Marcela Aguilar, egresada de Relaciones Internacionales del ITESO, comparte algo de su trayectoria profesional como asesora de estudios en el extranjero

Cuando Marcela Aguilar participó en un panel de egresados del ITESO, una estudiante le preguntó si se consideraba exitosa en su vida profesional. La respuesta quizá no fue la que esperaba la chica: “Le respondí con otra pregunta: ‘Define el éxito. Si te refieres a dinero, a cuánto me pagan, soy la menos exitosa de los que estamos sentados aquí. Pero yo me siento la persona más exitosa, porque me levanto con emoción de ir a trabajar en temas de internacionalización educativa, que eso es en lo que me estoy realizando’. No es necesario que cumplas los estándares de la sociedad, pero sí estar conscientes y retribuir el conocimiento”, explica Aguilar, quien, además de trabajar en la Secretaría de Educación Jalisco, ha desarrollado una iniciativa independiente como asesora de estudios en el extranjero a través de su empresa The Global U. 

Marcela estudió hace más de 20 años Relaciones Internacionales en el ITESO y pertenece a la tercera generación de la carrera, teniendo como padrino de generación al entonces canciller Jorge Castañeda. De hecho, participó en el primer Modelo de Naciones Unidas del ITESO (UNITESO), representando a un país de Sudamérica. Durante su paso por la Universidad, descubrió una licenciatura que es mucho más de lo que se dice de ella, con conocimientos plurales y diversificados. 

“A mí me encanta Relaciones Internacionales, que es más que la idea de ‘Quiero ser embajadora’. Y qué padre tener ese sueño, pero un internacionalista —como un administrador, un abogado o un contador— cabe en donde sea. Nada más hay que especializarte y seguir la línea que te llama más. Si haces lo que te gusta, te rendirá frutos en algún momento o construirás lo propio”, menciona. 

Desde su época escolar ya trabajaba como auxiliar de educadora en un jardín de niños. A los 15 años entró en el sistema educativo, ya que su mamá es maestra, así como varios de sus familiares. Pero al terminar la carrera no encontraba cabida para sus dotes de internacionalista y su amor por la educación, hasta que una persona a la que había entrevistado para su tesis, y que era directora general de primarias en la Secretaría de Educación, le preguntó: “¿Qué vas a hacer?”. “Yo le dije: ‘Pues estoy buscando trabajo, yo creo que como secretaria bilingüe con cultura”. 

En enero de 2004 llegó la oportunidad para entrar a la dirección de Relaciones Internacionales de la Secretaría de Educación Jalisco, la primera oficina de su tipo en una secretaría estatal, en donde, a base de horas extras y pago mínimo, Marcela comenzó a conocer el mundo de la asesoría educativa internacional. Al final, agotada, terminó renunciando e ingresó en la Subsecretaría de Educación Básica, como asistente de la titular de área. Sin embargo, tiempo después le ofrecieron regresar a la misma dirección, para colaborar con el Programa Binacional de Educación Migrante.  

“Estuve difundiendo las oportunidades, es decir, becas que se ofrecen para mexicanos en la estructura educativa. Entonces me llegaba información de las embajadas y aprendí a buscar. A los meses me hicieron jefa de cooperación con América del Norte y tuve oportunidad de hacer cosas increíbles y contactos que a la fecha mantengo”, recuerda. 

En un cambio de administración tomó la oportunidad de solicitar una beca para estudiar una maestría en Administración Pública en la Universidad de Potsdam, en Alemania, y fue ampliando sus conocimientos acerca de los estudios en el exterior a base de experiencia, pues también obtuvo becas para estancias más breves en Brasil y Estados Unidos; además, participó en el programa Hubert H. Humphrey Fellowship, una residencia académica de 10 meses en Nashville, Tennessee. 

Al regresar, una vez que había desaparecido la dirección de Relaciones Internacionales de la Secretaría de Educación, fue reubicada en la dirección de Relaciones Públicas. Sin embargo, su inquietud y sus herramientas estaban vigentes, y decidió iniciar un proyecto propio de asesorías de oportunidades educativas en el extranjero, hoy llamado The Global U. 

“He dado pláticas en todas las regiones de Jalisco, y creo que nada más necesitamos una guía. El océano de internet y la saturación de información es real y complejo. Entonces, lo que empecé a ofrecer es mi experiencia y mi visión, además de que corroboro los datos con mis enlaces en distintos gobiernos, porque después de la pandemia, a veces de un día para otro, cambian las becas. Lo que ofrezco es el ‘Pues si yo pude, tú también puedes’. Sólo es cuestión de poner en orden y actualizar tu expediente y tener listo tu pasaporte”, expresó. 

Como asesora en educación internacional se ha encontrado con muchos mitos, trabas e inseguridades de quienes buscan estudiar un posgrado, diplomado o alguna otra preparación fuera de México: “Los promedios son requisitos, pero los límites están en la mente. Yo, estudiando y trabajando, pude sacar la carrera y titularme. Con 8.5 mínimo se te abren las puertas al mundo para becas. Lo que yo hago es perfilar: tú me platicas de ti, qué te gusta o no te gusta, y, sobre todo, qué te da miedo. A una chica le pregunté qué le daba miedo, porque estaba terca con irse a estudiar a España; si lo único que te da miedo es el inglés, tómate un curso de inglés académico y lo redactas y sacas el TOEFL o el IELTS; ahora hasta el Duolingo English Test lo aceptan en algunas universidades. Los rechazos no son rechazos: hay que tener tenacidad y la seguridad en ti mismo. Sí reúnes los requisitos, mete papeles y no te desilusiones”. 

FOTO: Luis Ponciano