niños compartiendo sus creaciones literarias y a su vez siento nostalgia de partir, pero eso sí, con la esperanza de haber dejado una huella que perdure.
Vanessa Hernández Guevara es estudiante de la licenciatura en Ciencias de la Educación, actualmente está por terminar su cuarto semestre. Desde muy pequeña se ha interesado por el ámbito educativo y una de las cosas que la motivó a elegir esta carrera es la huella que otros maestros y maestras han dejado en ella. Le apasionan son las artes, especialmente la danza, el bordado y seguir aprendiendo sobre diferentes temas.
Para mí, trabajar con niños y niñas tanto la competencia lectora como la socioemocional es complicada, pero vale la pena, la alegría y todas las emociones que esto suscita. Implica poner en acción cada una de nuestras capacidades y habilidades, además de perfeccionarlas y desarrollar nuevas. Implica ser vulnerable, pues el proceso de enseñanza-aprendizaje se refleja en toda la comunidad educativa, incluida yo misma. Requiere de humildad, apertura y disposición para darse cuenta de lo que se puede hacer – y de lo que no, pues aparte de evidenciar nuestras habilidades, también se evidencian nuestras limitaciones – y generar conciencia de esto último, permitió visibilizar las áreas de oportunidad que tengo como futura educóloga, algo que me llevaré conmigo a mis próximos proyectos, sean cuales sean.
En un principio no dimensionaba el impacto que este proyecto pudiera tener ni en mí ni en la comunidad con la que se realizó, no sabía qué tanto iba a ansiar estar en ese espacio ni qué tanto extrañaría los abrazos, la lectura, las actividades, las risas, las ocurrencias y la compañía de los y las niñas. Al principio, no sabía lo mucho que aprendería de mí, de mis compañeros y compañeras, de la educación, de la creatividad, de la importancia de hacer comunidad y del compromiso que todo esto implicaba.
Diseñar y planear una situación de aprendizaje de manera colaborativa es retador y enriquecedor en muchos sentidos, pues todas las personas contamos con un bagaje de experiencias y una personalidad que nos define, y que poniéndola en común con muchas otras que, por su naturaleza, es distinta a la nuestra, trae consigo un desafío que incluye el saber dialogar respetuosamente, el comprometer, el compartir e intercambiar y el empatizar, es decir, el saber ser con y para el resto.
En este proyecto también aprendí que no importa qué tanto planees, la realidad siempre nos supera. El proceso de planeación me gusta pues es organizado, controlado, descifrable, pone en juego nuestra creatividad y es fácil de evaluar. Por otro lado, la implementación es otra cosa, sobre la marcha se presentan un sinfín de situaciones a las que hay que adaptarnos, reconsiderar y evaluar constantemente, me gusta porque es práctico, es vivencial, impredecible y nos da pauta para pensar qué podemos hacer diferente las próximas veces.
Me quedo llena de agradecimiento con todo lo que viví y sentí durante este proceso pues estoy segura de que abona enormemente a mi desarrollo personal y profesional. Agradezco profundamente a todo el profesorado y alumnado con el que tuve la oportunidad de crecer y con el que me vi involucrada durante este periodo, su participación fue indispensable para que las cosas sucedieran así, ¡gracias, gracias, gracias!
Zara Ortiz Landa, cursa actualmente cuarto semestre de la Licenciatura en Ciencias de la Educación en el ITESO porque cree firmemente que la educación es un medio poderoso de transformación social, y durante su estancia en la universidad espera adquirir las herramientas necesarias para poner sui granito de arena en este mundo y ayudar así a reducir la brecha de desigualdad que existe en la sociedad. Le interesan temas de género, derechos humanos, educación no formal e informal y diseño de proyectos educativos.